¿ La amante del jeque? ¡jamas!

6 Instinto paternal

Nasir Farid Basha

 

Me sentí como el imbécil que ella creía que era luego de que me cerrara la puerta en la cara, en mi defensa no he tenido experiencia con mujeres y menos de las que hacen eso por dinero, asi que no supe que se debía decir para ser correcto.

En mi familia y todo mi círculo social no se habla de ese tema  básicamente en mi país eso no existe por el gran machismo que aún predomina, mi madre nos ha explicado que en Latinoamérica como en otros lugares más es muy común que las mujeres vendan favores sexuales y que la mayoría no la hace por gusto o placer sino simplemente porque no les queda de otra y que entre ese grupo existen algunas que no se atreven a arriesgarse y luchar por sus sueños y toman el camino fácil el cual es acostarse con hombres ricos por dinero aun sin sentir nada por ellos.

Me marcho hacia mi área de trabajo incómodo, pues no fui un caballero y quizas la tratara de la manera incorrecta.

No tengo una vasta experiencia en el asunto y la verdad que soy demasiado sincero a veces, pero también muy determinado.

Toda la noche fue un martirio verla robándose miradas, ella me gusta demasiado, incluso más que mis exs no obstante al parecer lo que le dije la hirió, pues no me permitió volver a mirar sus ojos preciosos.

Cuando le conté a mis hombres se rieron a carcajadas diciendo que lo sucedido es que ella no me veía como un potencial cliente sino como un igual y que lo más probable es que yo le gustara por el simple hecho de ser yo, un chico guapo, joven, atractivo, amable y educado.

No les creí mucho, sin embargo, no le di mayor importancia, aunque lo cierto es que me molestó su manera fría de ignorarme toda la noche.

Seguí preparando tragos y en varias ocasiones clientas o las mismas trabajadoras del club me dedicaban miradas de admiración e incluso una me coqueteo descaradamente.

—Que te parece si te invito a  desayunar en mi casa luego de que nos divirtamos todo lo que resta de la noche—mire a la morena sin expresión alguna, ella trabaja aquí y según me entere es sobrina del dueño, lo que la hace sentirse superior a los demás.

—Gracias por la invitación pero en este momento no estoy interesado—ella no quita el dedo del renglón y vuelve a insistir tocando mi camisa con su dedo y bajándolo por mi pecho hasta que es detenida por mi mano.

—Sé que con una noche de placer conmigo puedes...—La detengo con algo de molestia.

—Dije que no estoy interesado y para tu información no me gustan las mujeres regaladas—digo para luego alejarme, no me gusta faltarle el respeto a las mujeres pero cuando ellas lo hacen primero no queda mucho que hacer.

Detesto cuando las mujeres se comportan asi, yo no quiero ser cazado, yo quiero cazar, esa es mi naturaleza, al igual que la mayoría de los hombres.

Sigo con mi trabajo en la barra, la hermosa chica fuego no la volví a ver luego de su espectáculo, así que las horas pasan con lentitud y aburrimiento.

Cuando llegamos al departamento me puse a analizar la situacion y sin sacarla de mi cabeza me vi soñando con ella, y sus increíbles ojos toda la noche.

Por la mañana salimos a caminar por los alrededores, nos paramos a comer y luego regrese a casa, hable con mis padres.

Hoy la volvería a ver y trataría de disculparme con ella, pues mi intención no fue ofenderla, al contrario, pensé que se emocionaría por mi pago.

Hable con mi familia y dos horas antes de que me toque entrar a trabajar decido salir a correr, los chicos se han dado cuenta de que en este lugar estoy más que seguro, sin embargo, no me dejan solo aunque me dan mi espacio, lo cual agradezco muchísimo.

Cuando corro mi mente se relaja y deje de pensar tanto en lo que pronto me tocara enfrentar cuando llegue de regreso a Kuwait, no solo será mi nuevo cargo como líder, sino la presión de mi gente si llego solo.

Un grito de un pequeño mientras es arrastrado por una mujer me sorprende, el niño no debe tener más de 6 años y me recuerda a mi sobrino mayor, el cual tiene una edad similar.

La mujer debe tener aproximadamente 40 años, es delgada y curvilínea, guapa pero vulgar, al menos su aspecto,

—Suéltame, no te conozco—grita el pequeño y sale corriendo chocando con mis piernas.

—Ayúdame por favor, esa mujer me quiere llevar y no la conozco—dice en mi oído una vez lo alzo, se abraza a mí y cuando lo despego para ver sus ojos me recuerdan a lo que se adueñaron de mi noche y no me dejaron dormir en absoluto.

—Devuélvame a mi hijo, está haciendo una rabieta típica de niño malcriado—explica la mujer intentando acercarse, pero mis hombres la detienen.

—¿Cuál es tu nombre pequeño y cuando años tienes?—le pregunto para poder cuestionar  a la señora que mira a todos lados llena de nervios.

—Soy Dani, digo Daniel, tengo 6 años y una hermanita llamada Gaia, mi mami es Candela y su amiga con quien vivimos se llama Ali—dice como todo un caballero, pero sin soltarme ni por un segundo.

—¿Dígame el nombre del niño cuantos hermanos tiene sus nombres también con quien vive? Si contesta correctamente se lo daré, de lo contrario llamaré a la policía y usted tendrá muchos problemas—en cuanto menciono lo ultimo el niño se tensa y la mujer corre hacia la dirección contraria a la que iba.

 

—Ya campeón estarás a salvo, ahora me dices la dirección para llevarte a tu casa y  avisemos a la policía…

—No, mami dice que algunos de ellos nos podrían separar si  saben de nosotros, ella dijo...—el pequeño se pone a llorar haciéndome sentir mucho peor.

Lo abrazo mientras camino a mi departamento,  sé que los países como este no siempre la policía y los agentes son de fiar asi que con un instinto jamás sentido llego con él a mi casa sin soltarlo.

Necesito protegerlo y no sé por qué, no es como si estuviera en una telenovela y resultara que este niño fuera mi hijo de una aventura de una noche.




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