Intenté no amarte...fallé

Capítulo 12

 

 

**Katya**

 

Camino acompañada de mi suegra por el centro comercial. Ella no quería salir sola y bueno, así es como llegué con ella.

 

Nuestra relación es muy buena, es la única persona que puede entender mi dolor por Christopher así que por eso nos acompañamos mutuamente.

 

Le conté de mi viaje, de las cosas que hice —exceptuando el beso—  estuvo feliz de que me lo pasase bien. A pesar de todo, ella ha salido adelante más rápido que yo, parezco estancada en el mismo sitio.

 

Seguimos caminando y pasamos por una tienda de niños, compraremos el regalo de Elizabeth para su cumpleaños.

 

Al entrar a la tienda, los recuerdos me lastiman, porque en mis planes siempre estuvo tener hijos, pero dado el diagnostico de Christopher esos planes se fueron directo al excusado.

 

Estoy decantándome entre un peluche y una muñeca, pero no sé qué escoger.

 

—Deberías llevar los dos. —la voz de Axel se escucha detrás de mí.

 

Ay santa cachucha ¿Qué hace ese idiota aquí?

 

Tomo una bocanada grande de aire para encararlo, esta situación se me está yendo de las manos, no quiero que mi suegra lo vea. —Es cierto. —trato de sonreír. — ¿Cómo estás?

 

Se encoge de hombros. —Bien. —da una panorámica por la tienda. —Menos mal te encontré, tú me ayudarás con el regalo de Ellie.

 

Vino por el regalo de mi sobrina.

 

“¿Y qué esperabas?”

 

Silencio consciencia, nadie quiere ni necesita tu opinión.

 

—Bueno, no lo sé. ¿Por qué he de ayudarte?

 

Me mira fijamente. —Los mejores amigos hacen eso.

Amigos

 

Lo puntualizó. Como debe ser

 

“Eso no te lo crees ni tu misma”

 

Te repito que te calles, consciencia.

 

—Está bien, Ryel. Vamos.

 

Caminamos por la tienda y el encuentra una muñeca que estoy segura que  Ellie la va a amar. Ya me la imagino llamándola bebé a cada instante. —Esa, Axel es perfecta. La va a adorar.

 

Alza una ceja, interrogándome. — ¿Segura? Quiero de verdad le guste.

 

Por Dios que tierno, si es así con la hija de su amiga, no quiero imaginar cómo debe de ser con sus hijos.

 

Katya Rodriguez, no te vayas por esos lares—me repito

 

—Por supuesto, Ellie le encantan los bebés, es muy inteligente.

 

—Entonces será. —dice sonriente. —Vamos a la caja.

 

Yo lo sigo tranquila, hasta que me acuerdo de algo muy importante. Y me acuerdo porque se posa justo frente a mis ojos.

 

Mi suegra.

 

Me había olvidado de ella. ¿Ahora que le digo? Y lo peor de todo es que me vio con Axel. Quiero morir.

 

—Katya, te he perdido de vista, pero ya entiendo porque. —miró a Axel y luego a mí de manera cómplice.

 

No, claro que no. No creo que ella piense que Axel y yo hubo algo. Solo somos amigos.

 

Y no digas nada consciencia.

 

—Lo siento, Margaret. Me he encontrado a un amigo. —amigo, que mal suena eso en mi boca. —Se llama Axel. —me voy hacia Axel. —Ella es mi suegra, Margaret. —termino de presentarlos.

 

—Un placer conocerla, señora Margaret. —la saluda de una manera tan formal y sexy que creo que hasta mi suegra lo notó.

 

Espero su reacción, pero esta me sorprende. Le sonrió devuelta—Igual, muchacho. Todos los amigos de mi niña Katy, son amigos míos.

 

Ay Dios mi querido.

 

Que situacioncita. —Ahora quiero ir a comer. —dice Axel. —No sé si quieran acompañarme. Yo invito.

 



#578 en Novela romántica
#19 en Joven Adulto

En el texto hay: perdon, amor, dolor

Editado: 07.01.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.