41. En este autobús

- ¿Ethan se puede saber porque dejaste uno de tus calzones en la escalera de la…? – dice quien parece ser el padre de Kilian, quien al verme se queda en completo silencio sin terminar lo que le pregunta a su hijo mayor.

- Cariño ella es la novia de nuestro hijo Kilian, - dice la mujer quien se acerca a quitarle de la mano lo que su esposo entraba abierto frente a su cara.

Al ver a su padre comprendí a quien él había sacado ese color de piel, esos ojos y al igual que su negro cabello, Kilian era una copia un poco más pequeña que su hermano quien parecía a ver heredado la altura de su padre.

- Lamento el episodio, señorita, - dice un hombre muy avergonzado, - pero ya entiende que tener un charlatán como hijo no es asunto fácil.

- Entiendo señor Horton, - digo con una sonrisa, Kilian me pide bajito sentarme en una de las sillas de la encimera que son de color blanco haciendo juego con la pared y la misma de mármol.

Ellos siguen haciendo preparativos que tenían del almuerzo, y almorzamos todos entre risas y cuentos vergonzosos de Ethan y Kilian cuando eran pequeños, una vez terminamos ayude a su madre a recoger la mesa, pero insistieron en que estaba bien y que no era necesario, pero soy más terca que una mula, por supuesto que terminaron dejándome ayudar.

Mientras su madre y yo limpiamos la vajilla del almuerzo los chicos y su cuñada se ocupaba de buscar algo en el sótano.

- Es la primera vez que lo veo tan feliz ¿Sabes? – yo la miro pensando que está hablando con otra persona. – Kilian, siempre ha sido un chico solitario en cuanto a lo amoroso, nunca lo habíamos visto con una chica, hasta que nos habló de ti aquella vez.

- Oh, yo… yo lamento esa situación. – digo apenada, terminando de secar el plato que tenía en las manos, luego de dejarlo en el organizador.

- No tienes de que disculparte, - dice abriendo el frigorífico y sacar un pastel. – Las cosas suelen suceder por alguna extraña razón, y verlo ahora es razón suficiente para saber que tú y él estaban algo asi como destinados. - ¡Chicos el postre! – grito desde la encimera frente al pastel. – Mientras se tengan confianza el uno al otro y se digan las cosas como son, todo estará bien y mejorara con el tiempo.

La cuñada de Kilian apareció con varios juegos en las manos y otros en un carrito.

- Cariño hoy cenaremos pizza y comida chatarra, veremos unas películas y luego nos iremos a la cama.

- Noche de juegos ¿eh? – Pregunta Kilian cuando ve a su cuñada.

- Si hermanito ya que estas aquí. – dice Ethan.

Luego del postre, que resultaba que su madre lo había hecho, nos quedamos jugando y pasando la tarde, al final de la noche nos quedamos comiendo pizza y comida chatarra, vimos al final una comedia, nadie quiso ver una de misterio o terror. Y asi, fue como luego de que sus padres se fueran a dormir, nos quedamos un poco más con los demás, allí conocí un poco más a su cuñada y a su hermano por igual, son jóvenes muy simpáticos y se conocen desde la secundaria y luego empezaron a salir y hoy por hoy están casados.

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*Kilian*

- ¿Vamos a dormir? – Le pregunto a Sky que parece estarse durmiendo, mientras Pamela se encuentra en la cocina y mi hermano Ethan buscando uno de los juegos de mesa en la sala. – Te estas durmiendo.

Ella sonríe apenada y yo me encojo de hombros, robándole al momento un beso fugaz.

…- Vamos que dormiré contigo.

Ella abre los ojos desmesuradamente incrédula de lo que ha escuchado.

…- Me muero por estar contigo así, pero en la casa de mis padres no es un buen lugar y mucho menos es algo romántico. – le digo cerca de su oído mirando hacia el pasillo de la sala.

- De acuerdo, - dice y se pone de pie, - pero si intentas algo fuera de lugar quiero que sepas que terminaras sin bolas ¿entiendes?

- ¡Entiendo mi capitana! – digo y me pongo de pie de un brinco. - ¿Pame? – digo inquisitivamente, - Nos vamos a dormir, que descanses.

- Está bien, que descanse.

- Tú también Pamela, un placer. – Le dice Sky sonriendo.

 - Igual, concuñada, - dice esta última y sonríe. - / qué bueno que le ha caído bien, y a la familia además /. – Cuidado con hacer cosas que yo no haría.