Inferus

Capítulo 15

Joan Ajax

Me senté en mi sala sin saber exactamente qué hacer, había estado trabajando desde la comodidad de mi departamento, pero me encontraba aburrido, Me encantaba estar en la empresa y hablar con los diferentes empleados de la sede que siempre tenían algo nuevo que contar, observé que alguien me marcaba y era Jessica, por lo que decidí contestar de inmediato, escuché como tosió dos veces antes de hablar, cosa que me hizo preocuparme mucho.

—¿Estás bien? —. Le mientras tomaba mis llaves emitiendo el tintineo de mis llaves a través de la llamada—¿Necesitas algo?

—Creo que estoy enferma—. Dijo Jessica mientras escuchaba que estaba enferma de la garganta—         . Tienes que ir a trabajar y encargarte de momento de la sede por hoy en lo que me recupero, tómatelo con calma y ya después nos veremos hasta la otra semana el lunes, solo necesito que te hagas cargo este viernes.

—¿No quieres que te lleve al doctor o te lleva medicamentos? —. Me sentía preocupado por ella, ya que era muy raro que no quisiera ir a trabajar, quizás si se sentía muy mal—. Puedo pasar a dejártelos antes de llegar a la sede.

—No te preocupes, con dormirme creo que me las apañaré, te dejo que cuides la sede el día de hoy—. Ella volvió a toser para después carraspear y seguir hablando de forma rasposa—. Me iré a dormir, así que cuídate y no te cargues de trabajo.

Ella colgó y yo corrí a bañarme para llegar aseado a la sede para trabajar, pensaba en como las cosas habían cambiado en estos días, y la razón es que parecía ser que Jessica pasaba sus sábados en algún sitio durante las noches, ya que dejó de hacer planes conmigo durante ese día específico de la semana y siempre los hacía los domingos y eso era algunas veces, ya que su padre de vez en cuando venía a visitarla y ella prefería pasar el resto del día con su padre.

El baño fue rápido para apresurarme a llegar, ya que eran pasadas las diez de la mañana y mi horario normal de llegada siempre era un poco antes de la nueve, así que ya tenía una hora de atraso, más lo que me tardase en vestirme, por lo que tomé traje negro, me lo puse rápida mente mientras aplicaba un poco de colonia en mi ropa y detrás de las orejas.

El camino a la empresa fue fácil, ni siquiera había desayuno así que decidí parar un momento en una de las cafeterías antes de llegar a la sede para pedirme algo de desayunar, ya que mi estómago me pedía alimento, simplemente pedí algo para llevar, ya que me lo comería al llegar a mi escritorio que se encontraba en el último piso y donde siempre me avisaban si alguien iba a llegar a subir hasta donde yo estaba.

Un simple emparedado que pedía que rogaba que no fuera insípido, ya que sería lo único que comería hasta la hora del descanso que era aproximadamente hasta las tres de la tarde y que todavía faltaban varias horas. Al entrar saludé a todos con mi mano desde la distancia mientras veía a mucha gente alegre y aliviada de verme, lo entendía. Ya que yo al ser el medio que se encontraba antes de llegar con Jessica, era un poco más comprensible y daba más alternativas a comparación de Jessica quién carecía un poco de ese tacto con las personas que simplemente por su amenazante apariencia se transformaban en seres con un notorio nerviosismo que era lo que normalmente le molestaba a la jefa.

Me senté en mi escritorio para dar un pequeño suspiro de tranquilidad y comenzar a trabajar, pero tan pronto comencé a desenvolver mi delicioso emparedado, me mandaron a llamar en el sector administrativo, por lo que tuve que ir, me sentía molesto, pero trabajo era trabajo, por lo que bajé corriendo a ver que era lo que había pasado, y observé como el hombre me ofrecía un cigarro mientras lo veía caminar hacia el pequeño balcón de administración que era una zona para fumadores dentro de ese piso, pero al entrar y abrir la puerta escuché la voz de una mujer.

—Tienes que prometerme a regresar a estudiar, de la deuda me ocuparé yo—. La mujer dejó de hablar ya que la pesada puerta de metal le alertó y colgó lo que parecía ser una llamada con alguien especial, al ver ese pelo ondulado mis sospechas crecieron y estas se confirmaron al verle el rostro a Rivera quién tenía un rostro algo preocupado—. Buenos días caballeros.

Ella prácticamente se coló  por la puerta para huir  y comencé a fumar, mientras el líder del sector me hablaba sobre unas cosas que habían pasado durante los días que no estaba y me agradó el gesto, él comenzó a y hablar sin cesar, aunque le daba por su lado, me mantenía escuchado lo que dijo, pero me llamó más la atención lo que había dicho Rivera, una deuda que tenía, y en ese momento mi mente conectó el por qué se llevaba tan bien con Jessica, y lo más probable es que mi amiga se hubiese encontrado con una oportunista y una vividora, cosa que no me gustaba nada.

Tan pronto el hombre se cansó de hablarme comento lo que verdaderamente importaba que era el tema de los ascensos y él quería promover a un amigo, pero para eso necesitaba que una persona como yo lo apoyase en su decisión para que los demás se fuese como borreguitos para darle el ascenso a su amigo, al preguntarle quién era la persona que también se encontraba para un posible ascenso ya que si se tenía que decidir en una junta significaba que había al menos dos propuestas para ese ascenso y sorprendentemente una de las opciones era Rivera quién aunque era una de las nuevas del sector, se había ganado una opinión positiva por los líderes de los sectores.

Le dije que aceptaba su propuesta mientras estrechábamos manos y pude sentir su sudorosa meno que no me limpiaría hasta que estuviera fuera de la vista del líder quién muy emocionado me dejó irme a mi escritorio a donde regresé por el elevador, mientras buscaba en mi teléfono para contratar un investigador privado, deseaba investigar seriamente a Rivera y la deuda que tenía, para desenmascararla para que se acercara a Jessica.




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