Jessica Cooper
Seguía siendo viernes, pero decidí ir con Joan y Sara para hablar con ellos e igual tenía curiosidad sobre las opiniones que tenía ella sobre Rivera, recordaba que durante la universidad mientras estudiábamos había un secreto a voces y era que Joan con ella podían ser una potencial pareja, ya que a ambos les gustaban las mismas cosas y eran muy cercanos, pero siempre que podían ellos siempre lo negaban diciendo que no pasaría su amistad a segundo plano, incluso yo los veía como una prometedora pareja, pero parecía ser que ninguno de los dos se interesaba del otro en un aspecto romántico.
Sara era una de mis amigas no tan frecuentes pero que sabía que si le llamaba podríamos ponernos al día en una llamada mientras la mayoría del tiempo ella hablaba, yo era mucho más de escuchar a la gente, y solo tenía que hablar cuando lo necesitara. Nuestro chófer nos dejó en mi departamento, mientras Joan simplemente pedía las bebidas a la tienda de conveniencia que se encontraba cruzando la calle, para que tan pronto llegáramos al sitio, pudiéramos pagar y comenzáramos a tomar.
Quién tenía el peor aguante era yo, y por lo mismo era la razón por la que no tomaba tanto, a excepción de copas de vinos cuando de cerraba tratos, pero esas eran ocasiones especiales, quiénes si tomaban de forma pareja eran Joan y Sara, ambos tenían una gran resistencia al alcohol y ellos eran siempre los que me salvaron durante las fiestas durante la universidad en donde pretendían hacerme beber.
Joan compró diversas botanas y yo simplemente le preste un poco de platos vasos para no comprar desechables como él solía hacer ya que no le gustaba andar lavando trastes al terminar cualquier reunión, Sara estaba preparando las bebidas con un poco de Vodka y jugos naturales que se habían comprado en la tienda de conveniencia. Yo solo veía como Joan se le quedaba viendo a la exorbitante cantidad de alcohol que e ponía comparado a la mínima cantidad de jugo q lo colocaba a la bebida.
Coloqué un poco de música mientras veía como aquellos dos se empinaban aquellas monstruosas bebidas que Sara había preparado, iban a terminar ebrios, lo sabía, y parecía que esa la intención de Sara al no poner hielos en la bebida de Joan, algo de información le quería sacar, pero ella no sabía que se estaba poniendo ebria también y si ella se ponía ebria se iba a querer dormir y la tendría que llevar arrastrando hasta mi cuarto, ya que yo estaba durmiendo en el sofá.
—Estaba pensando en quizás regresar a Estados unidos durante una breve temporada—. Esa declaración me hizo sorprender ya que yo a ella ya necesitaba como líder en Londres—. Pero quizás no lo haga, le agarré un gusto al trabajo de la empresa y quizás venga más seguido aquí a molestarlos.
—Tú ya lo haces perfectamente desde la comodidad de tu sede en Londres—. Joan recibió un empujón bastante fuerte de Sara quién solo reía mientras le hacía caras burlescas a Joan quién solo bufó.
—No digas esas cosas, que tú sigues igual de niñero de Jessica y nadie te dice nada—. Ajora fue Joan quién empujó a Sara, pero con menos fuerza mientras ella sonreía orgullosa de lo que había dicho y él solo abría la boca con una expresión fingida de ofensa—. ¿O estoy mintiendo?
—Él no es mi cuidador—. Le dije a Sara mientras ella solo asentía como si mi opinión no importase y Joan simplemente se reía—. Pero es verdad que no importa dónde estés siempre estás molestando.
—Es un placer siempre cumplir sus expectativas—. Sara hizo una reverencia burlesca mientras nosotros nos reíamos con ella—. Ya tenía mucho tiempo que no bebíamos los tres juntos.
—¿Desde la universidad no lo hacemos verdad? —. Pregunté con curiosidad mientras los otros dos solo asentían—. Bueno sé que al menos ustedes dos cuando andan juntos en Londres se la pasan muy bien.
—La pasamos muy bien, pero nada como volver a ver una vieja amiga—. Dijo Sara con un tono melancólico para después darle un sorbo prolongado a su bebida—. Pensé que me la pasaría con ustedes de recorrido por la ciudad, pero sé por Joan que los sábados te desapareces Jessica.
Eso era verdad, ya tenía varios fines de semana que no hacía nada durante los sábados mas que ir a “Inferus” a ver bailar a Rivera, mientras pensaba que quizás y este sábado no haría eso, ya que tenía una visita que no llegaba todos los días, así que quizás era un poco prudente no ir, pero igual si podía me escabulliría de donde estuviese para intentar hablar con Rivera aunque sea un rato.
Pretendía recuperar el tiempo que no la vi siquiera en la sede, ya que ella me estuvo evitando durante toda la semana por la situación del casi asalta que tuvimos en su barrio, evento que tuvo a Joan muy molesto hablando pestes del sitio, pero no podía culparlo, nos habían reventado los neumáticos del auto, nos iban a quitar nuestras pertenencias y quién sabe que tanto más nos hubiesen hecho.
Yo solo veía como Joan se iba empinando la bebida cada vez más y poco a poco veía como sus movimientos se estaban viendo un poco más torpes conforme cada bebida pasaba, al igual que Sara decía más y más tonterías conforme más alcohol entrase a su sistema, y yo solo me mantenía tomando jugo de frutas ya que yo tenía que mantenerme sobria por que no quería tener problemas en mi propio departamento. Joan se levantó como pudo y tropezándose fue a mi baño.
—Parece que mi plan ya está funcionando—. Dijo Sara acercándose a mi oído pero incluso siendo capaz de sentir su aliento a alcohol—. Aprovecha que Joan está en sus cinco sentidos para preguntarle que es lo que le molesta, que está más insoportable que nunca.