Nasir Farid Basha el hijo mayor del jeque de Kuwait y su esposa latina era conocido como el arabe soñador, a sus 30 años aún no tenía pareja, sus cuatro hermanos menores tenían ya esposa e hijos y cada uno de ellos habían cumplido sus metas a excepción de Amira su pequeña hermana que a sus 20 años era la debilidad de todo su pueblo.
Sus padres le habían dado 2 años para que buscara por el mundo el amor de una chica, ya que no tenía suerte con las mujeres, sin importar la raza, desde que se enteraban de que era un jeque heredero de una nación tan rica como Kuwait, se le metían por los ojos, muchas veces estuvo a punto de cometer errores, pues algunas lo tentaban y en su pueblo tener sexo antes del matrimonio era un pecado.
Sus hermanos habían cumplido este acuerdo, aunque Fadir se había casado a los 22 años, y Adeem a los 21 años con su novia de la adolescencia.
Hassan y Jamal se casaron a los 24 años solamente con unos meses de diferencia y habían tenido su primer hijo casi al mismo tiempo, todos ellos tenían familias estables y felices, no obstante Nasir no había corrido con la misma suerte y ya se estaba resignando a simplemente ser el tio genial y cuando le tocara dejar herederos dejaría a su sobrino mayor que era hijo de Fadir.
Anduvo algunos países de Europa y aledaños al suyo buscando alguna mujer, pero estas de inmediato sabían quién era y se le veía el interés en los ojos o como dicen los latinos por encima de la ropa.
Nasir solamente queria una chica, linda, independiente, amorosa, respetuosa y que lo amara por quien era y no por lo que representaba o tenía en sus cuentas de banco.
…
—No seas pesimista hermano, has este último viaje y prueba suerte—Nasir miro a sus hermanos y asintió.
—Eso haré, le tomaré la palabra a nuestros padres, espero en verdad encontrar a alguien o de plano tu hijo será el próximo jeque—comento y Fadir negó.
—Mejor busca tu chica y ten tu heredero, los míos ya tienen sus vidas sin estrés—musito y ambos rieron, Fadir tenía de esposa a una princesa petrolera de Dubai y sus hijos tenían un futuro asegurado, pues eran herederos millonarios desde antes de ser concebidos.
—Espero que esta vez funcione—expreso tomando su mochila, decidió irse de mochilero, su padre Farid contrato dos chicos que irían como si fueran sus amigos pero en realidad eran su seguridad.
Nasir al principio no estuvo de acuerdo pero acepto a regañadientes, esta vez iría a los Estados Unidos, la idea de enamorarse de una latina no era de su agrado; sin embargo, estaba abierto a todo, además le agradaba no ser reconocido en el lugar.
Eso le daría la oportunidad de andar con libertad, sabía que después de este viaje debía regresar, pues tenía más de 30 años y la presión que estaba recibiendo de sus padres para que se casara eran monumentales, los ancianos querían una esposa que le diera herederos y aunque no se le impondría una compañera debía cumplir con sus obligaciones como futuro jeque y esto era tener una esposa e hijos.
…
—Señ...—Nasir miro con severidad a los chicos y el que hablo trago grueso.
—Nasir ¿estás seguro de que este lugar es el que rentaste?—él asiente ante la pregunta del joven.
—Es correcto, mi plan es pasar desapercibido en los otros viajes, me mostré como un tipo rico o millonario y por eso no me tomaban en serio, ahora iremos a una tienda por departamento y compraremos ropa de buena calidad pero no la mejor, no deben ser muchas y deben estar asequibles a nuestros sueldos, bueno los que se supone tenemos—no les comento cuáles eran y simplemente continuo.
El departamento que tenían era uno pequeño de 3 habitaciones sin muchos lujos que ya venía amueblado, trabajarían en un restaurante en el día y por las noches en un bar, ambos trabajos de solo 4 horas, algunos días a la semana.
Nasir había tomado la decisión de mostrarse como un chico trabajador que se gana el sustento de cada día, ya tenía planeado que cuando le preguntaran por qué estaba en el país era para ayudar a su familia a salir adelante.
Su cabello lo había teñido para lucir un poco menos musulmán y junto a las gafas y las lentillas con ojos azules pudo pasar desapercibido.
Una semana más tarde, tanto el cómo sus amigos tenían una rutina de trabajo de jueves a domingo, él trabajaba en el restaurante como cajero de 10:00 am a 2:00 pm, mientras sus hombres vigilaban siendo unos clientes más. Iban a su casa y entraba al bar a la 8:00 de la noche hasta la madrugada.
—Chicos, hoy al fin tendremos la inauguración de los stripper—Nasir frunció el ceño mientras veía a su jefe del bar, él no tenía información de eso.
—¿Disculpe, no sabía al respecto, eso afectará mi trabajo o mi horario?—cuestiono y el hombre negó.
—En absoluto, aunque durante la presentación quiero que cuides a la estrella principal, es una chica que la robe de otro club porque los hombres la adoran de solo verla bailar, tienes una ereccion y ella es más fácil que la tabla del 1—comento jocoso.
Nasir sin comprender que significaban sus palabras, investigo y comprendió que la muchacha era una mujer que se vendía por dinero y no solo el baile, sino que su cuerpo.
El momento llegó y fueron saliendo las chicas que bailaban y luego se desnudaban, algunas eran invitadas después del cierre a ir a moteles y aceptaban, el día de la presentación de la gran estrella fue el viernes, Nasir miro aquella chica que no parecía ni siquiera ser mayor de edad, tenía un cuerpo de infarto y una sonrisa arrolladora, los hombres se volvieron locos y el dinero volaba por los aires, ella comenzó desnudarse mientras bailaba por entre las mesas y en un momento sus miradas se conectaron el arabe sintió todo su cuerpo vibrar y deseo tener esa puta en su cama, lo que él jamás imaginó era que esa chica era mucho más que lo que se podía apreciar a simple vista.