Intenta conquistarme

Capítulo 7: Nebula

Sonrío cuando el señor camarero coloca la malteada frente a mí. Papá no me deja tomar muchas malteadas, menos si son de chocolate, pero hoy dijo que puedo para compensar por el mal momento con la maestra bruja.

Papi se ve nervioso, lo sé porque mueve las manos. El tío Josh dijo que papi se mueve mucho cuando está nervioso, en especial las manos.

Quisiera preguntar, pero me dirá que no lo está o que no me preocupe, como siempre. Los adultos no siempre responden a los niños y cuando lo hacen es muy confuso. No los entiendo.

El único que me dice las cosas como son es el hermano de Manda. Él es mayor por cinco años y sabe muchas cosas.

Papi se pone en pie y sigo su mirada, encontrando a Amy, la mujer que me ayudó con la maestra bruja.

Ella se acerca con una sonrisa. Es bonita y parece amable. Supongo que está bien mientras no quiera conquistar a mi papá.

La mamá de mi ex amiga Cindy quería salir con papi y tuve que decirle que era gay y que no salía con  mujeres. La mujer no le gustó nada saberlo, pero no volvió a acercarse, así que imagino que funcionó.

Papi no sabe que le dije eso, fue idea del hermano de Manda y fue una muy buena idea.

Si Amy quiere salir con papi, le diré que es gay y se irá como las otras.

—Hola, vaya causalidades de la vida—exclama—. Trajiste a tu hija. Hola, Nebula.

—Hola. —digo. 

—Sí, demasiada—ella se sienta frente a mí y también papi—. Nebula, resulta que ya conozco a Amy de antes porque trabajamos juntos.

—Qué aburrido—los adultos ríen—. ¿Y tu hija?

—No tengo hija. La pequeña con quien me viste es mi sobrina y ahora mismo está con su madre.

—¿No tienes hijos?

—No.

—¿Por qué no?

—¡Nebula!

—¿Qué dije, papá?

—No dijiste nada, tu padre exagera—ríe—. No sé, el destino no me envió ninguno y está bien. Soy una tía genial, o eso quiero creer.

Papá ríe.

—Todo a su tiempo. Yo tengo dos hijos y son suficientes.

—¿Tienes dos hijos? —pregunta Amy con cara de sorpresa.

—Sí, mi hermano Airan tiene dos años y no habla mucho. Está con la niñera ahora.

Amy asiente sin agregar nada.

—Por cierto, gracias de nuevo por ayudar a Nebula.

—La bruja es mala. Yo hago justicia y me castigan sin postre. —añado.

—¿Cómo has hecho justicia?

—Un niño arruinó su almuerzo e insultó a su amiga, mi hija golpeó…

—En su zona de niño que duele. —termino por él.

Amy se echa a reír, papi la mira con cara de desconcertado y yo me sorprendo que ría. Nadie rió cuando lo conté.

—Lo siento, no debería reírme, pero es muy gracioso. Yo hice lo mismo, aunque tenía ocho años. El niño me tiró los caramelos al suelo, le dije que se disculpara, no lo hizo y lo pateé. Nunca más volvió a acercarse a mí.

Dibujo una sonrisa. Ahora me cae mejor Amy.

—Bueno, eso no está bien, la violencia no está bien. —añade papá arruinando la diversión.

—No, claro que no—concuerda Amy—, pero tampoco es el fin del mundo.

—El punto es que la maestra no estuvo vigilando a los estudiantes—dice papá—y con lo que sucedió hoy quedó claro que esa maestra no debe trabajar con niños.

—En eso estamos de acuerdo. No soy experta en niños, ni siquiera soy madre, pero esa maestra merece ser despedida y espero que la despidan. Le conté a mi amiga Bree, la hija de la niña que fui a buscar a la escuela—dice en mi dirección—y me dijo que apoya el despido, si no la despiden ella hablará con otras madres para que lo hagan porque no quieren que su hija sufra de maltrato.

—Estoy completamente de acuerdo y me encargaré personalmente de que sea así.

—A mí me parece bien que la bruja se vaya.

Papá y Amy ríen.

Amy es bastante divertida, dice cosas graciosas que hace reír a papá y a mí también, al menos lo que logro entender.

No es como muchos adultos, ella me presta atención y me incluye en la conversación. No le hace ojos a papá o intenta tomar su mano o acercarse a él como otras mujeres. Eso está bien porque no está interesada en papá.

Cuando acabo de mi malteada pregunto si puedo pedir otra y papá dice que no y que debemos irnos. Nos ponemos en pie, Amy saluda a papá sin acercarse mucho y se coloca a mi altura.

—Fue un gusto, Nebula. Espero que la maestra nueva sea buena.

—Yo también. Me gustó conocerte, Amy.

Me da la mano y la estrecho, hace lo mismo con papá, agarra su bolsa y se va. Miro a papá que la mira raro. No puede gustarle. Se conocen, trabajan juntos y papá no sale con personas con las que trabaja, eso le dijo una vez al tío Josh. 




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