Jessica Cooper
Había ido a cenar el viernes con mi padre y su prometida que era unos años más grande que yo, una chica muy amigable, mi padre estaba muy emocionado sobre la próxima boda que se celebraría en unas cuantas semanas, y como hija suya tenía que estar en el evento en donde llevaría a Natalie si ella lo deseaba, la comida con mi padre fue una verdadera velada que incluso si era la tercera rueda en ese momento de lo melosos que eran, no me importaba, mi padre se veía realmente feliz y a mi era lo que me importaba.
En ese momento yo me encontraba en “Inferus”, era la presentación estelar de “La intocable”, así que me encontraba en el lugar de siempre, me molestaba como se abalanzaban las personas por Rivera mientras ella bailaba, pero desde la posición en donde yo me encontraba, estaba bien, ese día teníamos una cita en mi departamento, así que iríamos a compara algo para llevar al restaurante de comida italiana que tanto le gustaba a ella y nos quedaríamos en mi lugar.
Ella comenzó a bailar sensualmente mientras yo solo la murada siendo presa del magnetismo que ella tenía, al igual que los demás en el club, cosa que me hizo sentir una presión en el pecho, seguido de un disgusto, y lo provocaba ese pensamiento que todos la deseaban, así que comencé a pensar que es lo que debía de hacer, primero si ella se encontraba en este lugar era por el tema económico, por las deudas que ella tenía, lo único que tenía que hacer era pagarlo, por mucho tiempo el dinero no era algo que me importase como en ese momento en donde tenía el dinero y podría realizar una buena acción que traería buenos resultados a futuro, y quizás el único trabajo que tendría Natalie sería en la empresa.
Ella en algún punto me había comentado sobre su hermano que había decidido dejar la escuela un semestre para ayudar a pagar los gastos de la casa como mesero de “Inferus”, así que también sería bueno que al quitar la deuda lo único a lo que él se dedicaría sería estudiar, y quizás dándome un plus sobre la opinión que tenía, que probablemente era una mujer solo estaba comprando a su bella hermana.
Sentí el vodka deslizarse mezclado con un poco de agua mineral mientras veía la presentación de Rivera, que por lo que escuchaba de gente alrededor mía, sería una presentación doble, por lo que estaría más tiempo en la pista de baile que ya estaba atiborrada de billetes de diferentes denominaciones, más que de costumbre, así que ese era lo que podía lograr si hiciese presentaciones dobles.
—Jessica Cooper, mucho gusto—. Uno de los meseros me extendió su mano, la cual recibí mientras le veía el rostro, era el hermano de Natalie, ya que eran muy parecidos, su pequeña identificación plateada en su pecho que decía Rivera me indicó que era él—. Soy Rogelio Rivera.
—Tu hermana me había hablado mucho de ti—. Cosa que no era mentira ya que ella estaba muy orgullosa de él y lo presumía como si fuese un hijo—. ¿Qué te trae por aquí?
—Además de estar trabajando, quise conocer a la persona que se ha estado visitándonos al nuevo departamento que usted le regaló—, Dijo él con un aura felina, tal y como la que tenía su hermano, parecía que eso lo había aprendido de ella o quizás era algo de familia.
—No me trates de usted—. Le dije un poco incómoda por la formalidad de sus palabras—. Solo nos llevamos unos años Rogelio, además no estoy en un ambiente laboral, como puedes ver.
—Te diré Jessica en ese caso—. Dijo él mientras yo asimilaba las cosas poco a poco—. Quiero que sepas que Natt además de ser mi hermana, prácticamente me crio, por lo que yo soy riguroso con sus parejas, ya que ella solo se merece lo mejor de lo mejor, ¿entiendes?
—Yo sería igual que tú en las mismas circunstancias—. Le dije tratando de empatizar mientras él miraba hacia donde se encontraba su hermana bailada dando vueltas en el tubo de baile mientras usaba unos tacones enormes—. Hoy iremos a mi departamento a tener una cita, pero si quieres un día podemos ir a algún sitio para pasar tiempo de caridad.
—Si quieres pasar tiempo de caridad conmigo, tienes que ir a los partidos de Beisbol conmigo—. Dijo él mientras yo apuntaba ese dato para mi lista mental de cosas para ganarme a su hermano—. O incluso jugar videojuegos conmigo, con eso ganarás buenos puntos, tienes potencial y demás eres guapa, así que no me decepciones.
Antes que pudiese responderle lo llamaron en una de las mesas cercanas a mi por su vestimenta de trabajo y él solo se despidió rápidamente mientras regresaba a trabajar, yo seguía viendo la presentación de “La intocable”. Me sorprendía de la cantidad de propina que le dejaban a Natalie mientras ella movía sus manos de forma sensual por su cuerpo.
Ella se mantenía con las luces de la pista, además que la gente le gritaba como animales, como si eso hiciese algún cambio en su presentación, yo simplemente me mantenía, absorta en toda la situación que parecía que pronto terminaría, ya que los reflectores se estaban a pagando paulatinamente hasta llegar a la entrada, En donde Rivera hizo una reverencia hasta que se apagó el último reflector y ella salió de la escena recibiendo la ovación del club, para después ver los típicos asistentes que recogían las propinas que le habían dejado.
Pero al entrar a la parte trasera como solía hacerlo, escuché como estaba en silencio donde se encontraban las bailarinas del club, así que solo esperé a que Natalie saliera e irnos de aquel incómodo lugar en donde algo había pasado, pero al verla a ella estaba más feliz de costumbre, por la cantidad de propinas que le habían dejado esa noche.