¿ La amante del jeque? ¡jamas!

2 Mal de amores

Narrador omnisciente

Dicen que no siempre la vida es justa y puede que sea cierto, pues mientras Candela  vivía al tope con su trabajo de bailarina y tratando de salir adelante por el bien de sus pequeños hermanos, el futuro jeque de Kuwait no salía de una decepción amorosa  para entrar en otra aún peor.

Cada mujer que se le acercaba solamente lo queria por lo poderoso que sería en el futuro y todo el dinero que le proporcionaba ser el hijo mayor de unos jeques y por ende ser el heredero de su nación.

Desde joven le encantaron las piedras preciosas y había creado múltiples joyas, las cuales eran vendidas de manera exclusiva a nivel mundial.

Modelos de grandes pasarelas, actrices de películas y novelas adquirirán sus piezas para usarlas en el mundo artístico, lo cual lo hizo aún más famoso y reconocido a nivel mundial.

Él no era simplemente el futuro jeque, atractivo, educado y millonario de Kuwait, sino que era mucho más que eso.

Nasir estaba emocionado por la chica con la cual estaba saliendo, ella parecía genuinamente interesada en él y había aceptado que esperaran hasta estar casados para intimar.

 Ella le decía que deseaba tener muchos hijos y ser una ama de casa entregada a sus hijos y marido, lo cual lo hacía feliz, su madre y tía, aunque eran entregadas a su familia, habían formado sus propios negocios, los cuales eran muy exitosos.

Algunas de sus cuñadas eran iguales y él le encantaría que su futura esposa fue parecida, que aunque tuviera sus propios intereses se preocupara más por sus futuros hijos y por el que por ir de compras o salir con amigas y no es que no quisiera que ella saliera o se divirtiera pero queria algo equilibrado.

No le importaba que la chica no fuera virgen pero era bastante decente y respetuosa, una italiana que lo traía suspirando la conoció en el aeropuerto cuando llego a Italia y la chica mostró mucho interés.

Salieron a algunas citas y luego le pidió ser su novia, besarla era increíble y su cuerpo estaba ansioso por conocer más la figura femenina.

Aun sus padres no la conocían pero ya había planeado una reunión con ellos para que se conocieran y pedirle matrimonio.

—Querido nos alegra verte, entonces mañana vendrán tus padres—la madre de la italiana Franchesca lo abordo en cuanto se sentaron en la mesa de la casa de los italianos.

—Asi es, ellos están ansiosos por conocerla y pedir formalmente la mano de su hija, como ya saben, la boda deberá efectuarse en mi tierra, aunque aún falta mucho para eso…

—¿De qué hablaban?—se acercó Franchesca con inocencia fingida.

Nasir estaba tan enamorado que no vio las banderas rojas, no les había confesado quién era exactamente pero sí que era musulmán, incluso le sorprendió que su novia no le importara que él tuviera una segunda esposa mientras ella fuera la primera, ya que conocían un poco al respecto y la primera era la que más peso tenía en las decisiones que toma el esposo.

—Nada relevante cariño que mañana tus suegros vendrán y al fin tanto tú como nosotros podremos conocerlos—musito la mayor mientras el arabe le ayudaba  tomar asiento.

—Ya serviremos la cena—musito la señora cuando vio a su esposo e hijo menor llegar a la mesa. Cenaron hablando alegremente y Nasir se dio cuenta de que algo estaba mal, aunque no pudo percatarse de que sería.

No obstante esa muy perspicaz y noto un aire pesado.

—Disculpen, debo contestar—dijo viendo su móvil y se alejó, estaba ansioso y no sabía qué hacer, asi que solo los envió a investigar antes de volver a la mesa tratando de sonreír lo más natural posible.

 

—Asi es señor, ellos ya saben que usted es el jeque heredero, yo opino que debería ir al departamento de la joven Franchesca tiene algo interesante que ver—musito uno de sus hombres mostrándole como un hombre entraba besando a la que se suponía era su novia y pediría matrimonio en unas horas.

No perdió tiempo y fue hasta el edificio lleno de molestias y decepción, subió al elevador y pronto se vio en el salón con ropa por doquier.

Se supone que en dos horas se verían con sus padres donde él le propondría matrimonio mientras ella está en el departamento que él pagaba revolcándose con otro tipo.

Está profundamente enojado y muy decepcionado, pues no era la primera vez que le sucedía algo similar, aunque sí era la primera vez que le dolía tanto.

—Entonces si todo sale según tu plan estarás casada con un jeque arabe en algunos meses—musito el hombre Nasir los miro sin que ellos se percataran de su presencia.

—Asi es, el pobre idiota está tan enamorado que ni sabe que ya sé quién es él y siempre lo supe, ya verás como nuestras vidas cambiaran, haré que tenga al menos dos esposas más para no tener que estar atenta a él y tú y yo podremos seguir con nuestro amor tú iras como mi chofer o guarda espalda, después que tenga al futuro heredero no tendré más intimidad con él y seré de nuevo tuya—musito ella con tanta seguridad que Nasir no pudo resistirse.

—Me alegro de que tengan esos planes tan definidos, el único inconveniente es que este pobre idiota ya sabe todo y me encargaré de verlos arrastrarse en la miseria—expuso con enojo.

Nasir salió del lugar sin importarle los gritos y ruegos de la italiana, se sentía tan estúpido por confiar en ella a ojos cerrados que solo queria esconderse.

Subió a su auto y condujo a gran velocidad hasta que llego a su casa, destruyo algunas cosas y luego se dejó caer mirando todo el desastre que había hecho.

Cuando se percató de que asi no se comporta un líder se puso a recoger todo y nadie se daría cuenta qué había sucedido.

Se desmoronó en el sofá sintiéndose una mierda que cuando vio a sus padres horas después solo pudo abrazarse a la latina y llorar por su corazón roto como un pequeño adolescente y no un hombre de más de treinta años.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.