Juego del destino

Capítulo 02

“La vida es como el jazz… mejor si es improvisada”

George Gershwin

 

Benjamín

Al ver la multitud que está disfrazada de zombies para una caminata llego a la conclusión que no fue buena idea venir a pasear con Thor por este lado del parque. Aun así, él parece entusiasmado con la idea y va más direccionado hacia ellos por más que le advierta que no lo haga.

—¡Thor! —grito en un vano intento por detenerlo. Al parecer empezó a buscar entre la multitud cual zombie es de su agrado para empezar a devorarlo. Me empeño en acelerar mi paso para intentar detenerlo y colocarle la correa, pero ya es tarde porque se encuentra  acechando a su presa.

—¿Thor? —pregunta una mujer mientras se inclinaba a acariciarlo.

Por un momento intento reconocerla, pero entre el maquillaje de su piel y la ropa desgastada y rota no consigo hacerlo. Llego junto a ellos y cuando me percibe a su lado sonríe  e intenta abrazarme y darme un beso pero se percata de mi negativa y solo sonríe.

—Benjamín ¿verdad? —pregunta y vuelve a sonreír —. Tal vez no me recuerdas, pero creo que nos conocimos hace un año o menos, justamente en este parque ―dice con entusiasmo. Trato de recordarle y enseguida lo hago. ¿Cómo podría olvidarme de ella?

—¿Caroline? 

—¡Siii! —grita emocionada y luego aplaude —. Que mal educado eres al no recordar a una chica, eso no se hace, Benjamín —regaña conteniendo la risa —. Mira que Thor me recuerda muy bien.

—Pero es que él lleva ventaja porque utiliza su olfato —hablo justificándome y sintiendo que cada segundo me sonrojo más —. Además, nunca volví a verte, hasta ahora. Para ser sincero ya había perdido la esperanza que te volvería a ver. 

—Pero mira que el destino encarnado en Thor quiso unirnos —dice y enseguida suelta la risa haciendo que yo también lo haga.

—¿Se puede saber qué estás haciendo aquí? ―interrogo interesado ―. De todos los lugares que me imaginé encontrarte nunca lo hice en una caminata zombie. 

—Oh, eso quiere decir que has deseado encontrarme en algún lugar —habla con suficiencia provocando que sonría —. Llegué hace poco y vi en las Historias de Instagram invitando a una caminata zombie, me pareció divertido y decidí pedir información y unirme. Deberías de hacerlo también tú.

—Gracias, pero suficiente con  The Walking Dead.

—Es divertido hacer cosas que te hagan sentir vivo, no te parezcas a mi hermano que quiere ser alguien de setenta años que todo lo escandaliza. Eres joven, Benja, disfruta y aprende también.

—Si me gusta divertirme —digo mientras recibo un  empujón por alguien también disfrazado al pasar por mi lado —, pero esto no me llama la atención. —Miro para fijarme a mi alrededor.

—Ven, tomémonos una foto —dice mientras prepara su teléfono —. Debería hacer como si te estuviese mordiendo el cuello —Sugiere soltando la risa —, pero recordé que eres aburrido.

—No soy aburrido —Me defiendo ante su afirmación.

—Haz que Thor también salga en la foto. La subiré en Instagram para que mi papá me acabe de regañar.

Apenas toma la foto me la muestra y al ver que salimos bien la sube en sus historias.

—Mi papá creo que tiene hasta activada las notificaciones para ver mi cuenta, ni bien coloqué la primera foto de hoy e inmediatamente me llamó recordándome que tenga cuidado.

—Es razonable que se preocupen por ti.

—Si, pero a pesar que soy muy joven me gusta cuidarme sin dejar de divertirme. 

—¿Y qué se supone que harás después de la caminata? —pregunto al ver que ya se están preparando para salir. Un hombre con un megáfono anuncia que se preparen dando las últimas indicaciones. 

—Iré con mi tía de compras al supermercado. Debo pasar por el hospital, solo espero que la gente que esté allí no se asuste al verme entrar así. Allá ella me ayudará a quitarme el maquillaje y disfraz.

—Sospecho que bien podrías quitarlo antes pero no lo haces para darle un buen susto a alguien ―afirmo. Solo sonríe y eso me da a entender que tengo razón —. No sé si suene atrevido, pero no me gustaría cometer el mismo error de la última vez que nos vimos y quería saber si era posible que me des tu número telefónico para estar en contacto contigo.

—¿Quieres que nos veamos otra vez? ―pregunta entusiasmada. Me encojo de hombros ante su pregunta.

—Esa es la idea —respondo —. Pero si no quieres darme tu número al menos alguna red social para estar en contacto. —Sonrío lo más cordial que puedo.

—Dame tu teléfono —Pide y enseguida lo saco de mi bolsillo, lo desbloqueo y se lo entrego.

—Aquí está —dice entregándome de vuelta el teléfono. Me fijo que lo guardó con su nombre —. Esperaré tu llamada —Me dice sonriendo y despidiéndose porque ya habían empezado a caminar algunos.

—Pásala bien —Es lo único que le digo mientras la veo despedirse de la mano.

—Bien hecho, amigo —digo dándole unas palmaditas en el costado de Thor. 

Pienso que más tarde debo aprovechar para quedar de acuerdo en vernos, una amiga espontánea y alegre como ella vale la pena. No resistiría esperar otro verano para verla.




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