— ¡Kitty, FELIZ CUMPLEAÑOS! —la voz de mi hermano casi rompe mis tímpanos, al contestar el teléfono, tuve que alejarlo de mi oreja para poder seguir teniendo audición.
— Quién quieras que seas, morirás. —mascullo en respuesta por haberme despertado a las doce de la noche.
—Por Dios, hermanita. ¿Así tratas a tu hermanito? —mi hermano el dramático no puede quedarse callado.
—Jesús. ¿No puedes dejar el drama aunque sea un segundo, Matt? Además soy yo a la que despertaste. Yo debería ser la enojada. —terminé mi argumento.
Escuché su bufido detrás de la línea. —No dejas complacer a tu adorado, adorado, adorado hermano. Solo llamaba para felicitarte.
Me rio, mi hermano es mi mejor amigo. —Hubo dos adorado demás ¿no crees? —noté su risa. —Gracias por la felicitación.
—De nada, mi niña. —él aún me llama así. — ¿Cómo te sientes?
Justo a la pregunta que yo no quería llegar.
¿Cómo me siento?
Mal, rota, muerta en vida, en agonía, desdichada y la más resaltante.
Sola
Son cuatro simples letras, una sola palabra, pero que engloba como me siento completamente.
El anillo mi pecho hace como si quemara. Me pesa y me presiona el pecho, haciéndome sentir asfixiada. Hace mucho que no está en mi vida, pero siento que cada día que pasa, el dolor no se va, sino que está ahí, menos agudo, pero ahí está.
No quiero responder, pero sé que mi hermano me atosigará a preguntas. —Bien.
—No mientas, Katya. —escuché la voz enojada de él, para hablarme con cariño siempre me llama por mi Kttty, al igual que lo hago con é al decirle su apodol. Pero al darme cualquier reprimenda, mi primer nombre todo el tiempo sale a relucir.
No le puedo mentir, es el único que me conoce bien, aunque no del todo. —Un poco triste.
—Pequeña, no estés así. Sé que es difícil, pero han pasado ya tres años desde su muerte. ¿No creo que a Chris le guste que la mujer que amaba, este viviendo catatónicamente?
Me molesta que siempre arguyan utilizando a mi marido como argumento. —Matt, por favor no hablemos de eso. Estoy bien de verdad. —tomo aire y recuerdo mi salida aquel sábado. —De hecho salí con un amigo, fuimos a hacer turismo. —digo nada mas eso porque no quiero que ande pensando cosas que no existen.
Porque no existen
— ¿Con un amigo? Mira Katya Gabriela te pido que no andes por ahí con hombres eres mi hermanita y debo cuidarte. Porque si uno llega a romperte el corazón, tomaré el primer vuelo para Haití y le romperé cada uno de sus estúpidos huesos. —solté la risa cuando lo escuché defenderme, a veces mi hermano puede ser un entrometido muy dulce.
—Cálmate Matt, es solo un amigo. No lo veo como nadie más. Para mí siempre será Chris y tú lo sabes.
—Algún día volverás amar. Estoy seguro. —me dijo pero no le creí.
—Hablemos de otra cosa, ¿Cómo está mi cuñada y mi princesa? —preguntarle eso, era terreno seguro.
—Ahorita mi esposa está durmiendo y mi pequeña Ellie está aquí conmigo. Felicitando a la tía. —siempre me ha gustado el amor que siente mi hermano hacia su familia. Él no pudo escoger mejor mujer, de hecho es mi mejor amiga.
—Me le das muchos besitos a mi sobrina, que sé que si no se hubiera despertado no me habrías llamado a esta hora. Porque sé que son media hora de diferencia y estabas dormido.
—Me descubriste. —luego escucho una voz de fondo. —Por cierto mi esposa quiere felicitarte.
Siento que pasan el teléfono. —Hola Katya, feliz cumpleaños. —la voz se le escucha todavía dormida.
—Gracias Mel ¿Mi hermano te despertó? —mi dulce hermano tiene unas ocurrencias.
—No, voy a darle de comer a Ellie, se despertó con hambre, pero no importa así te deseo un genial cumpleaños. Ya escuché que hay un muchacho. ¿Cómo es? ¿Es guapo? —escuché la voz de mi hermano reprendiendo y solo Mel reía. —No le hagas caso a tu hermano. Te mereces salir. Y te voy a dejar antes de que me quite el teléfono por darte ideas. Te quiero amiga.
—Y yo a ti amiga.
Mi hermano toma el teléfono. —Te amo hermana y espero verte pronto solo quedan unos días.