Hoy no es un buen día y el clima lo siente también.
Primero, ayer por la noche Cora me llamó y me reclamó de no escribirle más seguido. Traté de explicarle que no quería arruinar sus vacaciones pero ella estaba molesta. Me dijo que recordara que solo ella me va a amar como lo hace y que si hago algo mal, voy a arruinar lo que tenemos.
Me pidió que aunque no me conteste, le envié mensajes cada hora y le diga donde estoy y qué estoy haciendo. Traté de explicarle que eso sería aburrido para ella pues no he salido de mi casa pero dijo que no le importa.
No pude decirle lo de Kendall. Eso solo me recordó lo que me dijo cuándo discutimos, acusó a Cora de ser toxica pero no es así. Cora solo está preocupada por su relación y me siento culpable pues tengo que mentirle. No sé cómo explicarle que he pasado estos días con una chica sin que suene mal.
Luego, Jordan me avisó que hoy determinarán si le otorgarán la reducción de sentencia, eso significa que podrá salir el próximo año. El próximo año. Tantas víctimas y solo pasó ese tiempo en la cárcel.
No lo entiendo.
Además, hoy irónicamente es el aniversario de la muerte de mi hermano. Odio que se le recuerde más por el día que murió que por el día en que nació, el día que se graduó, cuando entró a la universidad. Todos esos logros y celebraciones quedan aplastadas por su último día.
Mamá vendrá más temprano del trabajo e iremos al cementerio. Cada vez que tengo que ir, mi cuerpo reacciona de las peores maneras. Tengo nauseas, dolores de cabeza y en el pecho, respirar es difícil y mis piernas se rehúsan a moverse.
La peor parte de visitar la tumba de mi hermano es saber que está ahí por mi culpa.
Así que aquí estoy, enviándolo otro mensaje que no leerá todavía a Cora mientras pienso en el pasado, en mi hermano, en todas las preguntas que tengo en mi cabeza. ¿Por qué yo? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?
Jordan ha tratado de responderlas aunque no son respuestas directas, todas se van por las ramas, todas tratan de convencerme que algún día todo será mejor. Pero, ¿Para mí? ¿Para mi será mejor o para la persona que saldrá de la cárcel? ¿Para mi familia rota?
¿Para quién?
Veo el reloj de la cocina y me doy cuenta que faltan tres horas para que inicie todo. Para que determinen si una persona como esa está reformada y libre para andar por las calles. La justicia es idiota, primero la sentencia fue una burla, luego desestimaron muchas pruebas y la peor parte fue cuando ese estúpido abogado me acusó de mentir.
Bueno, no lo sé, ¿mentí? ¿Por qué no le preguntó a mi padre o a mi hermano? ¿Por qué no me pregunta dónde están?
¿Por qué no le pregunta a mi antiguo amigo que pasaba en la oscuridad?
Mis ojos se llenan de lágrimas otra vez y me levanto rápido haciendo que el banco de madera se caiga y el eco resuene por la casa. Me cubro la cara con las manos pero eso no sirve para que deje de llorar.
Tengo que olvidarme de esto, tengo que dejar de pensar en el pasado. No tengo que seguir llorando por lo que pasó.
Respiro profundo, levanto el banco y tomo mi teléfono. Es temprano pero tal vez la encuentre, tal vez ya está paseando algún perro. Necesito ir con la única persona que me ayuda a distraerme de todo y lo hace sin saberlo.
Salgo de la casa, voy por mi bicicleta y atravieso el jardín. Me aseguro de cerrar correctamente la puerta y me monto para pedalear hacia las calles donde ella camina.
Podría llamarla pero prefiero que parezca algo casual. Kennie ha dejado bien en claro que no piensa en mí de ninguna manera romántica, ni siquiera parece tímida alrededor mío y eso es un alivio. No quiero una chica que asuma que voy a dejar a mi novia por ella, quiero una amiga.
Tengo amigos, se podría decir que las amigas de Cora son mis amigas casuales pero nadie de esas personas me hace sentir como Kennie. Creo que el hecho que ella esté fuera de mi círculo me hace sentir relajado, como si no tengo que actuar de determinada manera.
Además, constantemente recuerdo el vergonzoso momento de cuando lloré.
Paso por las calles pero no la veo, hay algunas personas pero ninguna es Kennie. Dudo por un segundo pero lo decido, ahora me dirijo hacia su casa.
No es muy lejos de aquí así que en pocos minutos llego y justamente ella está saliendo de la casa. Lleva unos pantalones sueltos azules, una camiseta blanca holgada y el cabello anaranjado en dos trenzas.
—Buenos días —digo.
Gira hacia mí y frunce el ceño. — ¿Qué haces aquí?
Sonrío de lado. —Te pareces a esa chica de los libros, Anna de algo verde.
Rueda los ojos. — ¿Anna la de tejas verdes? ¿De verdad?
—Sí, te pareces, con tus trenzas —bromeo.
Ella suspira, se acomoda la bolsa cruzada y camina hacia mí. — ¿Qué estás haciendo aquí?
Necesito distraerme. —Nada, estoy paseando y te vi, ¿no puedo saludar a mi amiga?
Chasquea la lengua. —No soy tu amiga.
Paso la mano por mi cabello. — ¿Hoy también vas a pasear perros?
Asiente, tocando el final de una de sus trenzas. —Síp, un Labrador.
Me acomodo sobre el asiento de la bicicleta. — ¿Te puedo acompañar?
Entorna los ojos. — ¿Tengo opción? ¿Me harás pasar todo el día contigo otra vez?
Sonrío de lado y mis ojos se mueven hacia su casa, luego de nuevo con ella. —Oye, ¿Con quién vives?
—Con entes del bajo astral —afirma sin cambiar la expresión.
Ruedo los ojos. —Hablo enserio, es solo que… casi parece que vives sola pero lo dudo, ¿no?
Se encoje de hombros. —Vivo con mamá.
Pero de las veces que he estado aquí no hay nadie. —Um, ¿Se va a trabajar temprano?
Bufa y cuando me mira, aclara la garganta. —El trabajo de mamá no es convencional.
Oh, eso podría significar muchas cosas. — ¿No?
Entorna los ojos viendo hacia la calle. —Gana dinero en internet.
De nuevo, eso podría significar muchas cosas. — ¿Dinero? ¿Cómo?
Suspira. —Eh, es… ¿prometes no decirlo?