Capítulo 18

**Axel**

—La cirugía fue un éxito, la separación de los gemelos craneópagos salió como nosotros esperábamos. Ambos niños tienen signos vitales estables y están con sus padres en este momento.

Termino la entrevista y salgo directo hacia la sala común de los médicos. En donde en el vestidor me cambio y salgo para irme directo a mi hogar.

Hoy es víspera de navidad. Y estoy solo como desde hace tres meses, he hablado por momentos con Clara y de hecho me pidió que fuera a la cena de noche buena. Pero no quiero. Necesito estar solo y no quiero arruinar su navidad.

Desde que llegué hace tres meses, en ningún momento me tiré al abandono. Todo mi dolor lo guardé y me metí de lleno en mi trabajo. He participado en una caterva de cirugías y está última fue la más importante ya que llevaba tres meses estudiando su caso, y este tipo de anomalías son muy raras.   

Tomo mi teléfono y llamó a Amelia desde mi oficina, ella me dijo que quería ser parte de la cirugía, prácticamente me rogó, pero le dije que no. Es una cirugía muy cansada y tendría que viajar la otra mitad del mundo para participar y su embarazo de cuatro meses iba a ser un poco complicado. Además que estaba pautado para días festivos una cosa que complicaba todo.

Contesta al segundo pitido. — ¿Cómo salió la cirugía? —dice sin más.

—Se dice “hola, ¿Cómo estás?” —le lanzo jugándome con ella.

—Aja, estás bien, dime ¿Cómo están los gemelos?

—Ve las noticias. —maldice al lado de la línea.

—Axel no seas malvado, cuéntame. Ya que no me dejaste ir.

—Sigues con eso, además tu marido no hubiese querido que vinieras. Te cuida mucho.

—Lo sé, pero cuéntame.

Le cuento lo de la cirugía, los puntos cumbres y difíciles. Cuando me asusté por un momento, pero luego la emoción de saber que sobrevivieron. Nadie entenderá el miedo que tienes cuando la vida de otro depende nada más de ti y de tus conocimientos.

—Felicidades, Axel. Te lo mereces. Sé que le echaste muchas ganas desde hace meses, estudiando y preparándote.

—Gracias, pequeña. ¿Cómo está mi sobrino? ¿Ellie cómo le va?

—Bien, haciéndome tragar como una loca. Me pondré como un elefante.  Y Ellie encantada en la guardería. Ama a ese lugar, me estoy preocupando.

Me rio de sus ocurrencias y como con su conversación me siento feliz.

Sigo con la conversación en ningún momento pregunto por Katya, ni ella me comenta nada. Creo que esta vez está de mi lado.

—Feliz navidad, Axel. —me dice despidiéndose de mí.

—Feliz navidad, pequeña. Para ti, para mis sobrinos y hasta para el enclenque de tu esposo. —ella se ríe.

—Al final te cayó bien mi marido.

—Jamás, hasta luego, pequeña, anda a celebrar. —ella se despide de mí y corto la llamada.

Tomo mis cosas y salgo del hospital. Decido caminar por la ciudad para despejarme. Escucho música por mis audífonos mientras que veo los fuegos encendidos en las casas, como hay un ambiente diferente, de alegría. Alegría que no tengo ni una pizca.

La música me envuelve y me relaja, hasta que entro en un bar, pido un whisky para bebérmelo y luego irme. Estoy tranquilo cuando una chica se sienta a mi lado. —Pensé que no te volvería a ver, Axel.

Me giro al escuchar la voz de mi ex prometida. — ¿Arianna?

Asiente. —Veo que no te has olvidado de mi nombre. —miro su vientre y está embarazada. No me lo puedo creer.

—Nunca podría olvidarte. Por cierto, no fuiste a la boda de Isabelle. —le digo.

—No pude ir, el doctor no lo recomendó porque tenía pocas semanas. —sonríe y se nota feliz. —Estoy aquí con mi esposo. —mierda, se casó. Señala un hombre como de mi edad que está hablando con otra pareja.

— ¿Cuándo te casaste?

—El año pasado, William ha sido maravilloso conmigo. —muevo mi cabeza en afirmación.