DAVID
—¡Feliz navidad, familia! —Simón, como todos los años, chilla en el preciso momento en que la aguja del reloj llega a las doce.
Una oleada de «Feliz navidad» le sigue a su chillido de emoción, mis tíos se dedican uno de sus acostumbrados abrazos y palabras de amor, Elian choca la copa con sus hermanos y yo… Bueno, saludo a mi novia con un rápido beso en los labios.
—Eh, te vi, quieto.
Camila gira la cara hacia su padre al tiempo que niega con la cabeza.
—Pa, por favor.
—Feliz navidad, bonita. —Mi suegro ignora el tono de su hija y se acerca a abrazarla con fuerza—. Me alegra pasar estas fechas contigo. —Es la primera vez, cabe decir.
Camila sonríe contra el cuerpo de su papá y se aferra a sus hombros, por poco se vuelven uno solo, es… un espectáculo digno de contemplar, hubiese seguido mirando de no ser porque mi cuñado me llama la atención. Joel, como ya es su costumbre, pasa uno de sus brazos por encima de mis hombros con una amplia sonrisa pintada en los labios.
—¡Feliz navidad, cuñis!
—Feliz navidad —replico, resignado.
Melanie no tarda en llegar con una expresión entre la alegría y la nostalgia, no sé si por el hecho de estar pasando las fiestas con la familia de su novio o si se debe a que está recordando las fiestas de antaño; cuando aún salía con Austin.
—Feliz navidad, David —me dice. Chocamos nuestras copas.
Elena es la siguiente en acercarse luego de haber saludado a mi familia, el rostro de mi suegra nunca había reflejado tanta felicidad. Sí… Ella también forma parte de esta celebración, resulta ser que mi novia se ha acercado mucho a su mamá luego del tema del divorcio y por eso mismo fue invitada a pasar las fiestas con nosotros. Las mellizas cayeron por sorpresa, no esperaba verlas, la última vez fue hace como un mes, más o menos, el día en que Joel las trajo a casa para que hablaran con Camila.
Mi novia ha llorado a mares este último tiempo, pero de alegría. No sólo retomó la relación con su padre, sino también con su mamá y sus hermanas.
—Feliz navidad —digo hacia Elena.
Su primer impulso es abrazarme, obligando a que me incline para que pueda envolverme por sobre los hombros, el inesperado gesto me toma por sorpresa y hace que Joel ría entre dientes.
—Vaya, ma, no sabía que quisiera tanto a su yerno —se mofa con tono irónico.
Elena no le hace caso, se centra en mí hasta que me suelta y se aleja, con una sonrisa en sus labios.
—Feliz navidad, David. Gracias por haber cumplido tu promesa.
—No podía hacer otra cosa.
—¿Qué promesa? —Camila no tarda en acercarse tras escuchar la breve conversación, Daniel no se aleja de ella.
Los padres de mi novia se lanzan una mirada muy significativa que solo ellos parecen entender, no sé qué sucede con esos dos, aunque es más que obvio que todavía se quieren y que mi suegro tiene mucha tensión sexual acumulada. Yo, como hombre, no puedo culparlo. Imagino que ha de ser complicado mantenerse a raya con una mujer a la que ha querido tanto y que, luego de mucho tiempo, está soltera otra vez.
—Nada, solo fue algo entre David y yo. —Elena se acerca a Camila para besar sus mejillas—. Feliz navidad, cariño.
Sus ojos color café, idénticos a los de Daniel, se llenan de lágrimas por el gesto.
—¡Feliz navidad! —Isabel e Isabella saltan a mis espaldas y, de algún modo, me rodean para colgarse de mi cuello al mismo tiempo, hubiera perdido el equilibrio de no ser porque alcancé a mantener mi centro de masa.
—¡Joder, que lo van a asfixiar! —protesta Camila de inmediato.
—Feliz navidad, cuñadito —canturrea Isabel, todavía sin soltarme.
—Lo has hecho muy bien hasta el momento, David, sigue así y algún día aceptaré cantar en tu boda —añade Isabella antes de alejarse.
Mis cuñadas, con su particular parecido entre sí, sonríen y caminan hacia su mamá y hermano para abrazarlos. No hice mucho para ganarme a esas dos, creo que mis intenciones con Camila fueron motivo suficiente para que Bella confíe en mí e Isa sonría alegre cada que nos encontramos. Han sido pocas veces.
La situación de la familia Bisbal se ha complicado bastante desde el divorcio de Elena y Federico, Bisbal’s Music sigue en pie y en funcionamiento como siempre, pero el escándalo por la repentina separación ocasionaron que los medios acosaran a la familia durante algún tiempo, la novedad ha pasado un poco, pero la situación sigue siendo de cuidado. No tengo idea de lo que será de Trinidad y Federico, no he vuelto a verlos desde el día en que los conocí. De quien sí supe fue de Luisa, la tía de Camila, es más, estuvieron hablando por la tarde de hoy.
—Eh, ¿ustedes no piensan saludarme, mocosas? —Daniel se dirige a sus sobrinas con una sonrisa pequeña, algo tensa.
Eso también sigue siendo algo complicado, las mellizas ya no ven a su tío con los mismos ojos, pero no le hacen el feo y deciden saludarlo sin rencores. Aprovecho ese momento para encaminarme hacia mi propia familia.
Tía Kenia se me viene encima con lágrimas en los ojos y me estrecha contra su cuerpo.