El encuentro más esperado y gélido que podría haber entre dos personas.
Daniel vigilaba desde otra mesa.
—Hija —llamó un emocionado desconocido— era Carlos el padre de Sofía, la esperaba en la cafetería, se puso de pie intentando abrazarla, lo hizo, pero Sofía no correspondió. Era la tercera vez en su vida que veía a su padre.
La primera vez fue al año de nacida, la segunda vez a los veinticinco y la tercera vez, es hoy.
Sofía era parte de la estadística.
Es parte de ese 39% de familias monoparentales y de los 210000 hijos/hijas con padres ausentes que existen en el Perú.
—Qué bueno que pudiste llegar temprano mi princesa necesitamos el dinero con prontitud, tu hermana corre grave peligro.
Sofía con la serenidad que la caracteriza observa en silencio el cinismo de su padre.
—Nosotros, cómo sabes somos no tenemos dinero hija no tenemos para pagar sí te soy honesto no entiendo porque nos hacen esto —Sofía no respondió solo observaba el actuar de su padre—
—¿Deseas algo de tomar, hija?
—Deseo que no me llames hija —afirmó Sofía con autoridad— llámame por mi nombre, Sofía —Carlos la observó sorprendido— Solo tengo dos puntos para decir: primero, sí tu hija se encuentra en peligro es sí y solo sí por tu responsabilidad. Segundo, yo solo estoy aquí para hacer el préstamo del dinero.
—¿Préstamo? —preguntó Carlos extrañado—
—Claro ¿No me dijiste eso cuando me llamaste? Que necesitabas un préstamo —Carlos estaba desconcertado—
—Pero creí que
—Te daré el préstamo previa firma del contrato legal, la devolución será al doble del total en un tiempo no menor a tres meses.
—Pero hi, es decir, Sofi
—¿Quieres salvar a tu hija?
—Sí
—Entonces firma
—Pero hija esto es un abuso
—¡NO!
—¡ME!
—¡LLAMES!
—¡HIJA!
—Llámame por mi nombre, So-fí-a.
—Así te moleste que te llame hija, está bien, no lo haré más, pero eso no cambia que lo seas,eres hija mía
—Lo usas como persuasión, pero te aseguro que el llamarme hija no servirá para que cambie de opinión.
—Sofía, por favor, piensa en tu hermana —suplica Carlos, desesperado—
—Eso hago, por eso estoy aquí ofreciéndote un préstamo caso contrario ni siquiera hubiera venido.
—Hija
—¡Sofía!
—Sofi
—¡Sofía! y te pido de la manera más atenta y cordial que no me vuelvas a llamar hija.
Llámame por mi nombre, Sofía
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Editado: 26.12.2025