Kendall Y Mi Secreto

6: ÉL

En casa leo la carta de nuevo.

No la entiendo, ¿De quién es esa carta? Suena a que alguien odia a una persona llamada Kendall, la amenaza incluso. Le dice que debió morir y le dice que algo pasó. Algo malo.

Cora me envía un mensaje y suspiro, tomo el teléfono.

Cora: ¿Qué estás haciendo?

Yo: Tareas.

Dejo el teléfono a un lado y vuelvo a examinar la carta como si encontraré algún mensaje secreto. Esto es muy raro, no sé qué hacer con ello. Si lo pienso, alguien podría estar en peligro.

La primera vez que la leí mi corazón se detuvo. Pensé que alguien conocía mi secreto, mi más oscuro secreto. Tengo muchos, pero ese es uno que ni siquiera mi novia conoce, es algo que muy pocas saben y uno de ellas está muerta.

Cora me envía otro mensaje. Exhalo, me gustaría tener aunque sea un minuto para pensar pero si no le contesto se enojará y si se enoja, puede que deje de hablarme y no quiero eso.

Cora es la única que me conoce antes de ser “popular” y le debo mucho a ella. Ella me ha ayudado, ella me escogió a pesar que sabe lo de mi padre. Ella no es mala, solo es un poco complicada pero me quiere, lo sé, Cora me quiere.

Le respondo su mensaje y me dejo caer en la cama. Tengo miedo que alguien esté en peligro por esta carta y creo que tengo que contárselo al director o a algún profesor.

Pero el pánico me invade. Acabo de darme cuenta de algo que estaba ignorando totalmente. Si yo tengo la carta de esa persona, de una chica llamada Kendall… ¿Quién tiene mi carta?

¿La otra Kendall?

Muerdo mi labio. No sabía que alguien más en la escuela tenía mi nombre, en especial una chica. Este es uno de esos nombres unisex, supongo, pero no he conocido a una chica con mi nombre.

Tomo mi teléfono. Entro a Socialz y cambio de cuenta, una que no tiene mi nombre. En el buscador escribo “Kendall B” pero no aparece nada. Mi perfil está ahí y luego, otros Kendalls pero son señores y no creo que sean la persona de la carta.

Ojala pudiera preguntarle a alguien si conoce una Kendall pero si lo hago, puede que Cora piense que estoy hablando con otras chicas y no es así. Tampoco quiero explicarle lo de la carta, la conozco y siento que no le tomaría importancia.

Creo que la única forma es ir mañana a la escuela, al área de registro y administración y preguntar. Diré que encontré algo de otra compañera y quiero saber en qué salón está.

Aunque, no quiero que Cora me vea.

Paso la mano por mi cara. ¿Cómo haré esto? Si alguien me ve hablando con otra chica se lo dirá a Cora, si ella me ve, se enojará conmigo. No quiero que se enoje, ella es explosiva.

Otro mensaje de Cora, casi recordándome que debo ser bueno con ella. No quiero lastimarla pero también quiero saber más de esto, quiero la mía y quiero entender esta situación.

Tuve que mentirle a Cora cuando me preguntó qué opinaba de lo que había escrito. Puedo imaginarme lo que me dijo, ella siempre me dice que me ama así que le dije que fue muy linda de su parte. Ella sonrió, parecía que le gustó mi respuesta.

Escucho algo, como cuando la gente intenta susurrar pero no lo logra y suena más como gritos a bajo volumen. Me levanto de la cama y me acerco a la puerta de mi habitación para intentar escuchar lo que mamá y Jordan están diciendo.

“—No le digas, no necesita…”

“—Es lo mejor, Daniela, él necesita saberlo…”

¿Están hablando de mí?

Abro la puerta y salgo de manera silenciosa. Bajo las escaleras hasta que ellos me notan y voltean a verme.

— ¿Qué pasa? —pregunto.

Mamá tiene la expresión seria, el cabello un tanto despeinado y los ojos cargados de algo que solo he visto un par de veces en la vida.

Jordan se acerca mí y me toma de los hombros. —Kendall, ¿recuerdas lo que te dijimos en la mañana? De la posibilidad de que le redujeran la sentencia.

¿Cómo olvidarlo? Eso fue algo que arruinó mi día.

Asiento. —Sí…

—Jordan, no —pide mamá, sus ojos se llenan de lágrimas.

Pero Jordan no es como mamá, no es como yo, no es como nadie que he conocido antes. Jordan no le teme a la verdad, a los que otros prefieren no decir y no ver. Es por eso que sigo vivo, por Jordan.

—Saldrá pronto, le otorgaron la reducción de la sentencia.

Clavo las uñas en mis palmas. —Pero, ¿Cómo? ¿Por qué?

Él suspira. —Bueno, esta vez… en su caso es difícil probar lo que pasó. Creen que mienten, las víctimas. Sus abogados siguen presentando información sobre los análisis y todas las pruebas que ellos consideran que no eran suficientes, incluso están tratando de usar otros recursos.

Mi respiración se hace corta y más rápida. No quiero pensar en ello, no puedo pensar en ello. Esto no es posible. ¿Cómo pueden dejar libre a alguien así? ¿Cómo pueden creer que alguien mentiría sobre algo así?

—Kendall —mamá se acerca—. Eso no significa nada. No te verá, no te volverá a…

—Eso no importa —aprieto con fuerza las uñas que siento como la primer capa de piel se está dañando—. Mamá, esto no es sobre mí, esto… no puedo…

Jordan aclara la garganta. —Escucha, todavía hay abogados trabajando en el caso y mucho puede cambiar. Si encuentran nuevas víctimas…

—No deberían haber nuevas víctimas —afirmo.

Los tres permanecemos en silencio dejando que el peso de la situación caiga. Esto es impensable, ¿Cómo pueden permitir que alguien que daña a los niños esté libre? Lo primero que hará es buscar otra víctima.

Trago saliva con fuerza. A veces pienso que las cosas van a ser mejor, que todo lo que he escuchado sobre el futuro con esperanza y alegría es real. Que hay algo más que el dolor pero luego veo todo lo que me rodea, todo lo que rodea a esta familia.

Crímenes, muertes, suicidios y dolor.

Y de alguna forma, todo está conectado conmigo.

—Voy a mi habitación, tengo que terminar la tarea —digo.

Jordan me da una palmada en la espalda. —Mira, si necesitas algo, ven conmigo. No tienes que ocultar tus emociones.




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