La Acompañante

Capítulo 3 "buscando la novia"

—¿Desde cuándo tienes novia?,  y ¿Por qué, ni Frank ni yo lo sabíamos? — dijo Sugey, algo desconcertada.

—Pues todavía no la tengo, pero ustedes se encargarán de solucionar ese pequeño detalle — respondió, Zaid.

—No estoy entendiendo nada — espetó Sugey, confundida.

El hombre soltó el aire que tenía contenido, había armado un plan en su cabeza a una velocidad supersónica y había omitido contarle el mismo a su amiga y mano derecha.

—Me conseguirás una novia, que me acompañé a la boda de Emir — respondió.

—¡¿Yo la conseguiré?! — preguntó, aún confundida.

—Si tú — respondió parco, mientras revisaba una documentación.

—De qué estupidez hablas, Zaid. Es tu novia ¿por qué debo conseguirla yo? — replicó casi gritando. 

—A ver cálmate — respondió Zaid — obviamente, será una novia falsa, alguien a quién le deberás pagar para hacerse pasar como tal — respondió él.

—Y no es más fácil que te busques una de verdad — respondió Sugey.

—No tengo, ni tiempo ni ganas, así que por favor has lo que te pido, pídele ayuda a Frank si es necesario. Asegúrate que sea una persona discreta y por favor, que no solo sea una cara bonita, sino que también se preocupe por ejercitar las neuronas — respondió el hombre en tono sarcástico — Págale bien, para que no se nos convierta en un problema y por favor, pide referencias antes de contratarla. 

—Estás hablando como si hubiera una tienda de novias a donde ir y ordenarla, nada más — respondió Sugey indignada.

—Pues ponte creativa, porque la necesito para pasado mañana — respondió Zaid.

—¿Tan pronto?, según sé  la boda es en un mes — agregó Sugey, aún sin salir de su asombro.

—Sí, pero si empiezan a verme junto a ella desde ahora, será más fácil que mi familia se crea lo de nuestro noviazgo — respondió él  en tono serio — así que ponte ya en eso. 

Sugey salió del despacho de Zaid, con la cabeza enredada. No entendía lo que su amigo estaba planeando, pero como era  su jefe, debía obedecerle.

La pregunta era, ¿Dónde rayos, iba a conseguirle a Zaid una novia hermosa e inteligente, en menos de cuarenta y ocho horas?

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Estuvo a punto de marcharse al ver que pasaron diez minutos y nadie llegaba atenderla. Por un momento su mente la llevó a imaginar, que un asesino serial, aparecería y la descuartizaría, en ese lugar tan pulcro y elegante.

 

 Definitivamente que su imaginación, era increíble.

 

Se puso de pie, decidida a marcharse por la misma puerta, por la cuál entró. En ese preciso momento otra puerta lateral se abrió, dejando pasar a una elegante mujer vestida de blanco, seguida de un elegante caballero al que ella reconoció de inmediato.

—¡Buen día! — dijo la dama, antes de acercarse a ella y tenderle la mano a manera de saludo —Anya Anderson, un placer.

—Ashanty Dorman — respondió la rubia, desviando la mirada del hombre, para dirigirla a la mujer que tenía enfrente.

—Te presento a mi hermano Julián — agregó la mujer.

—Ya nos conocemos,  hermanita — respondió el hombre, que aunque ciertamente parecía tener unos treinta y tantos años, no dejaba de ser atractivo y  poseía además, un aura algo enigmática.

Se acercó a Ashanty y con su mano derecha tomó la de ella, hasta llevarla a sus labios y dejar un beso en el dorso de la misma, a manera de saludo.

Los ojos oscuros del hombre, la pusieron aún más nerviosa. Por lo que inmediatamente se soltó de su agarre y dio dos pasos hacia atrás.

La mirada de la mujer, la recorrió detenidamente, realizando una especie de minuciosa inspección. Caminó de vuelta al lujoso escritorio, ubicado en el centro de la imponente oficina, tomó la carpetilla que seguramente contenía la hoja de vida que Ashanty, había entregado a la recepcionista.  Abrió la misma y leyó con detenimiento. 

—¿Poliglota? — dijo la mujer, con asombro.

—¿Qué hace en este lugar una niña como tú? — preguntó la castaña, maravillada al leer la hoja de vida de Ashanty.

—Vine a buscar trabajo — respondió la rubia, sumamente nerviosa. 

—¿Sabes  a qué nos dedicamos aquí? — preguntó Anya mirándola.

—¿Le explicaste? — dijo, pero en esta oportunidad la castaña, se giró hacia su hermano, quién solo sonreía, como si lo que estaba presenciando le parecía algo muy chistoso — ¡Carajo Julián, responde! — dijo la mujer en tono serio, borrando la sonrisa del rostro de su hermano, inmediatamente. 

—No, no lo hice — respondió él en tono bajo.

—Me lo imaginé — dijo Anya, denotando enojo en su voz.

Ashanty no entendía nada, de la extraña conversación de los hermanos Anderson, pero lo que sí sabía era,  que si estaba nerviosa al llegar, ahora estaba peor. 

—Creo que mejor me voy  — dijo, encaminándose a la puerta.

—¡Espera! — grito Julián — Ya estás aquí, escucha al menos de que se trata.

—¡Déjala ir Julián! — agregó Anya — No encajaría aquí.

—Ella necesita el dinero — agregó, el hombre.

Sus palabras hicieron que Ashanty detuviera su avance, bajó el rostro y pensó en su madre y en su hermano, justo en ese momento se armó de valor y se volteó decidida hacia los hermanos.

—¡Acepto! — dijo sin pensarlo mucho.

—¿Qué aceptas? — preguntó Anya.

—El trabajo y todo lo que implica, realmente necesito el dinero y por mi madre, haría cualquier cosa — respondió la rubia, en tono firme y decidido. 

La amplia sonrisa de Julián, no pasó desapercibida para Ashanty, como tampoco lo hizo la expresión de asombro en el rostro de Anya. 

—Aún no sabes de qué se trata — respondió la castaña.

—No importa, igual lo haré — agregó Ashanty. 

—Bien, entonces permíteme informarte que lo que hacemos aquí, es facilitar chicas para ser acompañantes de hombres millonarios, que no tienen tiempo, ni  ganas de  involucrarse en relaciones sentimentales y que requieren de nuestros servicios  de acompañantes, para no  ir solos a algún tipo de evento social. Antes de que lo preguntes, aclaro que ninguna de nuestras chicas vende servicios sexuales, son acompañantes y eso es importante que quede muy claro —Sin embargo es bueno, mencionar que no todos estos hombres que requieren nuestros servicios, son caballeros, mucho menos buenas personas,  la mayoría son arrogantes, déspotas, pocos gentiles, analfabetas emocionales que no tienen ni una pizca de idea, de cómo tratar bien a una mujer;  y por eso terminan contratando a una, que les facilite su compañía a cambio de dinero. También es importante que sepas que ninguno de ellos viene aquí a buscar esposa,  ni mucho menos a la madre de sus hijos, así que mi recomendación es que no te enamores de ninguno de tus clientes. Aquí se les paga por hora y según el tipo de servicio, si son cenas, eventos sociales o familiares,  dependiendo de para lo que seas requerida y el tiempo que seas requerida, así mismo será tu paga.  El vestuario, los accesorios, los zapatos y el arreglo personal, todo está incluído en el precio que se le da a tu cliente y todo te pertenece a ti después de usarlo. Sin embargo de que te veas bien, de que tu imagen sea la adecuada, para que luzcas acorde a la ocasión y al lugar para el cual se ha requerido tu compañía, de ello nos encargamos nosotros.




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