Martes, Fanny ingresa a la clínica para la evaluación que tiene pendiente.
—Buenas tardes, ¿cómo estás?, ¿algún problema mi complicación?—interroga el doctor mientras entra al consultorio.
—Todo bien, gracias—ya intente caminar y no tuve complicaciones, ¿ya me retirara el inmovilizador de rodilla?—pregunta de forma ansiosa.
—Sí, hoy lo retiró, al igual que las muletas, no las necesitas ya, ¿puedes caminar?—responde el doctor mientras regirá el inmovilizador.
Fanny da unos pasos para demostrarle al doctor que todo está en orden, luego se sienta y el presiona su rodilla para verificar si siente dolor.
—Todo está bien. No fue una lesión grave así que sano. Puedes volver a tu vida cotidiana—dice el doctor mientras se aparta y deja su libreta en una mesa.
—Si a mi vida normal—dice riendo.
Se despide y sale del consultorio. Su padre la espera y al igual que ella, se despide del doctor.
—Puedes pasar a dejarme a casa de Lili, quiero ir a visitarla—dice mientras se sube al auto.
25 minutos después llegan a casa de Lili.
—Si necesitas que vuelva al rato, llámame—comenta su padre mientras ella baja del auto.
—Quizá tome un Uber, nos vemos—responde mientras cierra la puerta y se acerca a casa de Lili.
Lili la ve por la ventana y rápidamente baja las escaleras y la recibe en la entrada.
—Que gustó verte aquí, y más gusto me da verte caminando y sin ningún problema—dice mientras abraza a Fanny.
Ríe— Gracias, pero quiero respirar, o de lo contrario el gusto de estar bien me durará poco...—agrega mientras ambas se separan.
Lili ríe y la invita a pasar.
—¿Tu hermano no ha vuelto a casa?—pregunta a Lili mientras le sirve un poco de té.
Le da un sorbo al té. —Aún no ha regresado, está viviendo con un conocido, de hecho tiene trabajo, pero fue por sus cosas a casa, mamá se puso como loca, al igual que papá... fue todo un problema...—responde sin ánimos.
—Creo que tu familia está en un punto de inflexión algo crítico, algo sucedió en algún punto que cambió todo, solo que ninguno lo noto—dice Lili mientras acaricia a su perro.
Ríe. —Sí, pero en fin. Así son las cosas, no se aún que haré yo, la universidad se acerca y planteo vivir sola, aunque tendré que trabajar, no quiero pedirle dinero a papá—agrega algo molesta.
—Siempre te ha dado dinero, inclusive recientemente. Entiendo que estás distanciado de él, pero supongo que el sabe que debe mantenerte aún—sentencia Lili mientras se levanta del sofá y le pide que suba para que revisen algo en la laptop.
Fanny asiente y deja la taza de té sobre la mesa que está centrada en la sala, la sigue y suben las escaleras para llegar al cuarto y que ella le muestre algunas universidades.
2 horas después...
Fanny se despide de Lili, toma un Uber, solo que no a una dirección cotidiana. Se dirige a Chula Vista, la colonia donde solía vivir siendo Kevin.
Algo inquieta y pensativa llega a la casa, baja del auto y se encuentra con ventanas cubiertas, no se puede apreciar nada hacia dentro de la casa. Se acerca a la manija e intenta girarla, pero esta cerrada. Dentro de la casa ve que alguien se mueve, una sombra que se pasa velozmente por la ventana hacia la puerta, da unos pasos hacia atrás.
Un señor de una edad aproximadamente 40 años abre la puerta.
—Hola, buenas noches. ¿Se te ofrece algo?—dice el señor con la puerta entreabierta.
—Lo siento, mi amigo vivía aquí, solo que no creí que ya estuviese habitada la casa—responde alejándose cada vez más de la casa.
El hombre sale y da unos pasos hacia ella.
Fanny sonríe. —Creo que me voy disculpe las molestias...—dice antes de dar la vuelta y acelerar El Paso.
—Espera, no vivo aquí. De hecho busco al chico que vivía aquí, es mi hijo y soy su padre—sentencia para que Fanny se detenga.
Ríe. —No puede ser yo mire a su papá muchas veces, lo conocía desde hace mucho... tiempo. Así que miente—responde mientras se aleja y llega a la banqueta.
—Yo soy su padre biológico, los abandoné cuando Kevin tenía 1 año de edad, quizá el no te contó nada porque ni el mismo sabía, su madre tal vez nunca se lo contó—comenta mientras saca de su pantalón su identificación y le muestra.
—No puede ser...—lo voltea a ver. —No tengo contacto con Kevin, pero sé y estoy segura que algo no cuadra—saca su teléfono.
—Si eras su mejor amiga supongo que sabías muchas cosas de él, demasiadas. Pregunta algo. O te puedo mostrar una foto que yo tenía con su madre—le muestra la foto.
—Por algún motivo algo me lo decía...—responde Fanny al ver la foto.
—¿Que cosa?—pregunta él.
—Nada. Suponiendo que le creo, ¿por qué se fue?—interroga Fanny.
—Yo era alguien inmaduro, no pude hacerme cargo de Kevin y opté por abandonarlos, me fui al extranjero, a trabajar, solo que el irme para allá no creí lo mucho que cambiaría mi vida, planeaba trabajar y enviar dinero, solo que conocí a alguien más, y, ya no volví—responde apenado.