Juego del destino

Capítulo 05

En un mundo de plástico y ruido, quiero ser de barro y de silencio.

Eduardo Galeano

 

 

Edwina

Coloco mi prótesis como todas las mañanas y mi primer pensamiento desde hace varios días es para recordar a Jim. Sé que no debo siquiera pensar en él porque, aunque sea amable conmigo no significa que esté interesado en mí, simplemente él es así desde que nos conocimos y quizás es que me tiene lastima y por eso actúa de esa forma.

Deja el drama. Me digo mientras me levanto de la cama y pienso en lo que me ha costado ser segura y esta vez estoy tan insegura con Jim. No sé cómo he dejado que se adentre en mi vida tan rápido y de una forma tan simple causando en mí miles de sensaciones que me dejan completamente desubicada. Me odio por sentirme así porque estoy segura que me va a romper el corazón sin siquiera proponérselo porque no soy la clase de mujer con la que frecuenta y por eso no debo ilusionarme. Me rio a pensar en eso como si por lo menos él intentara tener sexo conmigo, estoy segura que le daré asco o al menos no sabría que hacer conmigo, con una mujer incompleta. Ese solo pensamiento me hace sentir débil porque, aunque no expresé todo lo que sufrí para tratar de integrarme a la vida tras mi amputación porque eso fue como si empezara de nuevo con la Universidad fue más fácil porque como nadie me conocía ni sentiría lastima decidí que me mostraría desde el inicio con mi pierna porque, aunque al principio me observarían después se les pasaría, pero para mí ventaja la gente no le dio tanta importancia a mi pierna y eso hizo más llevadero mi vida allí.

Me apuro con el desayuno para irme pronto y que no se me haga tarde. Al llegar a la Universidad trato de ir directamente a mi salón sin entretenerme para poder ocupar un buen lugar y no se me dificulte mucho entrar o salir cuando me toque hacerlo. Mientras voy para allá me llega un mensaje de las chicas diciendo que vayamos a desayunar a la cafetería, pero la verdad es que me abstengo de hacerlo porque ya me queda lejos y porque ya desayuné. Me siento y ubico mis textos y me pongo a ojear algo de mis redes, pasa el tiempo y el salón se va llenando poco a poco.

―Te perdiste un gran chisme ―susurra Annie mientras pasa cerca de mi lugar.

―Mas tarde me pongo al día ―le aseguro.

La ventaja de esta clase del curso es que no la comparto con Jim lo cual contribuye a que no lo vea tan seguido y no me alborote más mi vida.

―Abran por favor el texto en la página 304 ―anuncia el maestro dando inicio a la clase y lo agradezco para así no continuar pensando en Jim. De esa forma me concentro en mi clase de hoy.

 

 

Jim

 

Veo mi reloj y noto que estoy a tiempo para llegar donde mis amigos que me enviaron un mensaje comunicándome que están en las banquetas donde nos vemos de vez en cuando para pasar el tiempo. En el camino veo que hacia mí viene Isaura e intento no mostrar la reacción de mi rostro porque con ella no sé qué esperar y por eso siempre intento evadirla cuando puedo hacerlo, pero ahora veo que es imposible.

—No puedo creer lo que has hecho ―enfatiza enojada. Resoplo al escucharla y tenerla frente a mí. No solo me llenó de mensajes que ignoré y de los cuales terminó por llamarme cosa que tampoco contesté. ¿Para qué? Ya sabía lo que me iba a decir y creo que si la cosa no mejora después de esta conversación casual debo bloquearla para mi paz mental.

—No me hagas ningún show ya que al parecer ese es tu objetivo porque ni siquiera has saludado. No me gustan los escándalos —digo arrastrándola a un lado para que no nos vean ni puedan escucharnos.

―No puedo creer que te hayas acostado con Hillary, es mi amiga. ¿Cómo me pudiste hacer eso?

—Por eso es que no me gusta meterme con niñitas —digo y ella solloza haciendo que me sienta culpable. —. Mira Isaura no quiero hacerte daño, te pregunté si estabas de acuerdo en que sería sexo casual y tú dijiste que no había ningún problema y ahora estás que me reclamas. Pensé que todo había quedado claro y estoy seguro que no te engañé para acostarme contigo.

—Pero yo esperaba que fuera diferente. Que yo iba a ser lo suficientemente bonita e inteligente para gustarte.

—No eres tú, eres hermosa, Isaura. Solo que no estoy interesado en nadie por ahora, mi único interés es estudiar y graduarme con un buen nivel académico y no pienso distraerme por ahora.

—¿Ni siquiera con Hillary?

—Ni siquiera con ella. Eres hermosa e inteligente y nunca dudes de lo linda que eres, pero simplemente no quiero tener nada con nadie ―digo esto y enseguida pasa por mi cabeza Edwina sorprendiéndome un poco.

—Pero dice que con ella te acostaste en dos ocasiones —reclama. Cierro mis ojos para respirar con normalidad y tranquilizarme para no herirla. ¿Cuánto tiempo habrá pasado desde ese día? Creo que un mes y ella vuelve a traerlo a la conversación. Por un momento estoy a punto de citarme con ella para contentarla, pero aquello solo me traería más problemas y no entiendo cómo se andan contando sus intimidades entre ellas como si nada, al menos no fue enseguida que le dijo.

—No va a pasar nada con ella —Y quiero recalcarle que con ella tampoco, pero me abstengo —. Simplemente no quiero nada por ahora. Por favor, no vuelvas a buscarme para estas cosas. Cuídate, me tengo que ir porque voy a llegar tarde donde me están esperando. —digo dejándola y adelantándome con la intención que no se acerque otra vez a mí. 




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