Joan Ajax
Otro día atareado en la oficina, Jessica se encontraba en su oficina como usualmente lo hacía a las cuatro de la tarde, hora en donde la mayoría regresaba de comer, la situación del otro día sobre su madre, me sentía tan mal que por querer sorprenderla y traerle algo de comer, esa mujer se hubiese colado a la oficina y que hiciera a nuestra jefa gritar mientras todo el edificio se cuestionaba quién era la mujer que sacaban por medio del equipo de seguridad del lugar.
Algo que me había llamado mucho la atención, era que cada semana la chica de tez morena que había visto con la etiqueta de Rivera, era llamada por la jefa, me daba mala espina esa mujer, el investigarla no estaría mal, pero el buscar sobre la vida de alguien era un poco pesado e incluso podría llegar a espantar a ese alguien. Pero sentía por mis instintos que esa mujer se merecía ser investigada, por lo que le pagaría a alguien para que lo hiciera, ya que yo no tenía el tiempo de pretender ser un detective.
Le lleve a Jessica su café como usualmente le gustaba, un café cargado con una cucharadita de azúcar, al llevarle el café, ella simplemente lo miró para seguir trabajando, se veía un poco afectada, alguien que no la conociera diría que ella se encontraba como siempre, pero la sentía mas distraída y seria que lo usual, parecía ser que se contacto que tuvo con su madre no le asentó de la mejor manera.
Lastimosamente yo si tuve la oportunidad de conocer a esa mujer, nuestros padres al ser amigos cercanos y que ambos tuviéramos un rango de edad similar, convivimos mucho durante nuestra infancia, me toco ver como su madre le maltrataba mucho, siempre la lastimaba al arrastrarla para que fuese a algún sitio o para que ambas mostrasen una buena imagen al padre de Jessica, el señor Cooper. Era una mujer muy grosera con ella, siempre que pensaba en ella, mis recuerdos aterrizaban en un espacio donde abundaba el caos y los gritos de esa mujer que no entendía que tenía una hija.
Fue una madre ausente en muchas cosas, y las múltiples criadas que tenía su padre eran las que la cuidaban, por siempre la he cuidado desde pequeños debido a esa imagen que tiene sobre su madre, que hasta el día de hoy parecía afectarle al punto de no estar totalmente metida en su trabajo como solía hacerlo.
Pensaba en todo eso mientras trataba de hacer un plan para animar a Jessica quién se retiraba temprano del trabajo y no hacía nada, pero desactivaba el tono de sus llamadas para que nadie la molestase, e incluso no dejó que los porteros me diesen acceso a su vivienda por órdenes de ella, me ponía triste el pensar en que ella podía ser afectada por esa loca e inhumana mujer a la que se le había obligado tiempo atrás llamarle madre.
En la mañana de ese bello día jueves, había ido a visitar a mi padre quién lo veía muchísimo más feliz que la última vez que le fui a visitar, parecía ser que su condena se iba a reducir según lo que había dictaminado el juez del caso, cosa que fue bien recibida en la cárcel ya que mi padre desde un inicio se dio a respetar.
Tanto una figura paterna como materna, no fueron tan necesarias en mi vida, ya que al yo no tener a nadie que ocupase ese sitio, preferí a que se mantuviesen desocupados a que alguien fuera un sustituto de ese respeto que se le tenía que tener, quizás la figura que consideraba la más cercana a ser paterna, era el señor Cooper, el cual se había ocupado de absolutamente todos mis gastos e incluso compro varios negocios de mi padre, para que yo tuviese algo y mi padre ya no tuviera tantas deudas y esa era la única razón por la que trabajaba para ser secretario de Jessica, pagar una deuda implícita que se encontraba entre mi padre biológico y el señor Cooper.
Con eso en mente entré a trabajar al mismo tiempo que Jessica unos cuantos años atrás, ambos iniciamos como internos en el edificio y Jessica era quien se a pasaba rotando entre las diferentes áreas de la empresa, para que observara el movimiento de todo , mientras a mi me dejo en el sector administrativo, aunque hablaba con mucha gente dentro de la empresa, era yo el que siempre iba a buscar a Jessica al final; finalmente después de casi un año de pasantes, el señor Cooper anunció que dejaría de trabajar poco a poco y dejarle la empresa a su heredera, se pronosticó una era de cambio, pero la empresa Cooper había crecido de forma exponencial incluso superando lo que su predecesor había cimentado.
Llegó Martha que era una de las nuevas del sector administrativo, por lo que llegue a sacar mi encanto para investigar un poco de lo que estaba pasando en la zona administrativa, que era una de las más importantes de la empresa, la gente me tenía mucha confianza para decirme las cosas, ya que yo era quién me encargaba de decirle los problemas que de verdad importaban a Jessica, pero las pequeñeces, normalmente las resolvía yo, ya que evitaba aumentarle la carga de responsabilidades a Jessica quién se las apañaba bastante bien.
—Hola secretario Ajax, que gusto de verlo—. Exclamó Martha mientras sacaba unas fotocopias en el pasillo inferior cerca de donde estaban los cubículos de los nuevos.
—Dime Joan—. Traté de sonreírle mientras la mujer reía nerviosa y comenzaba a centrar su atención en las copias que estaba sacando—. Pero cuéntame, ¿cómo están las cosas por aquí?
—Pues la gente andaba un poco curiosa sobre la situación con la señora que seguridad sacó el otro día—. Mencionó la chica mientras yo trataba de seguir sonriendo y mostrando mis encantos para que ella se sintiese como en confianza—. Y también escuché que pronto habría un nuevo trabajo del sector administrativo con el de relaciones.