La claridad de mi vida se esfuma
Martes 24 de Noviembre, 2017
Julian
¿Qué pasaría si una persona sueña con algo y en realidad sucede al día siguiente y nadie le cree que lo soñó?
Llevaba días pensando en todo lo que encontramos en la casa, en aquellos papeles en donde se afirmaba que mi padre se había vuelto a casar con un hombre y no puedo olvidar aquel en donde sale el nombre del padre de mi novio.
¿Era todo real?
Quería tirarme por la ventana en este preciso momento, eran muchas cosas en las cuales pensar para llegar a una conclusión y por fin salir de todas las malditas dudas. Pero no, desde entonces no hemos encontrado ninguna respuesta por nuestra cuenta. La casa ya no había sido tocada por alguien más, ya no habían más cajas sorpresa o una señal que diera con el paradero de nuestra familia.
¿Qué sucedía con ellos?
Esa tarde cuando el hombre pidió mi dirección no me siguió, pero cuando llegué a casa mis padres no estaban por ningún lado y Beca estaba en el suelo. Podría decirse que estaba dormida, pero creo que sería mentira decir eso.
La levanté y la recosté en el sillón del salón. Ella despertó y lo primero que hizo fue lanzarse a mis brazos y llorar como nunca la había visto hacerlo. Beca estaba confundida y además un poco decepcionada de lo que ellos hicieron.
¿Por qué no dar una explicación?
No era tan difícil reunirnos en el salón y charlar en familia. Ya no éramos tan unidos y eso lo tengo muy claro. Pero al final de todo éramos una familia entera, ¿no?
Tomo el libro que escribió papá y lo abro. Había querido hacerlo antes, pero algo me decía que me detuviera y esperara un poco más. Era aquel mismo presentimiento de siempre, ese que no me dejaba avanzar en mis propias pistas.
Mi mente ya no trabajaba como antes, cada vez me cansaba más y tendía a dormirme más temprano cuando no era así. Abandoné la escuela hace mucho porque me di cuenta de que a pesar de odiarla me sabía todo lo que preguntaban sin necesidad de haberlo visto con anterioridad.
Mi cerebro recopila mucha información, era todo un nerd con los números también y sacaba buenas notas a pesar de estar desde casa.
Leo el nombre de papá, la fecha de publicación y los derechos de autor. Todo muy bien planeando, bien estructurado y la editorial era muy popular en estos momentos. Aunque no había salido mucha información del libro en noticias o en internet, es como si fuese invisible a la vista de los demás.
El libro era grueso, a decir verdad me intimidaba el tamaño. La letra era regular, con un buen color para ser legible y contenía pequeñas ilustraciones al iniciar cada capítulo.
No pensaba leerlo, tan solo en pensar hacerlo me causaba escalofríos. Sentía que si lo hacía estaría invadiendo los secretos más oscuros de mi padre o sus ideas más negras que esconde en su cabeza.
Jamás mencionó que escribía, jamás nos contó un cuento y mucho menos nos leyó un libro cuando éramos unos niños. Estaba confundido, no entendía cómo era posible que esto hubiese estado oculto.
—Julian —escucho una voz detrás de mí—. ¿Estás bien?
Me doy la vuelta cerrando el libro. Lo dejo en la mesa y sonrío para luego abrazar a Harris fuertemente. Le doy un beso en la mejilla y vuelvo a sonreír.
No había mencionado nada acerca de que tal vez éramos familia, o para ser exactos, ser su tío. Eso me incomodaba.
—¿Estás bien? —Repite.
—Si —respondo—, solo he estado pensando en muchas cosas últimamente.
—¿Sigues pensando en tus padres?
—Harris, todo eso me atormenta por las noches. Necesito saber el porqué de su abandono repentino. ¿No crees que era fácil decírnoslo? —Se encoge de hombros—. Todo esto me esta volviendo loco.
—Cariño, no deberías de preocuparte tanto, ellos en algún momento volverán.
—No lo entiendes, son mis padres y necesito sus respuestas —digo—. Todo esto es muy injusto de su parte.
—Cariño, haz lo que te digo.
Beca entra, me lanza unos papeles y su teléfono en la cara y se cruza de brazos. Harris la mira de arriba abajo y luego lo hace conmigo.
—¿Y a ti que te pasa?
—Explícame que significa eso, Julian. Y por favor no digas mentiras —grita—. Si es verdad lo que esos papeles dicen estaré muy decepcionada de ti y de todo lo lo que has hecho.
Eran más documentos, con fechas recientes y con nuestros nombres y el de nuestros padres. La firma era tal y como la recordaba, pero había algo que no cuadraba en todas esas palabras del documento. Aparecía el nombre de aquel hombre, al lado del nombre de mi padre.
Era un documento en donde mi madre nos entregaba a aquel matrimonio entre dos hombres. Dejando oficialmente de ser nuestra padre, y su firma lo comprobaba.
—¿Ella lo hizo?