Soy más feliz que antes
Martes 13 de Agosto, 2027
Julian
¡Vaya!
El tiempo había transcurrido de una manera tan rápida que me asustaba, mi madre estaba tras las rejas y jamás volví a saber acerca de mi padre y de su paradero. Mi hermano se había instalado en nuestra casa bajo nuestro permiso ya que al final de cuentas merecía tener la oportunidad de convivir con nosotros y llevarnos bien a la larga.
Nos había contado cómo había sido su vida con su padre, acerca de su crecimiento y también sobre sus amores fallidos. Todo era risa ya que era divertido que nos contara sobre sus rupturas amorosas y curiosidades con chicos.
Me sentía orgulloso de que haya aprendido a salir adelante por sus propios medios ya que no tuvo la oportunidad de tener a su padre en su crecimiento.
Mi padre…no sé por dónde empezar, ese hombre me acompañó en mi niñez y me enseñó mucho, pero al crecer me enseñó que no todo llega a ser verdad y que pueden hacerte daño con facilidad. Lo peor de todo es que él mismo fue quien me hizo daño.
Mi madre había sido una estafadora que se aprovechaba de mí y que al final de todo Dorotheo si intentó matarme aquella vez en mi habitación cuándo Beca me encontró.
Me sentía decepcionado de todos ellos cuando lo supe todo, aún así una parte de mí los seguía amando ya que estuvieron para mí en todo momento.
No negaré que mi vida ha sido muy difícil y que he tenido que aprender, con ayuda, a tratar de sobrevivir y no dejarme caer fácilmente.
Ahí entra Jackson, con su cabello hermoso, ojos hermosos y una sonrisa que me encanta ver cada mañana al despertar a su lado. Había entrado a mi corazón rápido y no saldría de ahí por mucho tiempo. Lo amaba y le debía esta vida y la otra por todo lo que ha hecho por mí, en verdad daría todo por pagarle todo su esfuerzo.
Estábamos viajando en auto hacia la colina, Jackson me había dicho que quería traerme a este lugar desde hacía mucho tiempo ya que quería que viera todo el panorama desde una roca. Veía el brillo de sus ojos así que no podía negarme, además necesitaba salir con él sin Beca al lado para besarlo en cualquier momento sin los comentarios metiches de mi hermana.
Escucho a Ariana Grande en el auto y muevo mis manos sin ritmo alguno provocando la risa de Jackson. Este me observa de reojo con atención y susurra un te ves muy hermoso mientras se estaciona.
Amaba sus comentarios y lo amaba a él.
—¿Llegamos? —Pregunto.
Asiente.
—Hemos llegado —dice.
Ambos bajamos del auto y no veo a nadie más salvo a un vendedor en la caseta de la entrada. Río al saber que quizá él reservó todo y pidió que nadie más estuviera para recorrer todo solos.
—¿Estaremos solos?
—Exactamente —me toma de la mano—, quiero estar a solas contigo y disfrutar de un día hermoso a tu lado.
—¿Y por qué a solas?
—Haces muchas preguntas, Julian —dice—. Quiero ver el atardecer a tu lado mientras te tomo de la mano y vemos cómo el sol se oculta poco a poco en el horizonte. Ya sabes, algo muy cliché pero si es a tu lado puede ser hasta más empalagoso que no que quejo.
—Estoy seguro de que me encantará.
El hombre de la caseta nos sonríe y nos entrega un papel a cada uno. El mapa del recorrido que se puede hacer en el lugar y sugerencias de otros lugares similares cercanos por si estábamos interesados. Levanto la mano para dar las gracias y jalo a Jackson para entrar de una buena vez por todas.
El lugar estaba decorado con luces en los árboles y al fondo podía ver la roca a la que Jackson se refería con el sol alumbrando. Aquello era mágico y parecía ser irreal por lo hermoso que se veía.
Jackson levanta mi mano y deja un beso en ella mientras me abraza. Coloco mi rostro en su pecho y respiro su aroma.
Amaba su olor.
—¿Quién es tu cantante favorito? —Pregunto de repente mientras comenzamos a caminar por el lugar.
—Amo a Lady Gaga —contesta—. Aunque eso ya lo sabes, pero también amo a Lana del Rey y a Rihanna.
—Ritmos diferentes —digo.
—Lo sé —sonríe—, y a ti sé que te gusta Ariana Grande, Billie Eilish y a esa pareja de raros que se visten como vagabundos.
—No son vagabundos —pongo los ojos en blanco—, son Camila Cabello y Shawn Mendes.
Ríe.
—I love it when you call me papacito —canta y no puedo evitar reír ya que su imitación de Camila le sale fatal y podría romperme el tímpano en cualquier instante.
—No cantes —digo.
—¿Por qué? Si canto súper bien —levanta sus cejas—. Debería de estar nominado a un Grammy por mi melodiosa voz.
—Y yo soy bueno en Historia —digo en forma sarcástica.
—Gracioso, ven que la roca está aquí.
Me jala del brazo y me suelta para subirse en la roca y gritar a todo pulmón. Da un salto y se coloca a mi lado para tomarme del brazo una vez más.