La chica del Bus

Epilogo

*Kilian*

 

He pasado los dos mejores años de mi vida, tengo la carrera que soñé, la chica que soñé y la que me acepto luego de todas las mentiras y enredaderas que se formaron a nuestro alrededor, no es que hayan sido tantas, pero saber que estuvo en peligro fue algo que nos cambió la vida a todos.

 

Ya tenemos cuatro años de relación y Summer y Welfy ya cumplen su segundo año de relación, Troy y Paz tienen dos años y medio, llenos también de felicidad, entre los cuatro volvimos un hábito las salidas en pareja, una vez por semana, hemos recorrido muchos lugares entre los cuatro, a veces incluimos a la pareja de esposos, pero no es lo mismo.

 

- Horton ¿puedes revisar esto? – entra el señor Pavel por la puerta de nuestra sección, - son los planos de un edificio en las afueras de Laval. El señor Kim quiere que se le instalen un sistema inteligente de biosensores para identificar cuando sus empleados están padeciendo o desarrollando alguna enfermedad mortal.

 

 - Es algo muy innovador, - digo con evidente asombro. - ¿tienes los planos y las instrucciones del sistema de tanteo y detención de que quiere instalar?

 

- Si, por eso quiero que los revises ambos y que encuentres la manera de ponerlo dentro de la estructura sin afectar el diseño original, sabe que no será algo sencillo, ya que si el plano del sistema tiene seguros de desembalaje no se podrá desarmar para no afectar la estructura original del plano del edificio y se tendrá que buscar una forma mas sencilla y simple de instalar el detector.

 

- ¿Por qué crees que te estoy pidiendo a ti que lo hagas? – me interroga y se queda esperando una respuesta de mi parte.

 

- Porque eres el mejor arquitecto que tiene esta compañía y si el señor Hyung Nae pidió que fueras tu el arquitecto es porque ambos te consideran con la capacidad para hacer esa instalación sin modificar un cincuenta y cinco por ciento la estructura original. – escuchamos la voz de Sky que no habíamos sentido entrar al estudio.

 

- Señorita Brodwey un placer verla, - dice nuestro jefe y le da un beso en la mejilla.

 

- ¿Cómo se encuentra el dia de hoy? – le pregunta ella y continua hasta darme un beso en la mejilla.

 

- Me siento bien, pero con envidia. – dice y sonríe, Sky se carcajea.

 

- Tendrás que morirte de la envidia, porque esta chica que ves frente a mi es mi novia y lo que más amo, asi que llegaste tarde.

 

- Solo por eso te la dejare. – dice aun con alegría y me deja los planos sobre el escritorio.

 

- Muy bien Kilian y que haremos esta noche, me dijiste que tenías una sorpresa.

 

- Si te tengo una sorpresa, pero no te diré a donde te llevare.

 

-  Eres todo un amargo. – dice frunciendo un ceño de niña con los labios y la nariz y yo me rio.

 

Luego de convencerla de que no le diría porque no quería arruinar la sorpresa, y ella tampoco sabía que dicha sorpresa incluía a su gemela, convencer a mi cuñada de que no estaba tramando nada fue algo difícil, y más que Troy estaba actuando de manera muy extraña, pero debido a mi mejor amigo y su idea tuvimos que buscar un lugar favorito para ambas, en ese lugar queríamos pedirles que uniéramos nuestras vidas hasta que seamos pasas secas.

 

- ¿Ya estas listo? – le pregunto a mi amigo quien descuelga al tercer tono.

 

- Si vamos a usar mi carro, debes de por lo menos esperar a que te pase a buscar ¿no?

 

 - ¡Uy! Que huraño estas.

 

 - Estoy nervioso, ni siquiera se porque te dije que nos pusiéramos de acuerdo en pedirle a las chicas que no casemos el mismo día.

 

- Te recuerdo que ¡TU! Fuiste el de la idea desde un inicio, yo solo te dije que lo había pensado.

 

- Está bien, deja que llegue a tu residencia y nos vamos.

  

Troy llego a mi puerta en veinticinco minutos luego de que terminásemos la llamada. Estaba empezando a ponerme nervioso mientras se acercaba aquel momento que circunscribiría nuestros futuros y podría ser una bendición o una maldición, pero ambos estábamos dispuestos a descubrirlo esta noche junto a nuestras familias.

 

Habíamos planeado el ir cada uno por una ruta diferente hasta terminar en el lugar favorito de ambas.

 

 Esperaríamos a las chicas en el lugar y por el camino cada uno de nuestros familiares y amigos le entregaría una frase y una de sus flores favoritas, hasta que sus padres les entregaría la frase final, que decía ¿Qué si se querían casar con nosotros? No sabíamos como las chicas se lo tomarían, pero si sabíamos que solo les habíamos dicho que nos juntaríamos en el Biedma de Montreal. Cuando llegamos sus padres nos esperaban, nos vieron a lo lejos y nos saludaron con las manos y un abrazo.




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