Natalie Rivera
Era finalmente viernes en la mañana y me la pasaba evitando a Jessica dentro del trabajo, a menos que no fuese para algo de trabajo a quién solicitaba era a Joan quién parecía estar incluso más sonrientes estos días y no era de menos, había una mujer muy guapa rondando por la sede, se presumía que ella era la jefa de la sede reciente que se encontraba en Londres, y que ella había sido muy amiga de él e incluso de Jessica.
Y no fue hasta ese día que por fin entré a ver a Jessica, ya que no estaba Joan, aparentemente se había ido a almorzar, y yo tenía que entregarle unos balances del sector directamente a la jefa ya que el líder del sector se encontraba trabajando en más cosas, ya que el mes estaba por concluir y realmente el sector se encontraba con una carga de estrés demasiado pesada.
Tan pronto entre a la oficina observé como ella se me quedó viendo para después comenzar a hablarme:
—Parece que alguien estuvo evitándome—. Dijo ella mientras se sentaba en el escritorio y me pedía que cerrase la puerta de la oficina—. Pero finalmente nos vemos.
—Tenía pena de la situación que había pasado y por eso no quería venir—. Dije mientras frotaba mis manos en señal de nerviosismo mientras ella solo tomó mis manos.
—Ya te había dicho que había quedado en el pasado—. Me dijo ella mientras tomaba mis manos y depositaba un beso en ellas—. Ven mejor.
Ella me jaló a donde se encontraba sentada y me sentó en sus piernas mientras tomaba mi cintura y simplemente me miraba mientras la veía mirarme, parecía que quería decirme algo, pero abrieron la puerta de su oficina y me levanté del susto pensando en que podía ser alguien de la empresa, y me encuentro con aquella chica que era la presidenta de la sede de Londres.
—Vaya, vaya, vaya—. Exclamó aquella mujer con una larga melena negra—. Parece que no nos conocemos, mi nombre es Sara, soy allegada de la señora Jessica Cooper, ¿cuál es tu nombre?
—Soy Rivera—. Le dije mientras acomodaba un poco mi ropa, acción que hizo que Sara diese una sonrisa mientras me miraba—. Me encuentro trabajando como ayudante del sector administrativo de esta sede, mucho gusto.
—Es muy guapa—. Dijo Sara mientras miraba emocionada a Natalie quien solo se rio mientras la veía en la misma posición y con sus manos extendidas, pero no iría, no sabía ni quién era la mujer delante mío—. Pero en un ratito llega Joan, así que tengan cuidado con él.
Me sorprendieron sus palabras, ¿qué era lo que tenía que ver con Joan?, pero igual, Sara estuvo platicando con ella mientras yo me sentía un poco desubicada, y además tenía bastante trabajo que hacer y entregar, ya que estábamos próximos al final de mes, Joan entró y nos vio a las tres por unos segundos a cada una, pero la mirada que tenía con Sara y Jessica cambió tan pronto posó sus ojos en mí, sentía cierta hostilidad de su parte que se camuflajeada con una gran sonrisa, pero que igual hacía que se sintiese extraño.
Me retiré después de dejarle el trabajo a Jessica quién simplemente me agradecía de forma formal, me fui a sentar mientras me ponía a pensar en Sara, se veía como una persona igual con dinero con la ropa que traía, pero igual no quería ser prejuiciosa con ella, no la conocía, solo sabía su puesto y que era cercana a Jessica. Me dedicaba a teclear algunos resúmenes que necesitaba el líder mientras lo veía estresado a él mientras le gritoneaba a alguien por la línea telefónica y le deseaba la mejor de las suertes a la persona que se encontrase al otro lado del teléfono.
Observé como mi hermano me marcó, por lo que decidí responderle, ya que estaba la gente centrada en su trabajo y cada quién se encontraba encerrado en su propia mente por las cosas que teníamos, pero veía como Jessica y Sara daban un tour por el piso mientras ella le presentaba a Sara quién le sonreía a todo el personal.
—¿Me escuchas? —. Preguntó mi hermano desde el otro lado de la llamada—. Te he traído la comida baja al lobby para recibirla, por que no me quieren dejar entrar.
Colgué mientras me dirigía abajo, casi salí corriendo ya que era la hora del almuerzo, pero como había tanto trabajo, la gente ni siquiera salía a la zona de comida usual, tampoco iban a comer a otro lado, y aunque el mes estaba por concluir y tenían que dejar todo listo, ya que si se atrasaban tendrían más trabajo para el siguiente mes ya que se iría acumulando. Demasiado papeleo pero tenía que admitir que la paga era buena, pero nos exprimían el doble, aunque las prestaciones y vacaciones eran muy consideradas.
Al bajar al lobby vi como mi hermano estaba recargado en la pared mientras veía celular con insistencia y al verme se alivió para después saludarme fuertemente con la bolsa de la comida agitándola de un lado a otro, llegué corriendo por sus gritos y la forma en que agitó a la bolsa, ya que no quería que todo se regara dentro de la bolsa y que el alimento misterioso terminase siendo un desastre.
—Te he traído un poco ensalada con una pechuga que hizo la chica de la estética, hizo una pequeña fiesta y me dijo que te trajera, además hay un trozo de pastel que partieron hace rato y me mandó para dártelo—. Que considerada era la chica de las manicuras, además mi hermano me entregó una botella de agua fría—. Y esta la compre yo, eso de pedirle más me daba pena.
—Si tú eres el menos penoso de los dos—. Le dije mientras le revolvía el cabello y él solo soltó una sonora carcajada—. Gracias por traerme las cosas hasta acá, ¿tú ya comiste?