03¦ Cara a Cara

Las horas extras en el trabajo solían dejar agotado a Jungkook, aunque de esa forma ganaba un poco más de dinero para poder comprar el apartamento que tanto deseaba. 
Fue a sacar las últimas bolsas de basura que quedaban en la cafetería después de haberse quitado la ropa de trabajo, sus ojos estaban por cerrarse y su cuerpo cada vez se hacía más pesado debido al cansancio, el frío aire chocó con su rostro al salir de la cafetería hacia el callejón donde ponían los desperdicios de los días que habían transcurrido hasta que el camión de la basura se la llevara. 
Se acercó frotando sus ojos con su mano libre, pero al abrirlos se quedó estático en su lugar, un olor metálico se coló por sus fosas nasales junto a un líquido rojo que escurría de un par de bolsas negras. 
Dejó la bolsa que había traído consigo a un lado y se acercó para revisar que era lo que había en las bolsas, poniéndose de cunclillas sacó la navaja que siempre traía consigo y empezó a deslizarla sobre el plástico negro.

«Grave error» 
«¡Corre!»

Sus ojos se abrieron más de lo debido, el hueco que había hecho en la bolsa le daba clara vista de la cabeza de una chica, mirándolo, mientras la sangre seguía escurriendo de su tan lastimado rostro, era claro que estaba descuartizada, iba a levantarse cuando notó algo brillar entre las bolsas y por alguna razón lo tomó para luego guardarlo en su bolsillo.
 

Jungkook llamó a la policía, dio la información y luego colgó, estaban por llegar pronto, lo sabía pues las sirenas de las patrullas se escuchaban cerca, algo dentro de él lo impulsó a escapar, no quería involucrase más y lo había dejado en claro al no dar información de él mismo. 
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Kitty Gang estaba manejando su motocicleta a toda velocidad por las calles de Seúl con una sonrisa en el rostro, había bebido un poco, hoy había visto a la estúpida niña que se le había insinuado la otra noche y decidió terminar su trabajo, matándola de manera cruel, llevándose consigo un pequeño collar dorado con una pequeña gema de cristal que reflejaba las nubes.
 

Se detuvo poco a poco al llegar a un vecindario desierto, era el lado oscuro de Seúl, uno terrorífico en donde los recuerdos se convertían en pesadillas para él. 
Cuando llegó al final de la calle visualizó un gran edificio quemado, paró al instante comenzando a temblar y apretando el timón con fuerza frunciendo el ceño.
 

¡Ustedes, hijos de puta! - se bajó de la moto quitándose el casco y tambaleándose un poco - ¡Ojalá estén bien muertos!

De su espalda tomó su metralleta AK-47 personalizada y empezó a disparar a aquél edificio en ruinas mientras soltaba algunas carcajadas que fueron disminuyendo poco a poco convirtiéndose en llanto.
Lo que no sabía era que dentro del edificio había alguien escondido quien al escuchar los disparos guardo rápidamente las cosas que había cogido en su mochila y los disparos cesaron minutos después, curioso se acercó a la ventana y fue cuando vio a un peligrosa sollozando mientras mandaba maldiciones, sabía perfectamente quién era.

Kitty... Gang... - inclinó su cabeza observando mejor al asesino, delgado... , piel clara..., cabello de color algodón..., vestido de cuero y Dios... Cuando alzó su vista notó aquellos hermosos labios rosados y pomposos - Hermoso...y besable... - una sonrisa ladina se formó en su rostro -

🍂
 

Jungkook estaba sentado al borde de su cama observando el objeto que había recogido, una pequeña moneda rosa con pata de gato negra y bajó esta llevaba las iniciales “K.G”, sonrió como estúpido y la guardo en una pequeña caja negra con lados dorados. 
 

Hey, hyung. - Soobin entró a su habitación con un sobre - Llegó esto hace unos minutos mientras te duchabas. - lo extendió hacia él - 
 

Gracias. - lo tomó entre sus manos - Creo que es mi paga del mes. - alborotó sus cabellos - Saldré hoy, tendrás la casa sola, limpias todo. 
 

Esta bien. - salió de la habitación del azabache - 
 

El mayor tomó sus llaves y su celular para luego salir de la casa directo a su bar favorito. 
 

Tomó un taxi para llegar lo antes posible, le pagó al conductor y empezó a caminar hacia dicho lugar. 
Siempre se bajaba unas dos cuadras antes, ¿por qué?, pues le gustaba observar y vaya que esa era su noche así que se escondió cerca a un árbol. 
 

¡Aléjate! - gritó un chico de cabello azul enojado - No me pongas una mano encima, maldito traidor. 
 

Siempre estás ocupado, ¿que querías que hiciera Kim? - respondió el otro - Sólo fueron un par de noches. 
 

¿Un par de noches? - rió sarcástico - Pudiste jalartela todo este tiempo, no revolcarte con cualquiera que se te cruzara, imbécil. 
 

El peliazul fue tomado de la cintura por el otro haciendo que sus pechos se rozaran.

Unas cuantas balas en la cabeza no te harían daño. - dijo el peliazul sacando un arma -

Jungkook supuso que era suficiente para él, se alejó sigilosamente de ahí, pero ahí no terminaban las sorpresas, pues minutos después el azabache pude ver con sus propios ojos como el mismo Kitty Gang torturaba a una chica de cabellos castaños y rizados.

¡Ayúdame! - gritó la chica cuando lo vió, pero al instante el pelirosa tomó su lengua y la cortó -

Calladita se vez más linda, ¿no crees?... - habló mirando por sobre su hombro a Jeon -

Si... - dijo en voz alta, por alguna razón no sentía miedo -

El asesino frunció el ceño  y se levantó, clavando uno de sus cuchillos en la mano de la chica para que no escapara, se acercó al Jungkook levantando el cuchillo hasta colocarlo bajo su barbilla. 
Jeon lo observó con más detalle, lo había visto antes, esos ojos eran los mismos que vio cuando chocó con un chico el día que estaba llegando tarde al trabajo y sus labios... Esos labios se veían mucho más apetecibles de cerca que desde la ventana del orfanato incendiado.