Inferus

Capítulo 21

Natalie Rivera

Era un sábado por la noche, mi hora de salir estaba próxima, tan pronto me dieran la señal de salir lo haría, me miré por última vez en el espejo mientras priorizaba que todo estuviese en orden. Me reprendí por sentirme nerviosa, creía que mientras más tiempo pasara trabajando aquí me volvería una persona más segura pero los nervios eran menos que a primera vez.

—Es tu turno—. Me dijo uno de los chicos que se encontraba en a entrada de la pista de baile que sabía que pronto se llenaría con billetes.

Al salir sentí la luz del reflecto dándome directamente en la cara mientras escuchaba los gritos de las personas de “Inferus”. Comencé a deslizar las manos en mi cuerpo de forma sensual mientras me sentía una con la música. La canción que se escuchaba de fondo era lenta, se sentía la sensualidad en la voz del artista y eso era lo que trataba de proyectar con mi baile.

Volteé a ver a las barras de bebida en busca de Jessica, aquella castaña con traje a quién siempre esperaba incluso si no quería reconocerlo, observé que como lo usual se encontraba tomando un poco y no vi a nadie conocido a su alrededor, por lo que me dispuse a seguir bailando.

Jugueteaba con mis prendas al ritmo de la música mientras me movía sensualmente por el tubo de baile que tenía la plataforma de baile mientras me apoyaba en mis zapatos de baile que, a simple vista, parecían unos tacones inmensos que me ayudaban a mantener el equilibrio permitiéndole a mis movimientos a capacidad de ser más fluidos. Un poco de abrir piernas mientras mostraba mi conjunto dorado de dos piezas que combinaba con la decoración del sitio.

Veía como el piso se tapizaba de billetes de diferentes denominaciones como solía hacerlo, y yo me ponía a bailar mientras sentía la mirada lujuriosa de aquellos hombres que me deseaban en el escenario mientras sentía como el tiempo se detenía para ellos y que lo único que podían hacer era verme bailar. Me sentía deseada e inalcanzable por las miradas de los espectadores que sentía venir de todas direcciones.

Me aseguré de mirar a todos lados para que las personas sintiesen ese momento de recuerdo para que estuviesen llenos hasta la próxima vez que me viesen bailar, ya que si entrabas a primera vez, era difícil que dejases de venir a “Inferus" a disfrutar del ambiente y la buena vista que las bailarinas le dábamos al lugar. Sabía que la canción estaba por terminar, por lo que preparé unos cuantos movimientos concisos mientras les daba la fuerza y precisión a los movimientos para darles un buen final a los espectadores.

Que tan pronto llegó fue llenado por aplausos de todo el lugar mientras yo hacía un ademán para mandarles a todos un beso e irme por donde había entrado, sabía que había dejado una buena presentación, además que los asistentes recogerían la propina que se llevaría mi hermano a casa, para poder tener dinero en la casa. Al salir me sentía cansada, suspiraba tratando de recomponerme y tomé una de las toallas mientras las bailarinas solo me miraban.

Me encantaría decir que el ambiente entre las bailarinas era bueno, pero estaría contando una vil mentira, ya que a realidad era distinta, casa una de ellas trabajaba duro para obtener propinas y su sueldo para mantenerse, y a muchas de ellas les molestaba que en mi radicara ese poder que si no me presentaba, el público que visitaba al club bajaba muchísimo, además que yo tenía un estatus de “La intocable” a comparación de ellas que por un poco más de dinero cobraban para dar servicios especiales, y no las culpaba, todas estábamos en el mismo barco sobre la necesidad monetaria para trabajar  en esto.

Pero el ambiente no era el mejor, era un ambiente muy tóxico y competitivo que trataba de alejarme, por ello no tenía ninguna relación cercana a las bailarinas, de quiénes si tenía un poco mas de contacto era con los meseros del lugar, ya que quería saber con que tipo de gente trabajaba mi hermano, además que el personal del sitio no cambiaba mucho ya que las pagas eran buenas y no había que hacer mucho.

Entró como siempre Jessica con aquella sonrisa despampanante mientras yo solo tomé su brazo mientras la arrastraba a los cubículos especiales, lugar en donde casi no se escuchaban los ruidos entre cabinas, además que no se escuchaban ni se podían ver de afuera hacia dentro del pequeño cuadrado que era esa habitación.

Tan pronto estuvimos dentro de a habitación, ella me jaló a su regazo y comenzó a besarme sin aviso previo, ni siquiera un hola, pero decidí seguirle el beso, que poco a poco se fue intensificando, que comenzó a hacer que el lugar se sintiese caluroso, observé como ella colocaba sus manos por debajo de mi espalda sin pudor alguno, ella comenzó a bajar sus besos por mi cuello mientras tuve la oportunidad de mirar su rostro, se veía agitado y desesperado, mezclado con un poco de emoción, algo había sucedido y parecía que a eso se debía su actitud atrevida.

Comenzó a deslizar sus manos por mi espalda mientras me desamarraba mi cabello haciendo que ella sonriese en mi rostro, sentí como con sus piernas comenzó a abrir un poco las mías cosa que me hizo entrar en razón, no deseaba que las cosas fuesen tan deprisa, todavía no sabía las verdaderas intenciones de Cooper y tampoco estaba completamente segura de que aquella primera imagen que tuve de ella estuviese totalmente mal.

—Espera—. Le dije mientras ella paraba y me miraba con un rostro de preocupación, para después tocar su rostro con mis dos manos.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.