Nathan desde muy niño ha mostrado un gran desarrollo de habilidades: aprender las cosas demasiado rápido, tener una gran fuerza y visión inhumana; aunque ninguna de esas se compara a su habilidad para ver el futuro. Nathan siempre tenía sueños lucidos, en el 16% de sus sueños veía el futuro y en el más pequeño de los casos realidades alternas, y en el 1% veía el pasado. El futuro que Nathan veía podía ser bueno o malo en las cuales el 50% de las veces era bueno o malo; esta cualidad le ayudó a poder aprobar varios de sus exámenes sin leer un libro ya que sus visiones variaban desde una semana hasta 2 años en las cuales el 30% de sus visiones veía un futuro de más de una semana.
Pero como se sabe: no todo es brillo y felicidad. Nathan tuvo varios traumas de niño y adolescente: porque sentía hasta sus pesadillas más oscuras y cuando eran simples sueños con un futuro malo o realidad alterna pedía con ansias ver a su padre (y como es de esperarse casi nunca lo veía); llegando así en su adolescencia intentar varias veces el suicidio: ya que incluso hasta lo podía ver en sueños.
Pero Nathan no duraria hasta sus 20 años en darse cuenta de que también puede ver el futuro estando consciente, aunque con una limitación.
—Ey Ayen —Nathan añade una pequeña pausa—. Si no fuera porque no me gusta dar abrazos literalmente te abrazaria; gracias por mentirle a Adan, sabía que él no me creería y como eres una androide ya sabes.
—Y claro que lo aprendí gracias a tí —dice Ayen riendose levemente.
Después de la pequeña charla que Nathan tuvo con Ayen en el elevador se dirigieron a la sala de estudio en la cual estaba Adan.
—¿Conseguiste los planos? —pregunta Adan
—Sí y no. Conseguí algunos pero los tuve que tratar de unir y rediseñar con ayuda de Ayen.
—Bien, ¿seguro que no tienen errores?
—Obvio. Mira en mi visión vi como antes del suceso y eso, que en el exterior se veían pequeñas rarezas, pero es que esas rarezas eran exactamente de la nave que se dirigía acá y bueno, pues en el sueño vi un dispositivo que explicaba y detectaba esas rarezas y lo que causaban era: cambios repentinos de sonidos en planetas así afectando el clima y emitiendo radiación, aparición repentina de nuevas estrellas y un tipo nuevo de energía, del que puede que también incluya una fuerza; es bastante extraño; ¿Pero qué tiene que ver esto con los planos? Bueno, es que cuando están unidos, veo que al parecer hay una zona en caso de accidentes que es inmune a casi cualquier cosa: no entra nada del exterior, inmune a los choques más fuertes que te imagines y vaya todo lo que puedas imaginar; y sí, esa zona está justo en los lugares a los que prohibían entrar: el piso 12 y 20, ambos reservados para las personas que puedan; ¿Pero por qué? ¿Ellos sabían?
—Eso me parece demasiado extraño. Pero si en tus sueños viste ese dispositivo con la capacidad de descubrir esas anomalías tan extrañas, ¿eso significa que los del hotel saben de ellos?
—Nathan empieza a dudar—. Bueno esto parece que se está descontrolando un poco, aun así creo que vale la pena intentar a ver qué pasa, ¿no? Es demasiado irreal, suena a películas.
—¿Entonces? ¿Nos arriesgamos a que nos traten de locos y nos sancionen?
—De hecho no. También tengo otra idea, mis sueños y visiones premonitorios son un tanto raros: las cosas se desordenan pero entre más veo cosas en la realidad más suelo recordar, suena como si estuviera drogado pero no; recién recordé que en el sueño estaba construyendo el mismo artefacto para después dárselo a alguien o algo así, creo que se lo estaba dando a ellos pero ahora que ya vi lo que iba a pasar puedo evitarlo.
—Bueno en realidad yo estoy un poco dudoso porque si vas a evitar eso significa que tu sueño no estaba bien del todo, ya que si fuera real al final debería suceder sí o sí lo que viste.
—Nathan no solo puede ver el futuro —dice Ayen—. También puede ver el futuro dependiendo de las decisiones que tome, o sea que también puede ver líneas temporales, por eso muchas veces él es capaz de evitarlas
—¿Y si al final no la puede evitar que pasaría?
—Es imposible: todo lo que ocurre está destinado a ocurrir porque en realidad el tiempo existe simultáneamente y por eso es que al final algo siempre tiene el mismo resultado.
—Ya Ayen, ya —dice Nathan tratando de calmar—. Necesito que hoy a las ocho de la noche estén en el octavo piso, nos queda poco tiempo y debemos avisarles a todos los que podamos. Hoy creare el dispositivo.