Sara Brown
Desde la última vez que había llegado a Manhattan habían pasado muchas cosas, y una de ellas era que Jessica se encontraba saliendo con Rivera, ambas estaban muy felices en la fiesta que hubo después de la ceremonia en la iglesia que hubo en la boda por el tío Cooper, él ya había hablado conmigo con anterioridad de una posible boda, idea que me agradó debido a la felicidad que él tenía, pero lo más sorprendente era ver a Jessica con pareja.
Muchos de los altos puestos de la empresa se encontraban en la fiesta, incluyéndome, pero había algo que me preocupaba, y era el hecho de lo tranquilo que estaba Joan, incluso si él lo deseaba sabía que lo debía de estar carcomiendo por dentro a todas horas, solo que su semblante no lo reflejaba, pero al observar el momento cuando Rivera y el tío se vieron fue extraño.
Él se puso pálido mientras le daba la mano a aquella mujer que sonreía contenta por el ambiente de la fiesta, quizás ella sabía algo para que él se pusiera así, pero ante los ojos de Jessica quién solo se mantenía mirando a su chica mientras su padre se estaba colapsando mentalmente por alguna razón que desconocía.
Ellas decidieron irse a bailar, así que decidí ir a hablar con Joan quién se encontraba bebiendo alguna bebida alcohólica mientras estaba arrinconado en una de las esquinas con un saco algo largo con muchísimos bolsillos, al acercarme el solo giró sus ojos como si mi presencia le produjera un hartazgo, cosa que me hizo reír.
—Parece que no te la estas pasando tan bien—. Le dije a él quién solo me dio una mala cara mientras yo me reía por lo bajo pero le seguía hablando—. Te recomiendo que dejes esa cara de despechado, no te conviene en un evento como este.
—¿Despechado? —. Preguntó Joan con una sonrisa de lado—. No soy tú Sara.
—Yo ya le he sacado de mi vida desde hace tiempo pequeño—. Le dije tranquilamente a él para después colocar mi dedo índice con fuerza en su pecho—. Pero tú, ¿ya lo has hecho?
—Simplemente me frustra que ella siempre quiera pasar tiempo que Rivera, ni siquiera podemos salir después de trabajar—. Dijo él con molestia en su voz mientras quitaba mi dedo de su pecho con un manotazo—. Debí haberme deshecho de ella desde hace tiempo, pero no se separan.
—Yo creo que eso de decirle ese tipo de cosas sobre ella no te sirvió querido, ya deberías de dejar de intentarlo—. Le dije mientras el negaba con una tranquilidad inquietante—. Además si la quisieras sacar de su vida, mandarla a trabajar a otro sitio, no podrás, recuerda que tu solo eres el secretario, no el jefe de la empresa.
Parecía que eso era algo que él no deseaba escuchar, ya que solo me miro de arribo abajo molesto, para después irse de donde estábamos, pero no me interesaba, yo no estaba allí para decirle lo que él deseaba escuchar. Después de fingir que mi hermana había tenido un problema que atentase contra su salud, tuve el tiempo de tomarme un buen respiro y evaluar las cosas desde la distancia.
La fiesta era de máscaras, ya que la ahora esposa del señor Cooper había deseado que la temática fuese así, por lo que todos veían vestidos elegantemente con más con sus respectivas máscaras, pero incluso se podían reconocer a unos cuantos que no traían, como era el caso de Joan, ya que a él jamás le había parecido el tema de las fiestas temáticas, pero sabía que estaba aquí por compromiso.
Me encontraba mirando a la pista mientras veía a la gente bailar una lenta balada, ya que los recién casados acababan de abrir la pista para todos los invitados, y fueron aquellas dos a bailar mientras se sentía el dulce en el aire, peo me alegraba, por primera vez había visto que Jessica tenía tal enamoramiento con alguien, y que a Joan se le hubiese pasado, o quizás él no esperaba que esas dos terminasen juntas, pero era más que obvio, si hasta la iba a buscar su sector en donde no tenía absolutamente nada que estar haciendo, o la mandaba a llamar a su oficina cuando perfectamente podría recibirla Joan y no a ella, si no al encargado del sector.
La música comenzó a ser más rápida y comenzaron a entrar todos a la pista tuviesen pareja no o no, pero vi a lo lejos como Jessica se separó un momento de Rivera quién se dirigió hacia los baños del lugar en donde había rentado el tío Cooper, una gran hacienda en donde se encontraba decorada para la ocasión. Así que decidí llegar a hablar con ella. Ya lo había hecho desde la mañana de ese día ya que había llegado desde Londres y ella me recibió con Rivera en su coche, pero deseaba hacerlo para saber como se sentía con todo esto de la boda con su padre.
—¿No has visto a Joan? —. Me preguntó ella al llegar, pero simplemente levanté mis hombros para mostrarle que no tenía ni idea—. Que mal, quería hablar con él, por que con todo esto de ir por ti hasta el aeropuerto y lo de la boda, no lo he visto desde ayer.
—Hace rato, pero no tengo ni idea de en donde se metió—. Le dije mientras gritaba un poco debido a la música—. ¿Qué hay de ti picarona? Veo que estás presentándole a todo mundo a Rivera.
—Fue idea de Natalie—. Dijo ella mientras me sorprendía por sus palabras., creía que ella sería una mujer un poco más discreta con su vida personal en el trabajo—. Así que le hice caso.
—Tengo entendido que igual trabajaba en “Inferus” —. Le dije a Jessica quién solo asintió, información que sabía por boca de Joan quién siempre que podía la maldecía—. ¿Ya no trabajará allí?
—Cuando ella fue para dejar de trabajar, su jefe quería demandarla por incumplimiento de contrato, pero yo lo amenacé de dejarlo en la calle—. Dijo orgullosamente Jessica mientras me reía por lo que acaba de decir que conociéndola, era capaz de hacer lo que decía—. Pero el negocio va a decaer ya que ella era la atracción principal durante los sábados donde había más gente.
—¿Cariño me puedes ayudar con unas cosas? —. Llegó su padre para que la fuera a ayudar con algunas cosas—. Te la quitaré por un ratito.