CAPÍTULO IV: ¿CUANDO EMPIEZAS?

Hubo una pequeña pausa, silencio, ese silencio que no necesitaba expresiones, que no era incómodo y que ambos entendían.

—¿Tienes algo en mente?— está vez fue Sofía quien rompió el silencio —¿algún proyecto que ocupe tu tiempo al 100%?—

—Algo así ¿por qué?—

Sofía observó a Daniel ajustando los ojos y soltó una frase peculiar —Dice mi abuelo que la mente ocupada mata ociosos— La frase indignó un poco a Daniel.

—¡No soy ocioso!— Sofía sonrió.

—No digo que lo seas, aclaro—respondió Sofía divertida —pero el dicho aplica para con desamor, un poco tu caso hoy—

—¡Ja-ja -y ja! muy graciosa. Pero sí, sí tengo un proyecto en mente, es un sueño en realidad—

—Quiero abrir un estudio musical para que puedan visitarlo niños y adultos mayor— Daniel además de arquitecto es músico, toca el piano y la guitarra y su sueño es abrir un espacio donde se pueda disfrutar del arte.

Era un sueño que tenía junto a su madre desque que tiene uso de razón.

—Oye qué bacán ¿tienes pensado el local?— preguntó Sofía emocionada.

—Sí una casona en el centro de Lima que me regaló mi abuelo—

—¿Una casona?—

—Sí, mi abuelo me la regaló cuando cumplí diez años—

—¡Que mostro!— dijo Sofía con algo de envidia —a mi, mi abuelo me regaló un cono de Nubeluz y un peluche del payaso popy— ambos rieron —Tienes mucha suerte ¡Eh! ¿Cuándo tienes pensado arrancar con lo del estudio musical?—

—Falta muchas cosas y— responde Daniel titubeando

—Sin ex-cu-sas— interrumpe Sofía—

—No, nono en serio faltan muchas cosas, la casona prácticamente está en ruinas así que debo trabajar desde cero, debo pintar, por ejemplo, conseguir los permisos, reestructurar, trasladar los equipos musicales y armar el salón de presentación—

—¿Cuándo empiezas?— volvió a preguntar Sofía, cruzando los brazos y mirando fijamente a Daniel

—Bueno, yo, eh—responde bastante nervioso Daniel ante la mirada penetrante de Sofía que más que estar haciéndole una pregunta parece dar una orden.

—¿Cuándo?— Sofía levantando ambas cejas

—Bueno esta semana veré todo lo respecto a documentación, la siguiente me encargaré de contratar personal que me ayude. Lo de pintar tendrá que esperar un poco, lo haré yo mismo—

—¿Es mucho?—

—No no, bueno el lugar que quiero convertir en salón, no es como un teatro, pero sí necesito pintarlo.

—Entiendo— Sofía parece pensar un poco —Te ayudaré,está decidido— afirma Sofía con determinación. Era un sacrificio para ella porque ya quedamos que no es fan de hacer los quehaceres del hogar.

—¿En serio?— un dudoso Daniel

—Sí, así podré vigilarte, compañere— Ambos rieron —¿maso será en tres semanas ¿Cierto?— pregunta Sofía

—Algo así— Daniel mueve la cabeza dudoso —Tengo muchas cosas que hacer, diseñar el salón principal es el comienzo—

—¿Cuánto tiempo te toma diseñar?— pregunta una Sofía muy interesada

—¡Umm! déjame ver, la idea de diseño siempre la tengo en mi cabeza, después paso al moodboard eso me toma entre dos y tres días—

—De acuerdo— respondió Sofía y empezó a hacer cuentas —hoy es miércoles, tienes jueves y viernes más las dos semanas hasta que nos veamos— Daniel toca su rostro con una mano y niega con la cabeza —¿Siempre eres tan mandona?—

—Claro que no— respondió Sofía con algo de molestía — Claro que no, soy administradora, gestionadora para los colegas, controladora para los coloquiales—

—Ya entendí— dice Daniel con falso temor

—Nos vemos en dos semanas— Sofía estira su brazo buscando un apretón de manos en señal de compromiso —queda camarade— Daniel río.

—¡Hecho! — respondió Daniel