Koomin

Capitulo 2: El niño que le temía a la oscuridad

En un mar de sangre, donde el color azul del océano se manchó mientras la que las estrellas miraban entendiendo aquella pobre pena en desgracia y que al final sea abrazada hacia la luz de la luna este pobre ángel llorando sentada encima en la estatua de una sirena, sobre el regazo de su cola mirando sin ningún gusto la vista del mar.

“Maluvim mame, bmananta-iatitua.”

“Abordar a la orilla, a callar al que llora.”

Han pasado ya tres días desde que estuve en el hospital tuvieron que internarme debido a la herida del abdomen, además tenían que saturarla ya que había perdido mucha sangre afortunadamente los profesores y alumnos lograron acudir a mi ayuda. Algunas personas al mirarme tirada en el suelo sangrando salieron corriendo, mientras que otros susurraban ya que era extraño ver a una niña pequeña tratando de asesinar al alguien.

Llega la enfermera entrando a la habitación con una caja de regalo en la mano, con una mirada fría tratándome de evitar la mirada entregándome el regalo que llevaba.

—¿Quién me envió este regalo? —Pregunte con curiosidad mirando el regalo

—No lo sé, lo encontré en la sala de espera y tenia una nota con su nombre. — Respondiendo de una manera muy amargada mientras que cerraba la cortina del hospital.

En la nota donde venia escrita mi nombre llevaba un pequeño mensaje, con palabras bastantes extrañas y además parecía que lo había escrito un niño pequeño. Con un extraño mini dibujo de una especie de muñeca tradicional con dos trenzas y con moños de decoración, en la nota decía….

“Tuviste suerte de salvarte eso me alegra mucho, se que te parece todo esto extraño, pero, será mejor que sepas la verdad mas tarde. Lo que importa es que estas bien, te deje un pequeño frasco en la caja no te preocupes si se acaba el líquido que tiene ya que es infinito, pero será mejor que mantengas intacto el frasco de cristal ya que si se rompe no habrá manera de reponerlo. Por último, ten cuidado con una bruja ya que tiene a sus mejores espías.”

Llanca…

Dentro del regalo, había un frasco de agua bendita, el agua está tan cristalizada que se podrías reflejar la luz de las luces del hospital. La enfermera abre la puerta de la habitación logrando escuchar un pedazo de sonido de la televisión desde la sala de espera, escuchando las noticias de la tarde.

—¡Hoy! Jueves 23 de abril de 2015 en Culiacán, la tempera máxima es de 39°C con una temperatura mínima de 21°C. Se espera que para mañana amanecerá medio nublado con la probabilidad de lluvias por la tarde-noche. —Es el sonido de la televisión de la sección del clima de las noticias.

—En otras noticias…—Terminando de predecir el clima— Velan a la niña que había desaparecido hace ya varios años ya que fue encontrada sin vida en el centro de la plaza cívica de su escuela, sus familiares y amigos dieron su último adiós a esta pequeña. —

Al escuchar eso me quede traumada, con los parpados abiertos y las pupilas encogidas con mi cuerpo paralizado dándome unas ganas de llorar, no me lo podrías creer ¿Eso fue real? Tratando de recuperar mi respiro miro a la enfermera hablando con la conserje desde la sala de espera. Al querer entender la conversación, nuevamente la enfermera entra a la habitación tras haberme visto desde la puerta abierta en la sala de espera, - ¡Vaya! Que distraída soy, olvide en llamar al doctor. Por mientras te cambiare el suero. -La enfermera jala la varilla de metal con ruedas, donde esta colgado el suero sosteniéndolo en su mano, cerrando la fuente de presión y quitando el chupón conectado al suero cuidadosamente quedando con una bolsa vacía de suero y lo tira al bote de basura más cercano que esta enseguida de la camilla en la que estoy recostada -¡Pobres niños!- Expresa suspirando la enfermera; luego camina hacia un pequeño refrigerador saca una nueva bolsa de suero y regresa de nuevo a conectar el chupón por la entrada del suero —El año pasado ya se había reportado, diez desapariciones de niños— Empujándolo para abrirlo, aplasta un poco el ducto de chorreo para sacar algo del suero y al final abre la fuente de poder fluyendo de manera normal el líquido al flujo volviéndolo a colgar en la varilla de metal.

—Esas desapariciones ocurrieron en algunos ranchos, que están a las a fuera de Culiacán—Acomodando la varilla de metal, poniéndola no muy cerca de la camilla. —Una chica igual que tú fue involucrada al caso, ya que se aparecía en los momentos donde la policía encontraba a los niños ya sean vivos o sin vida, según los reportes una mujer en pleno luto se llevaba a los niños confundiéndolos con sus madres. De alguna manera tomaba la forma tan similar, que hasta hubo problemas entre la familia culpando a la “supuesta” madre de la desaparición del niño. —



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En el texto hay: leyendas, dioses, terror y suspenso

Editado: 08.08.2019

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