Kendall Y Mi Secreto

39: ELLA

— ¿Me buscabas? —la voz de Kendall me hace girar.

Lo veo y él está sonriendo lo que provoca que sonría también. —Feliz cumpleaños, Clon.

Da varios pasos para acercarse. — ¿Es todo? ¿Y mi abrazo?

Mi corazón pega un salto. —Um, yo tengo un regalo para ti.

Sigue manteniendo el contacto visual. —Está bien, gracias pero realmente prefiero un abrazo.

Ruedo los ojos. — ¿Es verdad? Bien, como sea —me acerco y él me toma entre sus brazos, no nos apartamos tan pronto, siento como descansa su rostro en mi hombro.

Con cosquillas en mi interior me fuerzo a separarme. —Ahora sí, tu regalo —digo, usando de excusa que tengo que buscar en mi bolsa para ocultar mi rostro de él—. Eh, bueno espero que te guste.

Saco la caja de cartón azul con una moña plateada y se la entrego. Él la toma y comienza a abrirla de inmediato.

—No es nada impresionante —digo.

Él termina de abrirla y lo saca, es un llavero de esos que tienen diferentes herramientas pero no lo compré por eso, tiene forma de pez y una linterna en la boca.

—Es tonto pero no sé porque cuando vi al pez pensé en ti, lo cual no tiene sentido porque no tienes peces y tampoco me has dado una razón para que…

—Kennie —toma mi mano—. Entiendo. Créeme, me gusta mucho y es perfecto porque me han dado un auto y puedo usar este llavero.

Abro los ojos. —Espera, ¿Te dieron un auto?

Sonríe. —Sí. Es genial, sin duda es perfecto porque te subirás ahí por primera vez conmigo.

Miro mi regalo en su mano. —Ah, debí conseguirte algo mejor.

Bufa. —Para nada. Esto es perfecto.

Suspiro. —Claro, como sea. Entonces tienes un auto nuevo, eso es impresionante.

Se encoje de hombros. —Es nuevo para mí pero no es nuevo, aunque no me importa. Es rojo, siempre quise uno así desde niño.

—Que bien por ti —digo—. Espero que tengas un buen cumpleaños.

Baja la mirada a nuestras manos y le da un apretón. —Lo tendré.

Ese apretón envió señales a mi cuerpo y mi corazón late con fuerza ahora, como siempre. Creo que Kendall me dará problemas cardiacos y también respiratorios.

—La mejor parte será que estaremos en la fiesta —dice.

Hago una mueca. —Um sobre eso…

Abre los ojos. — ¿Qué? ¿Te has arrepentido?

Niego. —No, es solo que, eh, bueno, tengo un atuendo y después de la escuela me gustaría cambiarme.

Ahora acaricia el dorso de mi mano con su pulgar. —Sí, yo te llevo a tu casa primero y luego vamos a la mía que también me gustaría cambiarme, luego vamos a la fiesta.

Asiento. Realmente no he ido a una fiesta antes, no sé qué esperar de todo eso pero al menos él estará ahí y quiero creer que todo estará bien.

Kendall me sonríe una vez más antes de soltarme la mano.

Por el resto de la escuela no nos volvimos a ver. Él estaba ocupado con sus amigos y haciendo lo suyo. No me molestaba, en realidad, me alegra que sea así. Recuerdo la mirada perdida que tenía hace algunas semanas y ahora su rostro ya no tiene esa tristeza.

En el penúltimo periodo casi me topo con Cora. Mi corazón se detuvo un instante pero ella solo me dio una sonrisa arrugando la nariz y siguió con su camino.

Sigo sintiéndome culpable cuando la veo. Sé que no tiene sentido que lo haga pues Kendall y yo nunca hicimos nada mientras ellos todavía estaban juntos y aún no hemos hecho nada, él sigue llamándome “su amiga” y creo que ahí es donde nos quedaremos.

Pero sigo sintiéndome como una ladrona.

Sin embargo tengo que recordarme que el hecho que ellos rompieran no tiene nada que ver conmigo sino con como Cora lo engañó y lo trataba. Esta chica es complicada, en la escuela parece amable y agradable pero yo le creo a Kendall. Incluso hay pruebas de todo.

Me pregunto cómo es que algunas personas pueden ser así. Como pueden actuar normal y amables frente a todos pero a puertas cerradas, en mensajes privados y en conversaciones que nadie más escucha pueden ser completamente distintos.

Y a decir verdad, me daba mucha ansiedad que me viera con su ex novio. No me gustan los problemas, intento hacer todo lo posible para mantenerme lejos de las personas y no crear algo que luego me arrepiente aunque con mi historia es evidente que no me sale bien.

Puede que Cora sea amable en la escuela con todos pero qué pasaría si ella ve a su ex con alguien más.

Recuerdo cuando mamá vio fotografías de papá con una mujer, estaban saliendo y mamá la insultaba todo el tiempo. Incluso estaba planeando llamar al trabajo de ella solo para mentir.

Así que cuando las clases terminaron y Kendall me envió un mensaje diciendo que lo esperara en la salida, mi corazón se detuvo. Es oficial, voy a tener que caminar a su lado hacia su auto nuevo y rogar que Cora ya no esté cerca.

Pero Kendall es Kendall, él no es como yo. Él es conocido, él y Cora salieron por dos años. Tal vez no a todas las personas les interese la vida de los demás pero a muchas sí y solo hace falta que una se lo diga para que ella sepa que estoy con él.

Tengo el mal hábito de morderme las uñas cuando estoy muy nerviosa y ahora lo estoy haciendo, quiero detenerme pero no puedo, es solo hasta que Kendall está a mi lado que lo hago.

— ¿Lista?

Mis ojos van por todo el estacionamiento, hay muchas personas. —Eh, sí…

Mueve su mano y pego un salto pequeño, no voy a dejar que me tome la mano. Lo hace cuando solo estamos él y yo pero ahora no deberíamos hacerlo. Las personas van a malinterpretarlo.

—Vamos —doy un paso al frente.

Él camina a mi lado y yo veo hacia otra parte, como si no estuviéramos caminando juntos sino que solo estamos yendo en la misma dirección. Siento mi cuerpo dar un respingo cuando él toca mi codo.

—Aquí está mi auto —dice.

Volteo y se nota que es nuevo, como si lo hubieran lavado. Es rojo, brilla por la luz del sol y resalta entre los demás. —Es lindo.

Me hace una seña para que subamos. Contengo la respiración, paseando la mirada alrededor aunque no veo a Cora o a nadie observándonos. Me subo al asiento del copiloto, apretando mi bolsa contra mi cuerpo.




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