CAP 5: Comienzo de un Relato.

Death City es solo un pequeño reino que está en medio del desierto y tiene al dios de la muerte para protegerlos pero no hay personas que defiendan a los demás países y ciudades así que todo cae en el. Desperté en la misma celda de antes, ahora el Shinigami está en la silla sentado leyendo un libro; al verlo no dudo en gritar del susto, el me sonríe y camina hacia mí, descubrí que puedo estar roja por alguien.

-al parecer tienes el sueño muy profundo.

-supongo que sí pero en las noches es donde soy más activa.

-entiendo, perdona las molestias, muchos creen que las mujeres de esa isla son brujas.

Mi estomago gruñe por comida y me oculto en las sabanas muy apenada, el sonríe y se acerca hasta quedar frente a frente.

-no has comido hace mucho, ah.....

-no tengo nombre, solo un código.

-está bien, me llamo Death Shinigami.

En el escritorio hay comida, el lo acerca y yo devoro, solo es sopa y una pera, miro que tiene una cara de asombro y me disculpo enseguida, no todos los días tienes al dios de la muerte invitando algo.

-no te preocupes, mañana vendré a verte para ver tu estado.

Y salió dejándome sola en la cama, olvido su libro en la silla; lo leí aunque costó pero logre terminarlo en 1 semana. Todos los días me visita y preguntando sobre mi vida; no recuerdo como llegue a la isla pero me tatuaron un numero de serie en mi tobillo; de ahí torturas hasta desmallar, el propósito es crear armas humanas para las brujas, una gran carnicería de gente inocente.

-me sorprende que hayas vivido mucho tiempo en esas condiciones, ¿cómo aprendiste a ser un  arma tan estable?

-en el campo de concentración hay un lugar de prácticas, teníamos que transformarnos en armas y matar a los que cometían canibalismo, algunos fallecían pero solo unos pocos lo logran.

Tiendo a ser ingenua pero no idiota, piensan que no escucho las mismas voces del jurado. Tal vez la compañía de él me hace confiarle mi vida tan despreocupadamente y no me importa lo que haga, me deja libros que son cuentos infantiles, no me atrevo a pedir otro tipo de libros.

La noción del tiempo me da igual mientras el este pero no ha venido en días, los guardias me desnudan mientras me bañan con agua fría, quitando los libros y la comida, lo extraño mucho. El regreso, está lastimado con vendas, me tomo del brazo y salimos del castillo; la ciudad arde en fuego; quiero pelear pero perderemos la vida, corremos lejos de ciudad donde el desierto, llegando a una cueva que está muy bien amueblado, me gusta por los libros, en una habitación lo recosté y busque en los libros de medicina que había para sanarlo.

-Shinigami-sama ¿qué paso?

-un golpe de estado y pacto de las bujas.

-perdóneme, si no me hubiera conocido...

Alzó su mano y me dio un liguero golpe en mi cabeza diciendo "Shinigami-Chop" está muy débil y mas blanco de lo que es.

-no lo digas, confió en ti, pido que seas mi arma y yo tu técnico, entrenaremos.

No soy sociable pero olvide mis problemas del pasado, entrenando con el de algún modo ya que no sabemos por dónde empezar pero yo llevo un diario con los avances: ¿como el ser más estable como arma? los tipos, formas, colores de alma, percepción de las almas, etc. Salimos de la caverna viajando por el mundo y llegando con alguien llamado Eibon, nos ayuda a eliminar brujas que atacan su ciudad aunque Shinigami-sama está nervioso, me sostiene la mano quitado la capucha; parecen muy buenos amigos por como casi se golpean, yo pregunto si podemos quedarnos.

-claro pero solo tu querida.

-eres muy cruel Eibon.

Exploro el lugar, sé que es ofensivo pero ellos descansan después de hablar todo el día; encuentro un balcón donde hay luz de luna, cada noche estoy en vela con gran insomnio y el día completamente despierta para Shinigami sin importar más que su bienestar, alguien se acerca, el está caminado hacia mí.

-¿qué haces aquí? Deberías descansar.

-¿es extraño decir que soy nocturna? Shinigami-sama.

-no, tu eres como la luna, con tu cabello azul casi lila, hermosa, sale de noche y muy contraria al sol.

-Shinigami-sama, dígame que paso.

-¿qué pensarías si te digo que ya me canse de ser un Shinigami, el no poder estar cuando los demás lo necesitan?

-entonces eres humano.