Infinidad — Futuro Sombrío

Capítulo 14

Thor junto a las valquirias atacarían desde tierra, Metatrón y Lucifer junto a varios ángeles y demonios atacarían desde el cielo, y por último, Uriel y Guilea junto con las fuerzas restantes atacarían desde el acantilado. Los dioses y héroes que quedaban con vida se quedarían a la espera y descansarían hasta que Vlad saliera.
Ese era el plan que ideó Metatrón. Aunque era arriesgado, ya que la fuerza entre los tres estaba muy desequilibrada, podía funcionar para que Vlad saliera.
 —¿Y John?
Lo que más le preocupaba a Guilea era John. Ninguno entendía porqué estaba tan ansiosa y quería que John se enfrentara contra Vlad.
 —John no podrá verte ya que tú estarás en el acantilado, y si Vlad sale, irá a por él.
Guilea quedó pensativa unos instantes antes de mirar a Metatrón.
 —De acuerdo... Uriel, llama a todos los que nos ayudarán, abriré una grieta espacial. Metatrón y Lucifer, vosotros iros y atacad el castillo con todo lo posible. Thor, encuentra ese diario si tienes la oportunidad.

John había pasado las últimas horas destrozando todo tipo de esqueletos negros. En un principio, empezó a contarlos para decírselo a Vlad cuando lo viera, pero después de que llegó a las cinco cifras perdió la cuenta.
 —Esto no tiene fin... supongo que un descanso no viene mal de vez en cuando.
Justo al decir esas palabras se giró, pero detrás suya había múltiples mujeres en armadura montadas en pegasos, al frente estaba Thor con un cuerno vikingo que hizo sonar.
 —¡A la carga valquirias!
 —Esta broma no tiene gracia...
Los pegasos corrieron hacia la dirección en la que estaba John, obligándolo a correr hacia el castillo si no quería que lo pisotearan.

En el cielo, Lucifer y Metatrón observaban a John corriendo.
 —Thor ya está "entreteniendo" a John ¿Cómo comenzamos a atacar nosotros?
Metatrón miró a Lucifer, algo que hizo que Lucifer sonriera lleno de regocijo.
 —Parece que no eres tan "perfecto" como haces creer a todo el mundo.
En ese momento, un demonio llegó y se arrodilló frente a Lucifer.
 —Mi señor, ya tenemos las perlas necesarias para empezar.
 —¿Perlas?
Lucifer sacó de uno de sus bolsillos una perla del infierno y se la mostró a Lucifer.
 —Esto es una perla del infierno, y su uso depende de qué pidas. Reparte cinco a cada ángel y demonio.
 —Entendido mi señor.
Lucifer aplastó la perla en su mano, haciendo que ardiera. Segundos más tarde, las llamas formaron un arco ardiente rojo.
Metatrón entendió como usar la perla, por lo que hizo lo mismo que su hermano y creó un arco de fuego, aunque a diferencia del de Lucifer, era un arco cubierto en llamas blancas.

Detrás del castillo, en el acantilado, Uriel y Guilea se quedaron sin hacer nada.
 —¿Cómo vamos a atacar nosotros?
 —Nosotros solo haremos un único ataque que destruya el castillo
Uriel no preguntó nada más y solo dio una orden, defender a Guilea de los ataques.
 —Uriel, voy a comenzar, si soy distraída por aunque sea un segundo tendré que comenzar de nuevo.
Uriel no habló, simplemente asintió y sacó una espada plateada. En cuestión de segundos, el cuerpo de Guilea comenzó a brillar con una luz blanca.

Vlad sintió un peligro inminente en ese momento. No sabía de dónde procedía ese peligro, pero era algo a lo que no podría sobrevivir ni siquiera en su estado actual.
Desde que absorbió a Sara, había rejuvenecido y ya no sentía la necesidad de beber la sangre humana.
Aunque había algo en él que había cambiado. Estaba obsesionado con algo que escribió en su diario, la Teoría de la Deidad Primigenia. Una teoría que no sabía quién la había escrito, pero dejaba en claro que el Dios Cristiano no fue el creador del universo. También hablaba de una deidad con aspecto de mujer, mucho más poderosa que los dioses conocidos.
A Vlad nunca le atrajo esa teoría, pero desde que absorbió el alma de Sara, se sentía extraño, como si un ser sin forma y todopoderoso lo estuviera vigilando.
Vlad sintió bajo sus pies múltiples estruendos. La lámpara de araña en el techo se tambaleó antes de caer al suelo, rompiéndose. Vlad se acercó a la ventana y miró a través de ella, entre todas las valquirias, pudo discernir a Thor y también a alguien más, alguien que vestía ropa normal, como si no fuera un guerrero del Valhalla, un ángel o un demonio. Entonces recordó lo que le prometió a Omega, hacer que un hombre que se llamaba John utilizara un arma sagrada.
 —¿Ese hombre es John?
Vlad cogió la espada que descansaba en la pared y fue a encontrarse con ese hombre.

John no podía atacar siquiera a los esqueletos negros, en cuanto se despistaba, un pegaso pasaba cerca de él.
Un chirrido resonó en toda la zona, John no fue el único que lo sintió, también Thor, el grupo de Lucifer y Metatrón, y el grupo de Uriel y Guilea, todos sintieron una presencia tenebrosa y una gran sed de sangre.
Thor tocó el cuerno vikingo, haciendo que todas las valquirias se retiraran, dejando a John al frente.
John miraba el portón que se abría lentamente. Cuando se abrió por completo, un hombre en armadura roja, con barba y cabello largo castaño, y una espada en su mano apareció caminando lentamente.
 — ¿Tú eres John?
Aunque su tono de voz era suave, no le hizo falta gritar para que todos lo escucharan. Antes de que Vlad reaccionara, John se abalanzó contra él, cubriendo varios metros de un salto, y golpeó su cara haciéndole sangrar, aunque no logró moverlo o hacerlo retroceder.

Guilea fue la primera en sentir a Vlad.
 —Uriel, vete con todos los demás al frente.
Uriel no se negó, solo levantó su mano y cargó con todas las tropas, dejando a Guilea sola.
 —Espíritus de la majestuosa luz...
Guilea cerró los ojos y habló. Su cuerpo emitió una leve luz blanca.
 —Concededme el poder de un gran milagro.
Guilea sonrió, y mientras tenía los ojos cerrados, levantó su brazo derecho hacia el cielo.
Sin que nadie lo sintiera, un punto increíblemente brillante apareció en el cielo.



#1618 en Ciencia ficción

En el texto hay: angeles, demonios, dioses

Editado: 15.11.2021

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