Just Love

CAPÍTULO XIII: EL PRÉSTAMO

Daniel se sentía muy enojado al ver tan vulnerable a su amiga.

¿Cómo podían atreverse a provocarle tanto dolor y culpa a su amiga y de esa forma tan cruel?

Sofía sospechaba de su padre, para ser honestos no sería la primera vez que su padre usara artimañas para enredarla y sacarle dinero, de ser así él mismo se encargaría de castigarlo y sería implacable. Era su turno de dar contención, comprensión y protección y no está dispuesto a fallar.

—Eso te lo puedo jurar Sofí —habló Daniel apretando los dientes y puños—

Cerca a las once de la mañana del día siguiente Sofía despertó, con los ojos hinchados y un dolor insoportable de cabeza, Daniel estaba sentado leyendo unos papeles.

—Buenos días

—No te burles, que de buenos este día tiene lo que yo de Adriana Lima —responde Sofía con un puchero—

—Te aseguro que serán buenos días, tengo algo para ti —Daniel sonríe— Sofía lo observa intrigada

—Sospechas de tu padre¿correcto?

—Sí

—Pues tiene razón

—¿Cómo?

—Hice unas llamadas, primero a tu mamá que estaba muy preocupada y luego al papá de un amigo de la universidad, es general en esta zona le pedí ayuda con este caso, los pormenores lo dejaré para después el hecho es que tu hermana no está secuestrada está con tu papá y aquí están las pruebas.

Daniel le entregó a Sofía unas imágenes junto con unos documentos. En las imágenes se observa a su padre junto a su hermana cenando juntos la noche anterior.

—Tu padre tiene una deuda por saldar de un préstamo que realizó para un negocio que fracaso, el préstamo desafortunadamente no fue con el banco lo realizó con personas particulares de las que te golpean cuando no pagas. Hace unos días tu padre recibió una golpiza las heridas que tiene no son por el forcejeo tratando de evitar el secuestro de tu hermana, lo golpearon por no pagar su deuda. El préstamo inicial fue por cinco mil soles, sin embargo, al no pagar el monto se incrementó por los intereses a ocho mil soles,sí, exacto,el monto que tu padre dice cuesta el rescate de tu hermana.

—¡Grrrr! —Sofía gruñendo— ¿Cómo qué? ¡Lo sabía! lo sabía todo esto era muy extraño.

—Hoy te verás con él ¿Cierto?

—Sí así es y le daré el doble del golpe que me dio

That's my rude girl!.

—Lo voy a destruir

—Oye, destructora, no iras sola, iré contigo.

—¿Qué? Nono, no es necesario que me acompañes.

—No te estoy preguntando, iré contigo y punto. ¡Apúrate! Salimos en 20 minutos.




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