Justo como lo predije, Kendall y yo no somos amigos.
Los últimos días de vacaciones no lo volví a ver. Tampoco lo busqué ni lo llamé. Sabía que él y yo solo estábamos distrayéndonos de nuestras vidas pero que al final, no teníamos un lugar en la del otro.
Me arrepentí de contarle lo que me pasó hace un tiempo. Me arrepentí de hablarle sobre los videos de mamá y de lo que pasó. Ahora, él puede contarles eso a sus amigos o a su novia y no sé si puedo lidiar con ello.
Pero la escuela comenzó y en el primer periodo nadie se burló de mí o habló de mi madre. Todo continuó como si las vacaciones hubieran sido tan solo una coma en la historia de nuestro último año y nada más.
Sigo sin importarle a nadie. Eso está bien. Aunque no voy a negar que por algunos instantes me creí que tal vez, le podía importar a alguien. Pero fue un error pensar así. ¿De qué me sorprendo? Soy la experta en cometer errores.
A la hora del receso tomé mi bolsa y me dirigí a la fuente. Me senté en la orilla con la lata de refresco sin azúcar a mi lado y mi teléfono reproduciendo música a través de los auriculares. Pasé unos diez minutos así hasta que noté algo en una de los arbustos al otro lado de donde estoy.
Parece un papel.
Miro al pasillo pero sigue vacío y el arbusto sigue ocultando ese papel. Paro la música y me levanto para ir a comprobar que tan solo es una basura que el viento arrastró de alguna parte.
Vuelvo a ver hacia atrás para comprobar que estoy sola. Tomo la esquina y descubro que es una hoja de cuaderno doblada en dos, formando un cuadrado. Al frente tiene algo escrito con marcador negro.
“Kendall B.”
Leo tres veces eso antes de extender la hoja. Irremediablemente, mi corazón pega un salto cuando leo:
“Extraño ganarte en los videojuegos
PS. Puedes dejar tu respuestas aquí, después del receso vendré a descubrir si me ignoraste o no.
Kendall”
Cuando me doy cuenta que estoy sonriendo dejo de hacerlo.
Él vino aquí en algún momento solo a dejarme esta carta, él me extraño en esos días donde ya no hablamos. ¿Por qué dejó esto aquí? ¿Qué se supone que le responda?
Suspiro, regreso donde está mi bolsa para sacar un cuaderno y arrancarle una hoja del final. Siempre me pregunté porque escogemos las últimas en lugar de la siguiente hoja en blanco. No importa eso ahora, supongo.
También busco algo con que escribir y me encuentro un lapicero azul claro, lo pruebo pero no sale la tinta. Reviso un poco más hasta encontrar un rotulador anaranjado. Creo que puede servir.
Me siento en la orilla de la fuente, doblo el cuaderno para usarlo como base y escribo:
“Clon:
Cada vez que ganaste era porque hacías trampa o yo te dejé ganar. Admite, soy la mejor.
¿Así que me extrañaste? Vaya, que interesante.
Posdata: en el siguiente periodo tengo que entregar el resumen del libro, espero que no note el profesor que lo escuché en lugar de leerlo. ¿Qué tal te fue a ti?
-la original”
Cuando termino la veo y por un instante quise hacerla bolita y tirarla al agua. Es algo ridículo y tonto.
Sin embargo, no lo hago. La doblo en tres y voy hacia el arbusto, muevo algunas ramitas para colocarla sin que se note demasiado. No creo que nadie sepa quien escribió eso pues no usé ni mi nombre ni el suyo, pero de todas formas, prefiero evitar problemas.
Cuando regreso a la fuente, sigo escuchando música pero mis pensamientos no están en la música, están en otros lados. Tengo recuerdos de los días que pasé con él, los cortos y temporales momentos al lado de ese chico.
Subo la mirada al cielo y aunque es de un tono azul oscuro, no es tan oscuro como los ojos de él. Sus ojos son tan intensos, tan cálidos también.
Cuando el receso termina camino hacia el salón de clase aunque mi vista se mueve de un lado al otro en caso me lo encontraba por los pasillos. No sé cómo reaccionar si eso ocurre, no sé si él fingirá no conocerme.
Creo que yo también lo haría.
Sin embargo, no lo vi en los pasillos y las horas avanzaron sin saber nada de Kendall ni de si había ido por mi carta.
Dudé si había cometido un error pues puede que alguien me estuviera jugando una broma pero él mencionó los videojuegos y nadie más sabe de esos encuentros en su casa. Bueno, su madre y Jordan sí pero es obvio que no vendrían a la escuela para molestarme.
Quizás su novia, ¿no?
No lo sé. Digo, gracias a que se cruzaron las cartas sé que Cora no es un ángel cubierto de nubes y azúcar pero lo raro es que sí recuerdo algunas cosas de ella. La he visto en los pasillos, es difícil no notar a una chica como ella, pero jamás ha sido grosera con alguien.
En realidad, una vez la vi en el baño y no fue desagradable. Fue solo un momento normal, irrelevante en nuestras vidas.
Quizás la he malentendido, quizás ellos tienen un tipo de relación que desconozco.
Quizás no debería importarme.
Al siguiente día, el martes, vi a Kendall de lejos.
Estaba con sus amigos y lucía como un chico más. Sonreía y movía los brazos mientras hablaba, pocos segundos después apareció Cora detrás de él y lo abrazó. Sus amigos empezaron a hacer muecas y ella se colocó de puntillas para besar su mentón.
Retiré la mirada. Sin duda, no encajo en su mundo. La única forma de encajar sería separándolo de todo eso y claro que no será así. Ni siquiera quiero eso, no quiero que seamos mejores amigos y pasemos todos los días juntos.
No soy buena teniendo amigos.
Casi me dormí en una de las clases y para la hora del receso, mi corazón empezó a latir mucho más rápido de lo normal. Pensé que quizás era por la bebida energizante que me tomé en la mañana como desayuno pero cuando llegué a la fuente y mis ojos se fueron al arbusto, supe que era otro el motivo de mi reacción.