43. Un Autobús Camino a la felicidad

Ya ha pasado un mes desde que salimos con los chicos en aquella cita doble que surgió improvisadamente y la pasamos bien, le ganamos y Paz y yo quedamos de acuerdo en que ellos nos dejaron ganar, luego de dos chusas de cada uno de ellos inicio una polémica entre los cuatro que solo se pudo arreglar con quien hiciera tres chusas repetidas.

Lo cómico del asunto es que ellos logrando ambos una cada una y nosotras les empatamos con dos cada una, hasta que de pronto ellos empezaron a fallar y nosotras logramos otra chusa cada una, Paz los miro con el entrecejo fruncido y yo los mire acusatoriamente, su despreocupado encogimiento de hombros nos hizo sospechar, pero el hecho de que ellos nos dejaran ganar no lo terminamos desaprovechando.

- ¿Segura que quieres ponerte esa ropa hoy?

- Si, - digo sacudiendo la cabeza al ritmo de una melodía que tengo hace días en la cabeza, - ¿no te gusta?

- Esta muy de funeral para ir a una cena de gala con toda la familia, - dice Paz frunciendo la nariz de forma contundente como si el vestido que tengo en la mano no le gustara. – además parece vestido de tarde.

- Tienes razón, pero ya no da tiempo para ir a conseguir uno. – Le digo inquisitivamente.

- Por eso yo te conseguí un hermoso vertido, - dice sacando una caja del armario de su habitación.

- ¡chicas! – grita Summer entrando por la puerta de la habitación, vamos a llegar tarde, ¿qué esperan? Dice terminando de entrar y sentándose en la cama.

-  Esperamos a que esta monga se cambie, iba a ponerse eso que le ves en las manos. – dice mi gemela señalando el que está ahora sobre la mesa de mi tocador.

- Qué bueno que ya tengo tu vestido de dama de honor para mi boda, porque si se te ocurre usar algo así te mataba.

- No seas exagerada. – le digo soltando el vestido sobre la cama y tomando el otro que me ha entregado Paz.

Nos ajustamos los cinturones en el auto cuando salimos del apartamento, el camino al salón donde nos reuniríamos con nuestros familiares a celebrar la vida, el amor, la familia, el casamiento de Welfy y de Summer y que todas nuestras familias puedan compartir sobre todo las que aún no se conocían.

Los padres de Kilian se encargaron del alquiler del salón, mis padres se encargaron de la organización, los padres de Summer y Wel del menú, los de Troy de la decoración, y nosotros de las bebidas y el cotillón para festejar las despedidas de solteros que se celebrarían después de la cena.

Una vez estuvimos en la entrada del salón el ballet parking nos recibió para llevar el auto al estacionamiento, pasamos un gran recibidor y la segunda puerta que encontramos era el salón que nuestros padres habían conseguido para la fiesta.

 Los invitados empezaron a llegar, incluyendo a los amigos que los chicos invitaron que dicho sea de paso les informaron solo a nuestros padres dos días antes y asi pudieron ampliar el menú y hacer las invitaciones, eran nuestros amigos y el equipo de hockey.

La cena fue espectacular, nuestros padres contrataron una maestra de ceremonia, una agrupación que canto en vivo varios temas que nos encargamos de bailar entre todos.

- Por fin puedo ver a mi novia en medio de todo este lio de gente.

- ¡Hola! – digo con vehemente alegría cuando escucho su voz en mi oído, me doy la vuelta para verlo a la cara.

Le doy un beso en los labios cálido y lento, lleno de deseo y amor. - ¿Alguien te tenía secuestrado por ahí? – le pregunto de manera jocosa.

El vuelve a besarme de la misma forma en que lo hice yo, lo da por finalizado y con los ojos cerrados lo escucho reírse y los abro para ver esa sonrisa que me enamora.

- Saludar a los chicos de hockey con los cuales teníamos un tiempo sin vernos no es muy alucinante que digamos si todos tienen a alguien a quien presentarte en esta noche o cosas de las cuales dicen que debes enterarte.

- ¿Eso es sacando a los que no pudieron venir por sus responsabilidades? – Pregunto dándole un beso.

La fiesta siguió por una hora más hasta que llegó el momento que los novios esperaban con ansias, y de pronto los adultos se empezaron a ir y empezaron a llegar las amigas de Summer, los amigos de Welfy y los que faltaban del equipo de hockey en el que jugo Welfy después de la universidad por un año.

Luego de despedirnos de nuestros padres fuimos saliendo del salón, paz y Troy volvían con nuestras ropas para la despedida de soltera, habíamos decidido hacerla para ella, pero ya amos tenían planes de que querían celebrarlas juntas, nosotras le hicimos creer que sí, pero la de chicas la haremos dos días antes de la oda ya que ella dormirá en nuestro apartamento y esa fue la mejor decisión.