Kendall Y Mi Secreto

49: ELLA

Mientras que la comida llega subo a la casa del árbol y mis ojos se abren.

Kendall ha colocado mantas y almohadones, tiene platos y vasos al lado de una botella grande de refresco, hay dulces y frituras saladas. La primera palabra en la que pienso cuando veo todo esto es: acogedor.

Esto es muy lindo y el hecho que se haya tomado el tiempo para hacer todo esto me hace sentir tan bien.

Me acomodo sobre una manta y tomo un almohadón para abrazarlo, escucho sus pasos unos minutos después y él sube. Me sonríe como siempre lo hace cuando me ve.

— ¿Qué te pareció?

Quiero besarlo. —Es genial.

Se mueve para sentarse a mi lado, estira las piernas. —Ahora solo tenemos que esperar por la comida y tendremos nuestra primera cita.

Me río porque no sé qué decirle. Kendall me pone nerviosa pero en un buen sentido, en el sentido donde mi estómago se llena de mariposas y mi corazón no deja de latir rápido.

Él toma mi mano y nos recostamos en la cabeza del otro. Kendall es dulce, muy empalagoso pero no es malo. En realidad, me siento especial, como si fuera la chica más afortunada del mundo.

—Entonces eres mi novio —digo.

—Sí —responde.

—Um, no sé qué se supone que eso signifique. Aparentemente mi único novio no era más que un loco de internet que realmente no fue nada para mí —suelto.

Con su otra mano acaricia el dorso de la que sostiene. —Él no merece que lo llames tu novio. No es tu nada, es un estorbo, una basura y un idiota. Eso es lo que.

Sonrío. Me gusta que se enoje por mí y no conmigo, es algo que me hace sentir como si alguien por fin entendiera mi frustración. —Tienes razón, no es nada. Ojala esté en la cárcel.

—Sí, ojala —susurra—. Kennie, aunque tú me dijiste que usaban una aplicación con mensajes que se borran automáticamente, creo que deberías hablar con las autoridades. Creo que aunque no sepas mucho, tienes derecho a denunciarlo y quizás pueda surgir algo bueno de esto.

Me muevo sobre el asiento, él aparta su cabeza de mi hombro. —Hay una parte de la historia que no te he dicho.

Ahora se acomoda para colocarse frente a mí, dándome toda su atención. — ¿Qué es?

Respiro profundo. Bien, esta es la parte más vergonzosa y tal vez es lo que me ha retenido de buscar justicia y ayuda.

Lamo mis labios. —Mira, él y yo estuvimos juntos supuestamente por un tiempo, ¿no? Yo siempre pensé que esas fotografías que él me enviaba donde él era más joven eran de su presente —digo.

Asiente. —Sí, me imagino que tenía la ventaja de ser como esas personas que no lucen de su edad.

Suspiro. Así fue, Franco no parecía de su edad en las video llamadas y en su actitud, fue hasta que lo tuve lo suficientemente cerca para ver el vello en su rostro, las bolsas por debajo de los ojos y los dientes de un fumador, porque olía justo a eso. Cigarrillos, muchos.

—La cuestión es, él empezó a decirme ciertas cosas —tomo aire, esto está siendo más difícil de lo que pensé pero es Kendall, puedo confiar en él—. Él me dijo que éramos una pareja y yo le generaba… sensaciones.

Frunce el ceño. — ¿Ese tipo de sensaciones?

—Sí —lo recuerdo tan bien, recuerdo la primera vez que lo mencionó y lo avergonzada que me sentía—. Me pidió fotografías, ya sabes cuales.

Abre los ojos. — ¿Qué?

Suspiro. —No lo hice. Gracias a mis inseguridades supongo, no porque… bueno… sí lo consideré.

Toma mi mano y le da un apretón. — ¿Cuántos años tenías?

—Quince más o menos —respondo.

Niega con las cejas juntas. —Enfermo.

—Pero me dijo que podíamos hacer algo más… mensajes, de ese tipo. Mensajes con temas de adultos.

Aprieta la mandíbula.

—Lo hice, un par de noches. Nunca le envíe fotos o videos pero si mensajes. Ni siquiera sabía lo que hacía —siento la garganta ardiendo—. Yo solo quería ser normal y tener un novio, quería hacerlo feliz porque con Franco podía quejarme de mamá y él me hacia sentir escuchada.

Resopla. —Es un… ¿Sabes que estaba haciendo, no? Te tomó en un momento vulnerable, ganó tu confianza y se aprovechó de eso. El enfermo quería contenido ilegal de ti para luego culparte.

Asiento. —Lo sé, lo sé ahora. En ese momento no me di cuenta que si le enviaba algo, fotos o videos, era básicamente pornografía infantil pero nadie lo hace. Ahora es tan normal pasarse fotos como si fuera un estúpido catálogo.

—No está bien —su voz es firme—. Te lo dije, no porque algo sea “normal” significa que está bien. No significa que no puedes resistirte —toma mi otra mano y acerca su rostro—. Escúchame, Kendall, tú no tienes la culpa de nada. Ese enfermo siempre fue mayor que tú, por lo menos, más de seis años. Cuando hablaban tú eres menor y él un adulto, uno que sabía exactamente lo que estaba haciendo y jamás en tu vida te llegues a culpar, tú no eres culpable.

Siento escalofríos por todo mi cuerpo y mis ojos se llenan de lágrimas. Amo a Kendall. Lo amo. Amo que me crea, que me defienda, que me diga lo que nadie lo ha hecho. Que sea este chico tan maravilloso y que esté conmigo ahora.

—Gracias —sorbo por la nariz—. Él me hizo sentir sucia pero tú me haces sentir como si nunca hubiera hecho algo mal.

Me toma de los hombros y me atrae a él. —Kennie, no estas sucia. No estás manchada ni arruinada. Incluso si le hubieras enviado esas fotografías, incluso si hubiera pasado algo más entre ustedes. Eres maravillosa y tu valor jamás será medido por algo así.

Sigo llorando pero esta vez de felicidad. Es la primera vez que siento mi corazón lleno, como si el vacío fue ocupado por algo suave y cálido.

—Te quiero, Kendall —digo, sin miedo a ser vulnerable, sin temor a que mis sentimientos lo alejen. Él no es así.

Besa mi frente. —Y yo a ti. Te quiero tanto y me puedes seguir llamando cursi pero ahora mismo solo le agradezco a quien sea me llevó a ti.

Suspiro. — ¿A quién confundió nuestras cartas?

—No —susurra, acariciando mi rostro—. A todo lo que nos hizo encontrarnos. A nuestros padres por llamarnos Kendall, a mi suegra malvada por mudarse a esta ciudad, a ti por ir a esa fuente cuando estaba llorando. Incluso, si tengo que agradecerle una sola cosa a Cora, sería la de demostrarme todo lo que no quiero en una relación.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.