Daniel tomo el primer vuelo que encontró. Dos horas de viaje después arribó a Pucallpa una de las ciudades más calurosas del Perú. Se trasladó hasta el hotel "Río" donde al llegar confirmó que Sofía se encontraba hospedada en la habitación 301. Daniel solicitó la habitación más cercana, la 302.
Se sentó en la puerta de su habitación a esperar a Sofía. Daniel no le había podido comunicar que estaba en Pucallpa, después de la llamada de Paz, Sofía no ha respondió ni llamadas ni mensajes a nadie, ni siquiera a su familia.
Finalmente, dos horas después Sofía llegó mirando su celular, parecía enojada, estaba abriendo la puerta, se le dificultó abrirla y la pateó, era un acto poco habitual en Sofía, estaba enojada o por lo menos frustrada, era obvio.
—La puerta no tiene la culpa —Daniel con algo de burla—
Sofía levantó lentamente su rostro, reconocía esa voz, pestaño, para voltear lentamente hacía donde salía la voz.
—¿Daniel?
Daniel se puso de pie ambos quedaron frente a frente, en ese silencio, ese silencio que solo ellos entendían. Daniel le quitó la llave y abrió la puerta y ambos ingresaron en la habitación.
—¿Por qué estás aquí? —pregunta Sofía—dirigiendose al baño para lavarse las manos
—Pregunta incorrecta —Daniel siguiéndola— ¿Por qué tú estás aquí?
—Pasó algo muy “fuerte” —respondió Sofía—mientras se secaba las manos.
—Cuéntame
—Es complicado —Sofía se sienta en el suelo recostando su espalda en el Sofá, Daniel hace lo mismo.
—Recibí una llamada. De mi papá diciendo que una de sus hijos fue secuestrado, necesita dinero para pagar el rescate y, y, pues, bueno yo, estoy aquí para comprobar que no me este mintiendo para sacarme dinero.
—Entiendo ¿Averiguaste algo? —preguntó Daniel preocupado—
—Aparentemente no miente, me enviaron este video y esta nota —Daniel observa el celular— en el video se muestra a su hermanastra en una habitación oscura con muchos golpes en el rostro.
—Lo siento mucho —
—Los secuestradores piden ocho mil soles por liberarla.
—¿Por qué no me dijiste? Yo te hubiera dado el dinero, sabes que no tengo problemas con ello.
—No se trata del dinero, mi familia me dijo lo mismo y de ultima hubiera hecho lo posible por conseguirlo. Pero no me cuadraba, el monto, según yo muy pequeño para ser de un rescate. Pero cuando llegué aquí mi papá me enseñó el vídeo.
—Comprendo
—Mi hermana está secuestrada y yo solo vine hasta aquí para confirmar que mi padre no me estuviera mintiendo ¿Qué clase de persona soy?
—La mejor, el problema es la clase de persona que es tu padre, que siempre miente para sacar algún beneficio. —Sofía guardó silencio—
—¿Has hablado con él? —Sofía guarda silencio—
—¿Tu padre o tú se han comunicado con los secuestradores? —Sofía guarda silencio—
—¿Ya no quieres hablar? —Sofía guarda silencio—
—Ya veo. En este caso aunque quisiera, no puedo hacer mucho para remediar tu dolor, pero estaré a tu lado para sostenerte cómo lo hiciste tú conmigo. No te dejaré sola, lo prometo.
Sofía, por primera vez fue capaz de llorar frente a alguien jamás se lo había permitido, pero habia llegado a su límite además era Daniel su amigo quién mejor que él para sostenerla. A diferencia de Sofía, el consuelo de Daniel fue tierno, la abrazó fuerte y no la soltó hasta que se durmió.
#1442 en Novela contemporánea
#2917 en Otros
#695 en Relatos cortos
amistad amor, amistad aprendizajes reflexion, oportunidad de amar
Editado: 26.12.2025