Jessica Cooper
Era un verdadero desastre el tema de Paul Ajax y su fuga de la cárcel, incluso si me sentía mal, no podía dejar de preocuparme por Joan quién había sido acosado por la prensa acerca de ese tema, me parecía nefasto el como todos los días había gente en la entrada del edificio esperando como buitres a que llegase Joan para bombardearlo con preguntas acerca del tema.
Estando en su departamento, mientras comía lo veía triste, me pareció una tontería lo que había hecho su padre, pero no sabía la razón del porqué lo había hecho, y posiblemente algo había pasado, ya que siempre todos los jueves, Joan solía visitar a su padre, y sabía que ese día no había sido la excepción.
—Te vas a tomar unos días del trabajo y daré un mensaje a los reporteros que ni siquiera te esperen afuera de la empresa por que no llegarás—. Dije de forma seria mientras él de jaba de comer un momento y veía que se estaba pensando seriamente algo.
—Pero necesito ocupar mi mente en algún sitio Jessica—. El prácticamente me rogó mientras veía su tristeza en su rostro mientras yo negaba con mi cabeza—. Siento que fue mi culpa.
—Fue su decisión Joan—. Le dije mientras él me abrazaba y se rompía a llorar, me ponía tan triste ver a alguien tan alegre como él tan triste por decisiones ajenas a su persona—. Él fue quién decidió hacerlo, no tú, tú no tienes la culpa.
—Yo fui quién le dio el dinero—. Dijo mientras sollozaba y veía como se escurrían las lágrimas por su rostro—. Él me dijo que era para que lo dejasen en paz, pero en realidad solo me usó para obtener dinero para su escape.
Yo no sabía cómo consolarlo, él simplemente había hecho lo que su padre le había pedido y él como un buen hijo le hizo caso a su padre, sin imaginarse las consecuencias de su acción, él se quedó dormido en mis brazos mientras trataba de zafarme de él y dejarlo recostado en el piso que estaba alfombrado haciendo que él se quedase dormido en esta, observé el reloj, ya eran pasadas las diez de la noche en ese bello día sábado, por lo que decidí ir a “Inferus”.
Por lo que decidí ir, le dejé una nota a Joan que me había regresado a mi casa con la razón había olvidado hacer unas cosas, me subí a un taxi al salir de los edificios en donde estaban los departamentos en donde vivía él, le pedí al conductor que me llevase al club para poder llegar a ver a “La intocable”, llegué cuando estaba el gran flujo de personas y ella ya estaba bailando, por lo que no pude llegar al lugar usual, por lo que decidí acercarme más para verla, me seguía sorprendiendo como la primera vez el magnetismo que ella causaba en mí.
Comenzó a quitarse las pequeñas prendas mientras se escuchaba un poco de salsa en la bocinas del sitio mientras las luces parpadeaban con el ritmo de la música y ella comenzaba a deslizarse sensualmente por el tubo de baile mientras recibía los gritos de la multitud que la miraba con deseo y lujuria mientras pensaban en ella mientras pensaba cual debía ser la necesidad de esa mujer para bailar en ese lugar y no trabajar en cualquier otro sitio para generar ingresos.
Sentí la necesidad de acercarme incluso más, pero la multitud me lo impedía, así que decidí a abandonar la idea, comencé a caminar hacia a la zona trasera en donde se encontraba el cuarto en donde esperaba a que ella terminara mientras tomaba un largo trago de aquel mojito que sabía refrescante, traía mi abrigo en mi brazo mientras esperaba a que terminara la presentación de Rivera, quién al terminar salió de la pista de baile luminosa con una ovación y como siempre una pista de baile repleta de dinero con diferentes denominación que tapaban un poco las luces coloridas del lugar.
La vi entrar con una bata que tapaba la poca ropa con la que había quedado en el escenario, simplemente la esperé recargada en el marco de la puerta de su camerino, ella me sonrió con esa sonrisa aperlada mientras la veía desmaquillarse enfrente del espejo con bombillos que ayudaba a la iluminación, simplemente la observaba sin decir palabra alguna.
—Dile a tu padre que tenga cuidado—. Ella rompió el silencio con una extraña frase—. He escuchado muchas cosas por estos días sobre el escape de Paul Ajax, así que dile que tenga cuidado.
— ¿Conoces a mi padre? —. Pregunté ya que esas palabras eran más una advertencia que un consejo.
—Como todo trabajador de un lugar se tiene que saber los antecedentes antes de entrar a cualquier lugar—. Dijo meticulosamente aquella mujer cuya mirada me decía que ella incluso más—. Tienes que investigar para quién trabajas.
— ¿Y qué clase de cosas has escuchado para que me des ese consejo Rivera? —. Pregunté ya que eran cosas que involucraba a mi padre.
—Cosas que dice la gente—. Me dijo mientras yo solo cambié el tema a que no quería seguir pensando en la situación del señor Paul que me importaba un poco—. Hoy no te vi donde siempre, pensé que no vendrías.
—Tuve un pequeño contratiempo—.Le dije mientras miraba a un lado ya que no le iba a decir sobre el colapso emocional que estaba pasando Joan—. Pero al final si logré llegar.
—Eso veo—. Ella se levantó y se acercó mientras jugueteaba con el borde inferior de mi camisa que estaba usando en ese momento, bien era cierto que traía una camisa un poco larga ya que había decidido ir un poco más informal a la empresa porque sabía que ese día Rivera no iba a trabajar—.Te ves distinta el día de hoy.