Just Love

CAPITULO I: SOLO LLORAR

Llamada entrante

¿Hola?— se escuchó la voz dudosa de una mujer.

—Sé que no hemos hablado mucho— Daniel habló con voz suplicante y por la forma de hablar se notaba que estaba algo ebrio —tenemos poco tiempo de conocernos, solo hemos hablado una sola vez, pero necesito hablar con alguien, por favor, te pido, te lo ruego ¿puedes venir a mi casa? ¡Por favor!— imploró Daniel .

Está bien, voy para allá. Llegaré en dos horas aproximadamente— respondió una voz femenina desde el otro lado del teléfono.

—¡Gra-gracias!— respondió Daniel sollozando.

Dos horas y media después

Tocaron el timbre de la casa de Daniel, su nona doña Eli atendió. Minutos después tocó la puerta del estudio de Daniel.

—Mi niño es la señorita Sofía, la amiga de la señorita Paz— informó la nona con preocupación. Su inquietud era válida, se trataba de la mejor amiga de Paz, la mujer por la que estaba sufriendo Daniel.

—Hazla pasar nona, yo le pedí que venga—

Sofía ingresó al pulcro y ordenado estudio del arquitecto y diseñador de interiores Daniel.

—¡Que vergüenza me da mirarte!— expresó Sofía bromeando al ver a Daniel tambaleándose de borracho. Daniel caminó como pudo hacía Sofía, la abrazó y empezó a llorar desconsoladamente. Sofía era mala dando soporte físicamente así que solo se dejó abrazar y le dio unas cuántas palmadas en la espalda a Daniel. Sofía sugirió sentarse en el suelo porque sentía que pronto ambos caerían Daniel estaba poniendo más peso en el abrazo.

El hombre estaba inconsolable así que Sofía lo escuchó y observó beber y beber hasta tres botellas de vodka, estaba por terminar la cuarta y se iba por la quinta.

—Creo que fue suficiente con el alcohol— dijo Sofía

—Ne, ne-ce-siiito NO peeensaaar. A, Ademassss, ya la abrí, no seee pue-de dejarrr— Sofía lo miró alzando una ceja —dije que es suficiente— habló Sofía con determinación. Tomó la botella de vodka y arrojó el líquido al baño del estudio —¡se acabó!—

—¡Levántate!— ordenó Sofía con voz de mando. Daniel hizo un gran esfuerzo, tambaleándose, pero se puso de pie —Ya essstoy— dijo Daniel —¡Felicidades! ahora ¡vámonos! Sofía tomó del brazo a Daniel y lo sacó del estudio frente a la nona Eli y el esposo de ésta Javier quien era el conserje y chofer del edificio.

—¿Dónde hay una ducha?— preguntó Sofía. Nona Eli entendió lo que quería hacer Sofía, no lo pensó dos veces y dirigió a Sofía quién jaló a Daniel durante todo el camino pese a sus protestas, caídas y choques contra la pared.

Finalmente llegaron a la habitación de Daniel y lo metió en la duchade un empujón. Sofía abrió toscamente la ducha con agua fría a lo que Daniel se petrificó.

Javier se encargó de bañarlo y cambiarlo, cuando terminó lo acostó.

Pasaron casi 24 horas hasta que Daniel despertó, salió de la habitación y encontró a Sofía con una taza de té en las manos y su expresión de serenidad, mirando a través de la mampara las aves en el árbol.

—Ho… Ho… ¡Hola!— saluda Daniel con duda

—¡Oh, despertaste!— respondió Sofía con una falsa sorpresa.

—¿Qué hora es?— preguntó Daniel

Sofía mirando su reloj —Exactamente la una de la tarde,

del día siguiente que vine—

—¡Dios!— Daniel sorprendido y tocándose el rostro —¿Tanto dormí? Perdón por molestarte desde tan temprano y que estés aquí desde ayer— Sofía sonrió —Tranquilo, bello durmiente, tu profundo sueño me dio chance de ir a mi casa, cenar, dormir, levantarme y volver por la mañana.y no, no es molestia. ¿Quieres un café?—

—Sí por favor—

—Bien te lo traeré— voltea Sofía a verlo y apunta a Daniel con su dedo —pero que quede claro que solo lo haré por hoy—

—Lo sé, lo sé—

Sofía le sirvió el café a Daniel y para ella otro té. Ambos se quedaron en silencio por largo rato, era extraño, pero entre ellos había nacido una especial forma de comunicarse, sin necesidad de hablar.

Tras unos largos minutos Daniel rompió el silencio.

— Hice todo para que estén juntos— Sofía lo observó con comprensión —porque él es mi amigo y ella lo eligió a él, es, es, es difícil de explicar, yo— Daniel se contiene —¡olvídalo!—

—¡ Adelante! no te contengas, me llamaste porque quieres hablar y este es el momento, vamos, cuéntame tu lado de tu historia, piensa que diseñas un plano—

Daniel se quedó en silencio por unos minutos, tomó aire y las palabras fluyeron —Entonces empezaremos por la base, una historia une a la otra y en la dos, pierdo yo

Ivana

Desde pequeños Ivana y yo fuimos amigos, de hecho, ella se acercó a mí después de la muerte de mis padres, nos volvimos entrañables fui yo quien la ingresó a nuestro círculo de amigos. Conforme íbamos creciendo me volví un hombre callado, como podrás notar no soy el alma de la fiesta, ella se encargó de ingresarme en la vida social y cada cumpleaños me dio un obsequio que atesoré como lo más preciado de este mundo, de mi mundo. Pasados los años descubrí que mi amistad por ella se había convertido en amor— toma un poco de café — Estaba seguro de que ella sentía lo mismo por mí, llámalo inocencia o falta de experiencia, pero yo sentía que ella me amaba; así que un mes antes de que se fuera a Miami para hacer su maestría, en su fiesta de despedida decidí proponerle matrimonio. Ella me miró extrañada, sonrió, pensó que era una broma o solo se hizo la desentendida, pero no me repondió, solo se fue. El maestro de ceremonia la llamó para anunciar su compromiso con Alex, uno de mis mejores amigos y parte del grupo.

Se casarían a fin de mes y se irían juntos a USA.

Me emborraché por despecho, Felipe, otro de los amigos del grupo celebró hasta morir por la titulación y Alex porque se casaría pronto. Fuimos los últimos en salir de la fiesta y fue cuando tuvimos el accidente. A raíz de ese suceso conocimos a Paz fue quien llamó a los bomberos.




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