Intenté no amarte...fallé

Capítulo 15

**Katya**

 

Escucho la puerta de mi casa sonar, repetidas veces. Veo la hora y solo maldigo al reloj. Son las siete de la mañana, en día sábado, hoy es día de pararse más tarde.

 

Me levanto de la cama y me dirijo al baño para hacer mi rutina diaria. El que esté afuera, que espere, cinco minutos no es demasiado.

 

Al terminar me dirijo a la puerta, al abrirla me siento sorprendida de encontrarme a Amelia, no sé qué hace aquí tan temprano pero me preocupo. —Mel ¿Qué haces aquí?

 

Alza una ceja con gesto retador, ay señor. ¿Qué se le ocurrirá ahora? — ¿Acaso no puedo venir a visitar a mi amiga? ¿Está mal?

 

Y ella que no es dramática. —Si puedes, amiga. Solo me extraña la hora.

 

—Ah eso. Descuida vengo a comprobar algo. —la miro sin comprender. —Sí, tu vestido. El que usarás está noche en el matrimonio de Isabelle.

 

El matrimonio.

 

Yo sabía que hoy era el matrimonio, también Axel se encargó de recordármelo ayer antes de irme a dormir. Ya tengo el vestido y como yo, no soy de arreglarme tanto no he hecho tanto alarde de lo que voy a usar.

 

—Viniste tan temprano para eso ¿Por qué? —pregunto pero creo que me equivoqué en hacerlo.

 

— ¿Como que por qué? Eso lo hacen las amigas. Ahora vamos quiero verlo. —me toma del brazo y me arrastra hasta mi cuarto. —Muéstrame esa hermosura que vestirás.

 

¿Hermosura?

 

No es un vestido feo, pero tampoco uno que pudiese yo causar impacto. Es un vestido negro que llega hasta la rodilla y alguna que otra aplicación.  

 

Saco el vestido del armario, la cara horrorizada de Amelia, es épica. — ¿Eso? Katya dime que no es eso. —se ve apenada cuando ve mi cara. —Amiga no me lo tomes a mal, el vestido no es feo, pero no quiero que uses negro hoy. Hoy es día de alegría, además mucha gente va a llevar negro. La idea es que destaques.

 

¿Destacar?

 

Oh no lo creo, creo que prefiero estar en el anonimato.

 

No me deja responder porque continúa. —Necesitamos que llames la atención. Además debes de hacer que Axel se la envidia de los hombres por llevarte a ti.

 

—No quiero eso, Mel. Sabes como soy. —explico

 

Se sienta en mi cama. —Amiga, sabes como soy de insistente. Y he de usar la fuerza si es necesario. Anda a arreglarte que vamos a salir. —Voy a negar aunque de nuevo no me deja. —Que vayas, he dicho. Si no me sentiré triste y me pondré a llorar. —y veo que sus ojos brillan por las lágrimas.

 

Mierda, es cierto. Su embarazo tiene revolucionada sus hormonas. Suspiro antes de aceptar. — Está bien, Mel. Has ganado. —sonríe, muy feliz. Y es como si hace un rato no estuvo a punto de llorar.

 

Me doy una ducha y salgo. Pero al verla casi me parto de risa. Amelia no pudo más y se quedó dormida. Me supongo que se despertó temprano para venir y no solo eso, el embarazo la tiene más dormilona.

 

Me pongo la ropa en el vestidor y ella aún sigue dormida cuando salgo. Pobre. No debe ser fácil estar embarazada y cuidar a tu bebé al mismo tiempo.

 

Le toco el brazo. — ¿Mel? Mel, despierta. —ella abre los ojos.

 

—Mierda, me he quedado dormida. —pone una mano en su vientre. —Este pequeño me tiene hecha un perezoso. Solo quiero dormir. Y ahora el lunes empiezo de nuevo en el hospital, no sé cómo voy a hacer.

 

—Tú puedes amiga. Mientras estuviste embarazada de Ellie estuviste casi hasta tu octavo mes. Por cierto ¿Cómo te has sentido? Además del sueño.

 

—No retengo casi nada de comida, todo me da asco. Tu hermano está casi que se saca los cabellos de la preocupación. Yo estoy más tranquila porque sé que es normal. Aunque el helado es lo único que quiero comer.

 

Yo solo rio con lo del helado, su otro embarazo fue así. —Bueno mi hermano te ayudará en tu vicio de helado. Quédate tranquila, tú sabes como es mi hermano, se preocupa por nosotras, demasiado. —asiente. —Todo saldrá bien, Mel.

 

—Gracias, Katya. —me abraza con efusividad. — ¿Desayunaste? —niego. —Venía invitarte a comer y luego iremos al centro comercial para mimarnos como las reinas que somos. Vamos. 

 

Salimos del departamento entre risas con todas las ocurrencias de Amelia, ella siempre es muy efusiva y a todo saca un chiste.



#578 en Novela romántica
#18 en Joven Adulto

En el texto hay: perdon, amor, dolor

Editado: 07.01.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.