Capítulo final
El saber que pronto podría obtener algo que él creía que por derecho natural le pertenecía había cegado a Scott Gloval. Estaba convencido de que era el más capaz y apto para el servicio, para la tarea tan delicada que implicaba ser la cabeza y el brazo ejecutor de la seguridad de una nación, aunque en el proceso tuviera que cometer actos de traición contra un amigo.
Él era más indicado que Luke Wilson y lo iba a terminar de demostrar, aunque fuera ejecutando un show patético, porque eso era algo que necesitaba hacer, quería mostrarle a Wilson, ese bastardo autosuficiente y sardónico, que no era el ser infalible que decía ser, y recurriría a estos métodos de maldad y truqueras propias de un malvado de película. Secuestrando a la amada y haciéndole un espectáculo frente a sus ojos, para verlo derrotado y arrodillado, aceptando su superioridad.
Ese era el deseo y sueño de Scott. Tener la aprobación de Wilson. Sentirse superior. Y por esto estaba haciendo todo. Junto con su matón personal Murakami, habían traído a Wilson a una de las bóvedas búnker que había dentro del mismo recinto del edificio de la Agencia de Seguridad. Una guarida improbable donde también tenía a Jin Carter.
¿Quién habría pensado que la joven secuestrada estuvo todo este tiempo dopada dentro del lugar? Wilson probablemente lo hubiera pensado si hubiere deducido a tiempo que era Scott quien estaba tras el rapto de la joven agente.
Aquí Scott tenía todas las de ganar. El director estaba dado de baja y la mujer que tanto le importaba, convertida en su punto débil para doblegarlo. Sus planes estaban saliendo más que bien y eso era increíble. No. No era increíble, era lo justo, porque él no tenía debilidades como Wilson y con esto reafirmaba lo que pensaba.
Wilson abrió los ojos con una sensación horrible de pesadez en los ojos y un dolor en la nuca que lo enturbiaba. Cuando lo hizo, no se puso a pensar cómo es que había llegado a ese estado y ese lugar, un hombre con su preparación no caía en tantas dudas. Sin duda que fue llevado en algún sitio para esconderlo y rematarlo.
Revisó sus manos y piernas. Firmemente atadas y sostenidas por mecanismos que parecían cadenas gruesas a una silla metálica. Sin duda que Scott temía que escapara.
Se sintió a sí mismo y supo que no tenía ninguna arma con él. Tampoco tenía el dispositivo que llevaba pegado al brazo siempre. Lo raro es que el idiota de Scott no lo había asesinado cuando estaba vulnerable o por lo menos, provocado daños a algún órgano vital.
¿Qué pretendía dejándolo vivo aún?
Se suponía que él era su más grande obstáculo. Con sus ojos paseó la mirada al lugar donde estaba para estudiarlo y memorizarlo. El color del lugar enseguida le hizo razonar porque recordaba el video de la prueba de vida que le había sido enviado. ¡Jin debía estar por aquí también!
Pero ¿qué demonios de lugar era éste?
Aún le dolía mucho la cabeza, era evidente que aparte de golpearlo brutalmente en la nuca, le habían puesto algún tipo de droga. Su mente se activando. Podrían quitarle la movilidad, pero eso no le impediría seguir cavilando. El lugar donde estaba parecía ser un sitio de interrogatorios y era bastante grande, como una especie de salón.
—Es un bunker bajo tierra —finalmente dedujo Wilson. Empezó a estudiar el lugar de forma detenida. ¿Qué lugar podría ser tan impenetrable para dos agentes como Lance y Danvers? Como sus órdenes habían sido secretas, estaba seguro de que Scott no tenía conocimiento de que esos dos estaba bajo la pista de Jin. Además, al no estar reportado en ningún sitio, estos dos agentes se alarmarían a su vez. Y si buscaban lo suficiente en la oficina del director podrían llegar a alguna conclusión. O al menos eso esperaba.
¡Un momento! ¿Un lugar en el que nunca hubiesen pensado buscar?
¿Cómo pudo haber sido tan tonto?
Y como dándole la razón, la enorme compuerta se abrió, dando lugar a dos sombras que entraban. Wilson enarcó una ceja. ¿Vendrían a matarlo?
Pero cuando al fin distinguió en la luz lo que ocurría y quienes eran lo que entraban, se le heló la sangre. No solo porque pudo distinguir al bastardo de Scott caminando tranquilo sino porque detrás venia ese matón de Murakami con aspecto de suficiencia, llevando por sobre sus hombros el cuerpo de una mujer.
Un cuerpo que él podría reconocer en cualquier sitio. Era el de ella, y verla tan frágil y vulnerable bajo los brazos de aquel miserable le nubló los sentidos. Si pudiera mataría a ese desgraciado por llevarla como si fuera un saco de cebollas, y odió ver la sonrisilla de Scott. Sardónica y miserable al verlo tan expuesto y sin posibilidad de hacer nada. El gran Luke Wilson sin poder hacer nada.
Pero el colmo fue cuando ese imbécil de Murakami arrojó el cuerpo inerte de la joven al suelo sin mucha delicadeza.
Todo frente a Wilson que, aunque furioso y bullendo por dentro, los observaba impávido.
—No esperaba que despertaras tan pronto —aplicó Scott.
—¿Por qué no me mataste? —preguntó Wilson con frialdad, y manteniendo la voz tranquila, pese a que, por dentro, la visión del cuerpo tirado de Jin le daba escalofríos.
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Editado: 23.11.2021