Fanny cae rendida en su cama y queda profundamente dormida.
Ya en el sueño...
Vuelve a ser Kevin, esta con sus amigos platicando.
—Kevin... ¿estás bien?—pregunta Jonathan mientras coloca su mano en su hombro.
—¿Que día es hoy?—pregunta Kevin con urgencia.
—27 de septiembre, estamos a punto de entrar a clase—responde su amigo un poco confundido.
Ambos se dirigen en dirección para entrar al salón, algunas cosas no son como las recuerdas o como deberían ser.
Al entrar al salón se topa con Fanny, ella solo lo ve. El siente una conexión extraña, ella solo lo ve por unos segundos y luego entra al salón.
Se sienta a lado de Fanny, ella tiene un comportamiento extraño al estar ahí, desde luego es extraño todo, hasta la clase.
Se supone que ellos debían estar peleando, de esa forma ambos eran castigados y el sábado pasarían el día juntos; lo que los llevaría a encontrar el libro y decir el hechizo que cambiaría sus vidas para siempre.
Durante la clase Fanny habla con sus amigas, pero es más callada de lo que el la recuerda, no entiende el por que.
Al salir a receso la toma del brazo y le habla.
Ella se molesta y responde. —¿Qué pasa Kevin?
—Podemos hablar...—dice Kevin amablemente.
Ambos se separan y se sientan en las bancas cerca de los árboles.
—¿Que pasó? ¿Y Amelia? ¿Por qué actúas así?—interroga rápidamente y manifestando duda.
—Hmm no lo sé, ¿que tenía que pasar?-ríe. —La maestra Amelia no vino hoy, o eso creo, no soy su novia como para saber que hace a cada momento. Y pues actuó normal, no se por que estas tan alterado e histérico—responde Fanny cruzando sus brazos.
—Bueno, no lo entenderías. Pero tú no actúas así, ¿qué te pasó?¿Esto es un sueño?¿Es real?—pregunta confundido.
—Veo que te drogaste... esto es real Kevin. Pero ¿entender que?—replica ella.
—Olvídalo... me siento un poco mal y por eso estoy delirando, lo siento—dice antes de darse la vuelta y estar a punto de retirarse.
—Sentí una conexión contigo, como si hubiese pasado algo entre nosotros; fue muy extraño pero parece que tú y yo realizamos algo importante que lo puedo sentir y tener pequeños recuerdos fugaces—agrega ella mientras se levanta y lo sigue.
—¿Esto es real?—pregunta Kevin llevándose una mano a la cabeza.
—Solo si tú quieres... puede que esto sea lo que más deseas desde tus entrañas, algo que anhelas vivir—dice ella.
De pronto aparece en el salón, sentado en la silla y con una hoja frente a él. Ve cuando Fanny sale del salón y la sigue...
Cuando ella llega y baja al sótano, Kevin la detiene; pero ella sigue y entran a una habitación.
—Esto era lo que quería...—responde mientras toma respuestas de exámenes. —Vámonos antes de que la bruja de Amelia vuelva y nos descubra aquí abajo—agrega mientras cierran la puerta.
Pasan por la puerta donde antes encontraron el libro, Kevin no puede resistirse y gira la manija de esta lentamente.
—Kevin...¿qué haces?—pregunta ella en voz baja mientras intenta jalarlo. —Amelia vendrá pronto, vámonos ya por favor—agrega mientras el la rechaza y entra a la habitación.
Al entrar ve el libro en uno de los libreros presentes, lo toma y confundido por lo ocurrido le muestra el libro a ella.
—Esto es lo que te va explicar todo—dice mientras le muestra el libro.
—¿Qué es eso?—pregunta con curiosidad y mientas entra a la habitación.
—Wow... Es magia negra...—dice ella al abrir el libro y hojear un poco las páginas que este tiene.
—Sigues sin recordar... ¿No recuerdas nada?—vuelve a preguntar Kevin cuando observa que ella está leyendo y está hora si las paginas.
—No lo sé, aunque... —es interrumpida por otra voz.
—Ves... lo deseas, lo anhelas... quieres cambiar de cuerpo y haces todo para lograrlo, ¿y no te adaptarías? Y ¿fue una desgracia?—agrega Amelia riendo.
De pronto todo se vuelve oscuro y está junto a Jonathan, este apenas puede hablarle mientras van en la ambulancia.
—Tranquilo, te recuperarás Jonathan....—dice Kevin mientras toma su mano.
—¿Quién... ¿Quien eres?—responde apenas moviéndose.
Kevin voltea a verse y nota que trae una falda y de nueva forma es Fanny. Se mira sus manos y sabe lo que ocurre.
—Soy alguien cercano a ti, no morirás Jonathan; no lo permitiré—responde mientras toma su mano con fuerza.
—Lo perdemos, lo perdemos—dice uno de los paramédicos que está presente dentro de la ambulancia. —Ayúdame, está muriendo—comenta llamando a su compañero.
Jonathan comienza a temblar y sujeta con fuerza la mano de ella, intenta hablar pero solo balbucea.