La agente Carter y el director Wilson (spin Off La Mentira)

Capítulo 03

Capítulo 3

 

 

 

Tres años después.

Jin Carter había regresado agotada de aquella delicada misión que le habían ordenado, la de asistir a esa ex agente caída en desgracia, pero había resultado herida en combate frente a Colton Benedictis, el hijo de aquel rufián Laarson Refilsson.[1]

Aquellas heridas le habían valido una semana de internación más dos de recuperación. No fueron tan dolorosas como la humillación que sintió al verse ampliamente derrotada, y recordaba como estuvo a nada de salvarse de no ser por la intervención del mismo Luke Wilson, quien la sustituyó en aquella pelea. Como era de esperarse, el director le ganó en combate a Colton, y, según sabia, el manipulado joven no había sido encarcelado, sino que, enviado a rehabilitación por Wilson, asombrado de las habilidades del muchacho y ya pensado en usarlas a favor de su agencia.

Esas semanas de reposo también le sirvieron para reflexionar en mucho de lo que había visto y oído, lo que le permitió adentrarse en partes del pasado que delataban la personalidad de Luke Wilson, el hombre que ella llevaba admirando desde que era una adolescente.

Había marchado en aquella misión para ayudar, y se había topado con Viktoria Sterling, la misma que se identificó como una víctima de un juego de tablero manejado por el Director. Ella la había ido a visitar al lugar donde se recuperaba en agradecimiento por su ayuda, pero al advertir su tono entusiasmado cada vez que hablaba del director, había sido tajante en advertirle:

“No dejes que nadie juegue con tu lealtad, todo tiene un límite”

Jin no entendió a qué se refería aquella mujer de quien sabía, había sido agente mucho antes que ella. Le pareció cálida y admirable, pero en sus ojos pudo advertir todo el peso del dolor que cargaba, entonces Viktoria decidió hablar, sindicando al director como causante. La había utilizado en una misión con un doble propósito que ella desconocía, lo que terminó con su vida destruida y su corazón completamente desgarrado a jirones.

Para recuperar su equilibrio, Viktoria se alejó de la Agencia y pretendió vivir una vida normal, pero no pudo. Hacía pocas semanas su hijo había sido raptado, obligándola a buscar a Skye, el padre del niño que desconocía su existencia, con el fin de encontrarlo.

Él era el sospechoso al que yo había tenido que investigar” le confesaría Viktoria al rememorar su historia, necesitando confiar en alguien, aunque fuera una completa desconocida y a la vez, advertirla. Jin se había quedado de piedra al comprender los alcances de la manipulación de Wilson. Comprendió que ayudar a Viktoria contra quienes raptaron a su hijo era lo mínimo que podía hacer el director tras haberla puesto en semejante situación.

“No importa lo leal que le seas. No dudará en utilizarte a ti o a tu corazón para alcanzar sus fines, de la manera que sea, y cuando ya no tengas nada más que dar… sólo no le importará” había sido su advertencia antes de retirarse.

Por eso sentía que esa cuota exagerada de idealismo que sentía por el director se había minimizado en parte. Aunque obviamente no al nivel objetivo, porque Jin estaba enamorada de él y eso ya no podía evitarlo, pero con aquellas revelaciones, parte de aquella admiración posesa se había tranquilizado. Y eso que le había costado mucho tiempo asimilar a la tal Lisa cuando supo de su existencia hace un tiempo atrás.

Así que, al retomar sus tareas en el servicio, luego de la licencia, lo hizo sin el barullo y la sonrisa locuaz que caracterizaba a la extrovertida joven, cuestión que no pasó desapercibida ante los ojos vigilantes del Director.

 

 

 

—¿Cuántos cigarrillos llevas? —inquirió el hombre de sonrisa bonachona, y expresión alegre al observar a su viejo compañero de armas.

—Sólo cuatro —atinó a responder Wilson, al tiempo que estiraba las piernas en el sillón donde estaba sentado. Se había reunido con el único hombre al que podía llamar amigo, de aquella época más gloriosa donde compartieron ideologías y la lucha bajo un bastión común.

Scott Gloval tenía la misma edad que Luke Wilson. Había formado parte de la misma Legión de Lobos de Mibu y también era un fiero creyente del apostolado de éste. Pero a pesar de las similitudes, Scott Gloval lucía mucho más joven que su ex compañero, gracias a que nunca se le borraba la sonrisa del rostro. De igual prestancia física que Wilson, a diferencia de que Gloval era caucásico y de facciones que delataban sus orígenes británicos.

Unas facciones de las cuales solía burlarse Wilson, porque aducía que tenían la delicadeza de una mujer, sin embargo, Scott Gloval, con su altura y su presencia, resultaba alguien de mucho atractivo físico.

Habían forjado su confianza entre ellos en base a que habían sido compañeros de armas y cuando el partido político al cual servían cayó, Wilson siguió trabajando para el nuevo gobierno luego de haber llegado a un arreglo con las nuevas autoridades que no desconocieron la valía de aquel hombre tan preparado.

Posiblemente Scott hubiese tenido el mismo destino, sino hubiere ocurrido una desgracia que no pudo prever. Enfermó tan gravemente que tuvo que retirarse de la vida pública e incluso pasar mucho tiempo en centros de rehabilitación en Londres, porque sus pulmones habían quedado seriamente dañados a causa de la enfermedad.




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