**Axel**
El timbre de mi apartamento suena, salgo en dirección de ella para ver quien osa a interrumpir mi día. No es como si esperara a alguien.
Abro la puerta y antes de que pueda decir algo recibo un puñetazo en mi pómulo derecho.
Es Vera quien esta con su puño en alto.
No sé si me lo merecía pero lo dejé hacer
—Esto es por romperle el corazón a mi hermana. —su argumento me molesta porque desde mi punto de vista es su hermana quien rompió el mío. Aunque en estos momentos me duele mucho más mi mejilla. No quiero admitirlo, pero tiene un buen derechazo. Joder.
—Está bien. Me imagino que estas contento. —digo con sorna.
—Mucho. —camina por la casa sin importar si lo invité o no. Cierro la puerta para hablar y que no se enteren mis vecinos. —Primero Amelia y luego Katya, las dos mujeres más importantes de mi vida. Quien sigue ¿Mi prima? —su pregunta es retórica. — ¿la amas?
No me toma ni un segundo responder. —Sí, la amo. Al principio pensé que era un mero enamoramiento y que se me pasaría al tiempo. Pero luego de seis meses de conocerla no la dejaba de buscar. Y se confirmó todo la noche en que la besé. —por su cara pasa un halo de molestia cuando digo eso, pero lo deja pasar. —Pero ella no siente lo mismo.
Toma aire como si le costara hablar. — ¿Y qué vas a hacer?
Su pregunta me desconcierta al grado de que si me veo ahora mismo en un espejo, mi cara debe ser toda una elegía. —Tu hermana no me quiere. —suelto. —Ama a su esposo muerto y dudo siquiera me tenga algún aprecio. La dejaré libre, ella decidió por ambos. No se puede luchar por lo que nunca se ha tenido.
Niega repetidas veces. —Por ese pensamiento mediocre es que Amelia no está contigo. —su reprimenda me deja sorprendido. —No es que a mí me afecte, en el fondo te lo agradezco. Pero te has puesto a pensar en que hubiera pasado si buscabas a Amelia todos los días, las veces que te alejó o que hallarías las maneras de acercarte más a ella. ¿Ella estaría conmigo? —cabecea. —No, idiota. Estaría contigo. Ella te amaba. ¿Crees que no lo sabía? Cuando la miraba solo veía el amor que desbordaba hacia ti. Me mataba el ver como estaba de triste cuando la conocí y verla llorar cuando fuiste hacer aquel show en su casa, fue como si me colocaran un hierro ardiente en las entrañas. Esa chica te amaba. —puedo ver como respira rápidamente y sé que no me está mintiendo. También veo el amor que siente hacia mi pequeña amiga y estoy feliz de que ella haya encontrado al alguien que la valore como se merece.
—Y estoy seguro de que ella te ama a ti con la misma intensidad que tú. —me sorprendo cuando hablo. —Todo eso que hiciste fue la prueba que necesitaba ella para encontrarte. Eres el hombre que la merece. Y te admiro por ello. —no sé de dónde vino eso, pero es cierto.
—Mi hermana está confundida. —expresa omitiendo lo que le dije. —Está anclada a Christopher y no deja que nadie entre en su vida. —se sienta en una silla de mi comedor. —En parte estoy agradecido de que alguien esté interesado en ella. Tenía mucho tiempo que no la veía demostrar sus emociones. No lloraba, no se enfadaba, no reía. Nada. Vivió en un estado como de muerta en vida. Recuerdo que cuando nuestra madre le dio la idea de la fundación pensó en echarse para atrás. Fue un milagro que aceptara.
Me lástima escuchar eso de Katya. No parece a quien conocí, porque aunque estaba triste pude vislumbrar en ella distintas emociones. —Yo no sé qué hacer. Tu hermana está muy dañada. —confieso cansado.
—Ayúdala a sanar. —dice rápidamente. —Hazla que vuelva a ser esa chica creyente en la vida. Y si lo haces te lo agradeceré toda la vida. Pero si haces lo contrario y la dañas más de lo que está. Te golpearé hasta que no quede un hueso de tu cuerpo sin estar roto.
Trago en seco. —Lo intentaré. ¿Pero no sé qué puedo hacer? ¿Cómo puedo competir con el perfecto Christopher? —eso último lo digo en sarcasmo.
—Eso debes descubrirlo tú mismo.
***
**Katya**
—Me vas a explicar con lujos y detalles que pasó en Haití. Y no te dejes nada. —Mi cuñada y sobrinas están en mi casa conmigo, mi hermano las dejó aquí. Y ahora está aprovechando que Ellie está durmiendo su siesta y que Ash se halla haciendo su curso de inglés online para hacerme un tercer grado.
—No hay que explicar nada. Sólo éramos amigos. —alza en su ceja en duda.
—Sí y yo me chupo el dedo. Amigo el ratón del queso.