One shot

Hola a todos los estimados lectores y estimadas lectoras. Como ya van viendo. Me gusta mucho escribir sobre mis experiencias personales e historias que me gustan mucho a modo de un cuentito corto. Me resulta bastante liberador y emocionante escribirlo así. Y pues esta historia no es la excepción. Basado en hechos reales y tambíen con moraleja al final.

Pues como el título lo dice les contaré sobre una traición, una infidelidad desde “Asiento VIP”.

Introducimos a nuestro personaje principal, Marta. Una chica de 22 años recién graduada de la universidad, con trabajo en una buena empresa, con una familia linda, hermanos lindos y padres comprensivos que la dejaban vivir su vida. la dejaban trabajar y la ayudaban a ahorrar.

Tenía un enamorado lindo, alto y un tanto flaquito. Como dicen todos, lo importante en esa relación eran los sentimientos. Sentimientos bien profundos pues Marta y su enamorado de nombre Ricardo ya llevaban bastante tiempo, poco más de dos años.

Hasta este punto parece la vida normal de una chica que busca progresar. Parece una vida en camino a ser perfecta. 

Pero de pronto llegan esos puñetazos de la realidad que no solo te hacen pisar tierra, además de eso te hunden en el lodo.

Estimada lectora, estimado lector, si pensaste que esta era la historia de una chica que se entera que su enamorado la está engañando, te equivocaste. Sigue leyendo, te doy la bienvenida al cuentito de como Marta descubre que su papá le está sacando la vuelta a su mamá, con otra y eso no es todo.

Todo empieza cuando Marta se encuentra en uno de sus días normales de trabajo una quincena de noviembre. Ese mes era decisivo para ella, ya que era su último semestre en la universidad y terminaba de presentar reportes finales, exámenes finales entre otras tareas.

Sumado al trabajo, apenas y tenía tiempo para verse con su enamorado de tanto en tanto. 

Razón por la cual prestaba poca atención al celular y mucho menos contestaba llamadas desconocidas. Si lo piensas, muchas veces, al no contestar a números desconocidos te ahorras la incomodidad de rechazar a los vendedores que buscan hasta la última gota de tu sueldo.

Esos días de quincena de noviembre, Marta recibió bastantes llamadas de diferentes teléfonos desconocidos. En su lógica, ella pensó lo que mencioné antes, que esas llamadas eran de vendedores, hasta que recibió una llamada hecha a través de Whatsapp, desde un número también desconocido, al ser una llamada hecha por la aplicación puedes ver la foto de perfil y la foto que se registró era de una mujer; pero después esa foto ya no se visualizó. 

Ese hecho sí le llamó la atención y cuando tuvo tiempo de devolver la llamada a ese número en particular, estaba apagado. Decidió no darle más vueltas al asunto y dejarlo pasar ya que, como dije con anterioridad, estaba terminando la universidad. Se cerraba una bonita etapa para ella que de por sí la sentía como una etapa exitosa.

Pasó más de un mes sin novedad. Todo iba bien y sin llamadas extrañas. Ya era diciembre y a principios de ese mes el papá de Marta tenía que viajar a otro país por temas de negocios. Le dijo a la familia que no podrían pasar las festividades de Navidad y Año Nuevo juntos pero que en enero les traería bonitos regalos en recompensa. 

Cuando hay mucha convivencia familiar y sobretodo bastante confianza, nadie sospecha que puede estar pasando algo más. Marta, su mamá y sus hermanos no sospecharon nada, para ellos era otro viaje de negocios normal que el papá hacía. Jamás se imaginaron que durante ese viaje se enterarían de los secretos del disque padre.

Días antes de Navidad, múltiples números desconocidos comenzaron a azotar el celular de Marta, pero siempre llamaban en mala hora y ella no podía contestar. De nuevo pensó que eran vendedores, porque al devolver la llamada a esos números, salía el buzón automático. Esta vez decidió bloquearlos para que no molesten más.

De pronto, el día de Navidad, uno ajetreado y lleno de ilusión para Marta, ya que tenía que ir a trabajar y luego cocinar la cena navideña además de envolver regalos. Ese día, para ella fue el “DÍA D”.

Como todos los días laborales, se levantó a las 6 de la mañana. Con el cerebro convenciendo al cuerpo de que se tenía que tomar una ducha antes de ir al trabajo, de pronto se le ocurre ver Instagram en su celular por unos minutitos. La cuenta de Marta era una normal, pocos seguidores a pesar de que estaba en modo público pues no tenía nada que esconder de nadie y sus últimos posts eran de comida, de que estaba celebrando haber terminado la universidad. 

De pronto, en tiempo real recibe dos notificaciones de que una Judith estaba dándole “like” a sus últimos posts de Instagram. Esto le parece raro por la hora y por el género de la desconocida usuaria. Con el sexto sentido ya activado, decide ver el perfil de esta persona llamada Judith, el cuál también estaba en modo público. Mientras navega descubre que es una señora con hijos de edades diferentes, hijos ya grandes hasta un bebé.

A la par que Marta navegaba en ese perfil, las notificaciones de “like” que habían sido el inicio de las sospechas, fueron borradas. Es decir, la usuaria Judith había quitado los “like”.