Me levanto con mucho dolor en el abdomen si saber que pasa, la fiesta de anoche estuvo bastante pesada pero no creo que el alcohol tenga ese efecto. Intento llamar a mi madre para decirle que me traiga unos calmantes, pero escuche su voz muy lejos y siento que no puedo decir ni una palabra.
--Maaa..maaa--solo balbuceo esas silabas, no salen más de mi boca.
--Oh cielo! ya hemos hecho todo lo posible pero los medicos no encontraron el problema, lo siento ya no sé que hacer.
Mi madre diciendo que no sabia que hacer? No sé a que demonios se referia y no podia preguntarle que estaba pasando.
Mi mente daba vueltas y el ruido de las campanas retumbaba en mis oido.
--Señor Santo, no puedo moverme y siento que la piel se me cae a pedazos.
Que es lo que me esta pasando? como llegue a sentirme así de un momento a otro?
Intente recordar lo que habia pasado anoche y los fragmentos que llegaban no me hacían sentir mejor. Recuerdo que mi mejor amiga y yo habias deseado esto por años, el baile de grado final. Desde chicas lo habiamos soñado, como iriamos vestidas, como nos peinariamos y sobretodo el maquillaje tan perfecto que escogeriamos para nuestros atuendos, El tiempo se paso demasiado rapido y ya estabamos en ello, mi amiga y yo apunto de bailar con nuestras parejas en el baile más especial de la historia.Ella lucia tan hermosa con su atuendo de color blanco como si fuera la Novia más hermosa, yo si me decidi por un color más llamativo para deslumbrar a todos con mi presencia.
--Me encanta tu vestido Maribel, pero ese blanco es bastante delicado--le dije con un tono de culpa a mi amiga.
--Tranquila Natasha, no podría ser tan demalas para que precisamente hoy me arrojaran un valde de pintura roja--río por lo alto.
Esas mejillas rojas y su agradable sonrisa caracterizaban a Maribel. Así era mi amiga, lastima que por desgracia habia conseguido como novio a unos de los chicos más ordinarios de la escuela. Muy linda claro, pero demasiado tonta.
--Deberias terminar con él--le digo sin medir mis palabras.
--No sé cual es tú problema, es demasiado adorable--me saca la lengua como si de una chiquilla se tratara.
--Te trata demasiado horrible.
--No es así--me responde enojada.
--Como tu quieras--termino la conversacion para no seguir discutiendo con ella.
La veo hacer muecas pero la ignoro, sabe que es verdad pero aún así no lo acepta. Me duele ver como ese hombre la trata solo por ella amarlo tanto.
Nos despedimos de mi madre para ir rumbo a la noche más precida de mi amiga y yo, siento la brisa en la cara diciemdome que ya me tendría que despedir de mi vida joven para llegar a mi vida adulta.
--Estoy tan asustada--digo entre dientes.
Mi amiga me mira y esboza una leve sonrisa.
--No temas, sé que haremos grandes cosas juntas.