01¦ Kitty Gang

Un chico rubio se arrastraba por el suelo llorando, su pierna había sido amputada con crueldad y su rostro estaba sangrando debido a golpes que había recibido minutos atrás, pues había tenido la mala suerte de caer en manos de Kitty Gang, el asesino serial más conocido en Corea del Sur.

Por fa-favor, basta... - suplicó el rubio mirando al asesino frente suyo - No me mates... Te lo ruego... - dijo al notar cómo le quitaba el seguro a su arma -

La sonrisa de Kitty se ensanchó al notar el miedo que le provocaba a aquel rubio, se sentía poderoso y esa sensación de superioridad le fascinaba en demasía, no era la primera vez que se sentía así, pero tampoco sería la última en serlo, quería divertirse un poco más antes de acabar con él, se acercó a pasos lentos tirando su cabello hacia atrás y soltando una pequeña risa burlona.

¿Por qué debería NO hacerlo? - pisó lo que quedaba de la pierna del joven, haciendo que soltara un grito lastimero - Si igual te vas a morir tarde o temprano - soltó una pequeña risa poniéndose de cunclillas - Sólo te estoy haciendo un favor...

Sólo déjame vivir, Kitty Gang... - juntó sus manos las cuáles no podían dejar de temblar - No le diré nada a la policía y no le daré nin--

El pelirosa lo tomó por las mejillas apretándolas a su antojo con una de sus manos, inclinó su cabeza hacia un lado y miró al chico con sus hermosos, pero penetrantes ojos azules, su sonrisa se desvaneció logrando que el rubio volviera a temblar.

¿Acaso quieres que tu padre te mate a golpes? - soltó ante la atenta mirada del chico - No te aceptará tal y como eres, te odiara y le dará asco cuando se enteré que eres gay... - el rubio se tensó al escuchar aquello, él jamás habia mencionado su orientación sexual abiertamente - no comprenderá que te encanta follar con hombres, ¿o sí? - preguntó el pelirosa tomándolo por los cabellos - Aunque creo que ya no podrás. - soltó una risita al recordar que le había amputado la pierna -

Mi padre me ama... Él... Yo se que él me aceptará... - respondió el joven en un hilo de voz -

Te equivocas, debes aprender que la vida no es como en los cuentos de hadas. - se puso a horcajadas sobre su cuerpo y lo tomó por el cuello - Debes aprender que el mundo es una mierda al igual que los humanos. - puso la pistola en la boca del rubio - Espero que tu padre te valoré estando muerto. - tiró del gatillo, logrando su cometido segundos después- Si vas al cielo, dile que me vale mierda entrar a su reino y que prefiero quemarme en el infierno mientras el mismo lucifer me la mete... - susurró en su oído soltando una risa al final -

Se levantó sacando una más de sus monedas personalizadas, tirándola sobre el cuerpo tendido, para luego acercarse a su motocicleta y montarla.

Tu rostro se ve tan sexy con las gotas de sangre en el. - la voz de su hermano se escuchó delante de él - ¿No crees que es hora de irnos a casa? , te has divertido mucho por hoy, Jimin.

Yo decidiré cuando iré a casa, Taehyung. - se limpió el rostro con un pañuelo - No eres mi jefe.

Gucci Gang para ti, cariño. - mordió su labio inferior observando como Jimin se colocaba su casco y cerraba su chaqueta, para cubrir las salpichaduras de sangre que llevaba, ignorando las demás palabras que había dicho el pelirosa -
 

El peliazul desvío su mirada a una más de las víctimas de Kitty Gang, la quinta del día para ser exactos, analizando lo que quedaba de él ahora, suspiró al saber que la policía llegaría pronto, subió de igual manera a su motocicleta repitiendo las mismas acciones del pelirosa y arrancó, retirándose del lugar. 
 

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La luz de la luna era perfecta para un par de copas después de ducharse y antes de irse a la cama, las estrellas adornaban el cielo de manera hermosa mientras Jimin se encargaba de unirlas formando figuras invisibles que sólo él podía ver, le gustaba y a la vez atormentaba imaginar como sería su vida si no fuera lo que es ahora, pero al estar tan sumido en sus pensamientos poco le importó derramar algunas lágrimas mientras su cuerpo se volvía más débil y caía lentamente hasta llegar al suelo frío de su habitación.
 

¡Hey! - su puerta fue tocada varias veces - ¡Cariño, ha cenar! - se escuchó la voz burlona del peliazul -

¡Taehyung, lárgate! - gritó logrando que detrás de la puerta y dentro de la habitación se formara un silencio casi eterno, Jimin dejó escapar un sollozo y fue ahí cuando su puerta fue abierta rápidamente -

Taehyung observó al menor quién abrazaba sus piernas en el suelo, esperó a que dijera algo, que le gritara o insultara, pero ninguna palabra ofensiva salió de la boca del pelirosa, solo pequeños sollozos acompañados de hipidos, mientras mantenía su mirada perdida en algún punto del suelo, para el más alto eso significaba una sola cosa y no podía dejarlo solo ahí. 
Se acercó lentamente sentándose a su lado en el suelo y alzándolo cuál bebé para abrazarlo mientras acariciaba su cabello, dejando que Jimin libere todas las lágrimas retenidas, no dijo nada ni planeaba hacerlo, para Taehyung en esos momentos era mejor mantener la boca cerrada.

Los minutos se volvieron hora, pero valió la pena al notar que el pelirosa se quedó dormido en sus brazos, con algo de dificultad se levantó del suelo aún con Jimin, pars así dejarlo en su cama.

Has tenido un día muy duro, peque... - acarició su mejilla - Descansa... - besó su frente y salió de la habitación -
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A penas eran las siete y media de la mañana cuando en las noticias ya se podía oír la voz de los periodístas anunciando diez nuevos asesinatos que sucedieron la noche anterior, no era novedad para Jimin escuchar "Kitty Gang lo hizo de nuevo", "El asesino serial que atemoriza a Corea del Sur", tomó algunos sorbos de su chocolate caliente que estaba sobre la mesa del comedor, cerró los ojos ingiriendo el líquido endulzado con clara satisfacción. No pasó mucho tiempo cuando un Taehyung enojado azotó la puerta de la entrada  después de haber gritando un "Vete a la mierda" a quien sea que estuviera afuera, aunque a decir verdad, Jimin suponía quién podía ser.