Inferus

Capítulo 22

Sara Brown

Me sorprendía el hecho que todavía seguían aguantándome aquellos dos mientras yo me la pasaba paseando por la sede principal que estaba en New York, Jessica ya se había cansado de mi, así que me había dicho que mejor fuese a ver a todo el personal para que modificara o implementara nuevos departamentos en mi sede en Londres, pero quién no me había quitado un ojo de encima había sido Joan.

Me daba un poco de melancolía recordar la universidad junto a ellos, cuando nos solíamos encontrar al terminar las clases, antes estábamos tan libres de responsabilidades, ahora era muy raro que ellos asistiesen a fiestas que fueran fuera de la empresa, su vida giraba entorno a la empresa, por eso me sorprendió lo que vi el sábado en la noche cuando seguía a Jessica cuando se había escabullido, lo que más me sorprendió, fue verla llegar a el club “Inferus” que al verlo por primera vez parecía un club normal, pero al acercarme un poco observé que no era un club normal, era uno de striptease, y me sorprendí al ver que Jessica que encontraba en un lugar allí, y pensando un poco en lo que Joan me había dicho, quizás allí era en donde se la pasaba los sábados durante las noches.

Pero no pude entrar, me reprendí mientras me alejaba del lugar, no iba a regresar a época de mi vida en donde estaba tan centrada de ver a Jessica como en la universidad, razón por la que decidí alejarme de ella en el último año de universidad, pero ella decidió buscarme pensando que fue su culpa, algo que ella había hecho mal, pero decidí mentir y que me tenía que hacer cargo de mis padres en Londres, así que me fui un año entero a Londres para trabajar en el campo alejándome de la civilización.

Pero antes de que siguiese pensando decidí ir a una pequeña tienda de conveniencia que había visto cuando iba siguiendo a Jessica para no perderme en las calles de Manhattan, y compré unos cigarros, había pasado un tiempo desde que había fumado, pero la situación lo ameritaba, además que hacía un frio insufrible, pero al salir de la tienda me quedé un rato fuera de ella mientras veía como la noche pasaba, no sabía si regresar o no, ya que me había quedado bastante rato y ya le había perdido la pista a Jessica ya que me prometí que ya no haría eso, aquella etapa mía ya había pasado.

Pero no importaba que tanto me pensara y jurar algo cuando se traba de Jessica, ya que en ese momento, la vi a lo lejos, ya que nadie traía un traje mientras caminaba durante la noche por las frías calles de Manhattan, pero traía a alguien a su lado y no pude distinguir ya que instintivamente me fui a esconder como si estuviese sido perseguida y observé lo que hacían ya que había un callejón a un lado de la tienda de conveniencia en donde todo se podía ver, pero lo más sorprendente fue que tan pronto se sentó parecían estar hablando de algo realmente serio, al ver que la extraña se había removido un poco el cabello y ya le podía poner un nombre aquella familiar cara, era Rivera, la chica que había visto en la oficina de la jefa.

Me sorprendió ver tan sonriente a Jessica, parecía una persona tan distinta , y eso me asustó, sabía que ella casi siempre era seria, incluso con Joan y conmigo, por ello, el verla tan sonriente hizo que sintiese disgusto por la escena que estaba pasando, pero yo no sabía nada de nada hasta que vi como Jessica le plantó un sonoro beso a aquella mujer que también se rio, ahora entendía las sospechas que tenía Joan y no eran equivocadas, de verdad esa mujer estaba detrás de Jessica.

Algo que era muy curioso, era el hecho que en la universidad muchas veces nos juntaban a Joan y a mí, cuando en términos de pareja se trataban, ya que ambos teníamos una personalidad similar e incluso estábamos interesados en cosas similares haciendo una fácil convivencia, pero no era eso lo que nos unía, lo que me tardé en definir como una obsesión hacia Jessica, ambos la teníamos , pero igual ambos nos habíamos rendido en querer poseerla, ya que el otro trataría de evitarlo y ambos quedaríamos mal enfrente de ella, por lo que habíamos llegado a un acuerdo que ninguno de los dos intentaría nada. Pero después de un llamado de emergencia por parte de él fue que decidí venir a verla.

Pero a diferencia suya, yo si reconocía que eso estaba mal y no pretendía regresar a eso, por eso yo había dado un paso al costado y me había ido por un tiempo, pero Joan no, él seguía detrás de Jessica como el día uno, y ella parecía que no se daba cuenta de eso ya que eso había pasado toda su vida, pero cualquiera que conociera realmente las decisiones de esos dos lo abría, él no tenía una opinión propia a excepción que sea algo que le suceda a Jessica, él era capaz de contratar a alguien para investigar a alguien que estuviese interesado en ella, ya que si no era de él, no sería de nadie.

—¿Qué tanto piensas? —. Me preguntó Joan mientras me ofrecía un dulce que le acababa de dar la recepcionista pero sabía que al él no le gustaban así que solo lo abrí y me lo comí—. ¿Te quedaste sentida que Jess te pidió que te fueras a molestar a otra parte?

—Ni que fuera tú para sentirme mal por eso—. Le dije mientras su sonrisa que siempre usaba para ser carismático con todo mundo se apagaba, pero comencé a hablarle en clave ya que en la empresa siempre había oídos por todos lados, incluso si estábamos en una de las salas de descanso sin nadie dentro —.  Supongo que ya tomaste cartas con aquel asunto que te molesta.

—Ya,  pero yo no meteré las manos directamente—. Dijo él mientras entendía que quizás había contratado a alguien para investigarla—. Trata de no hacer tus planes tontos para que el alcohol haga soltar mis verdades, por qué tú también puedes salir perjudicada, yo solo quería pasar un buen rato contigo, no era necesario que me dejaras en ese estado para que Jessica me preguntase las cosas, si ella quiere una respuesta, se la daré.




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