Narra: ...
Otro día, otra vez recordando, otra vez aquí. A veces la recuerdo con alegría, otras con tristeza y otras en no se que sentir.
A un año de lo sucedido, su primer aniversario, con todos, sólo recordandola...
Todos se estaban yendo, pero decidí estar un rato a solas. Fui a la playa para poder tranquilizarme, con este frío en pleno invierno nadie se acerca, sólo yo. Me gusta sentir el viento helado en mi cara y escuchar como se ajita el agua. También me gusta desahogarme ahí porque cuando caen mis lágrimas al agua, se ven tan pequeñas que veo como desaparecen rápidamente. Las de veces que quiero sacarme este sentimiento pero creo que durará para siempre.
—¿Por qué? ¿Por qué esto es injusto? —lloraba murmurando—. ¿Por qué te fuiste?...
Es totalmente injusto. Un día bien y al otro te sorprende de la peor manera: llevándose a la persona que más amas...
Metido en mi sufrimiento, no lo escuché venir. Todo pasa en cámara lenta, el ruido del disparo y en el momento una rara sensación para pasar a otro en donde reacciono, un dolor muy fuerte en la espalda me llega hasta el pecho.
Sólo escuché que alguien me hablaba, su voz se me hacía familiar pero no pude saber... sentí un mareo y luego la oscuridad me invadió.
Narra: C.
Me llamó otra vez, insistiendo en que tengo que hacerlo que ya no hay marcha atrás, sí estaba nervioso, acepté esto y tengo que cumplirlo.
Luego de que todos se fueran, vi como él se dirigía hacia otra parte. Lo seguí. Él ni se enteró, como será que aún está tan metido en sus pensamientos y en su tristeza. ¡Ja! con eso no llegará a ninguna parte así.
Cuando miré en dónde estábamos pude aprovechar ya que en esta época del año nadie viene por estos lados, sólo él y... ahora yo... bueno porque tengo que cumplir lo acordado: venganza. Que no sólo yo quiero si no otras personas más. No les pienso fallar.
Escucho como murmura mientras no deja de llorar, atormentandose de por qué es injusto todo y es obvio, si jamás se hubiera metido, no estaríamos todos así.
En fin, ya es hora.
Aparezco detrás de él y es mi oportunidad, se quedó parado y quieto mirando al agua.
Por un momento me causa pena verlo así, pero al recordar lo sucedido, el dolor y la ira me consume.
El momento pasa rápido y lento a la vez.
El ruido del disparo me dejó un poco aturdido pero por lo menos di con mi objetivo, sólo queda ver que pasará ahora. Vi como estaba tirado... así que me acerqué a donde estaba.
—¡Ja! Claro que es injusto, todo esto es tu culpa y sufrió por vos —levanto los hombros restándole importancia—. Igual no importa, otro menos, otro menos...
Cuando me estaba por ir, sonó mi teléfono, cuando vi quién era...
—No puede ser, otra vez la pesada esta ¿no puede esperar? —atendí el teléfono—. Hola...
—Hola ... ¿lo hiciste?, ¿que tal? Acá están esperando impacientes como yo.
Se la escucha ansiosa.
—Ya está listo, no te preocupes, diles que ya está y que ahora se tienen que ir.
—Bien.
—¿Sacaste los pasajes?, ¿tenés todo listo? —el ajetreo que se escucha de fondo confirma que hicieron caso a lo pedido.
—Dentro de tres meses nos vamos.
—¡¿Qué!? ¿Por qué? Te dije que antes, qué parte no entendés ¡por favor! —exclamé tirándome del cabello totalmente frustrado, y ahora que se queda callada—. Hey, te puedo escuchar y sé que estás ahí y...
—¡Mirá lo hubieras hecho vos y listo!
—¡Todo me tengo que encargar! —suspiro pidiendo paciencia—. En 15 minutos estoy por allá. Nos vemos.
—Nos vemos...